9

21 4 35
                                    

—¿A dónde iremos?— Blaire lo sigue bastante inquieta.

Él parece caminar tranquilo y despacio, pero le lleva varios pasos por sus piernas largas, algo se incomoda de inmediato en Blaire, debido a que tiene que ajustar el lado y él siquiera parece ir rápido.

Por lo que es otra excusa para hacerla sentir indefensa y molesta.

—A un lugar en dónde puedas aprender, ya que es algo claro que necesitas hacer con urgencia.— responde monótono.

Blaire tuerce las cejas. —¡Te recuerdo que tengo prohibido bajar al infierno!— Traga saliva incómoda.

Arden sólo sonríe coqueto ante su incredulidad.

—Lo sé, muñeca. ¿Por qué quisiéramos ir allí, habiéndo tantos lugares divertidos en el mundo mundano?— Sonríe y destraba las puertas de un Audi v8 negro.

—¡¿No sos de ahí?!— Arquea sus cejas.

Arden suelta una carcajada ronca, incluso, da una media vuelta para quedar enfrentado hacia ella y observarla de manera completamente perspicaz.

—Vos también, y sin embargo, hace más de veinte años que no pones ni una sola extremidad de tu cuerpo allí... Así que no le veo ningún inconveniente a tener que concurrir o no a dicho lugar, además, ya te dije, hay mejores lugares.— Sisea con su mirada tan penetrante clavada en sus ojos.

Escucharlo hablar de sus extremidades la pone incómoda.

Es por eso mismo qué parpadea en varias ocasiones para quitar cualquier idea absurda de su mente y concentrarse en lo que está viendo ahora mismo.

—¿Tenés auto?— Vuelve a fruncir el ceño.

Arden suelta una carcajada.

Había estado observando a la pelirroja durante prácticamente toda su vida, creyendo que sería realmente un trabajo completamente tedioso ser el niñero de una persona como Blaire, pero ahora mismo que podía estar frente a frente con ella, y no necesitaba ocultarse se daba cuenta de que podía ser todo hasta incluso mucho más divertido de lo que se había imaginado.

—¡Claro! ¿Qué esperabas que me paseaba por el mundo en un caballo de fuego?— Se burla y va hacia la puerta del piloto.

—¡Imbécil!— Murmura Blaire.

Arden la escucha y sonríe. —Esa boquita, muñeca, ya te dije que tuvieras cuidado cómo me respondes, porque mi paciencia tiene un límite...— Comenta divertido cuándo ella ya está dentro del vehículo.

Ella infla su pecho apretando sus manos con rabia, cualquier otra persona que conocía le hubiera abierto la puerta del copiloto para que ella pudiera ingresar primero, pero claramente el demonio que acababa de conocer, hace tan sólo unos días, era de todo menos una persona educada.

—¿Y yo tengo que tolerar que todo el tiempo me estés hablando con sarcasmo?— Aprieta sus labios inflando su pecho.

Arden sonríe coqueto moviendo levemente su cabeza de costado para guiarle un ojo, a modo de respuesta, y no necesitando ni siquiera decir absolutamente nada para confirmar que aquello es más que obvio.

—¿A dónde iremos entonces?— Se coloca su cinturón de seguridad, aúnque, sabe que no lo necesita.

De todos modos, está acostumbrada a hacerlo por simple normalidad ante los humanos, y no dejará de hacerlo sólo por viajar con el semidiós.

—Ya preguntaste eso.— Mira al frente y parece manejar muy bien para asombro de la pelirroja.

—Pero no respondiste, entonces tengo que volver a preguntar hasta que me des una respuesta que me convenza y no me haga bajarme del auto, y arrepentirme por completo de haberte seguido.— Retruca.

El Hijo de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora