—¿Qué, ahora querés parar?— Blaire sonríe burlona en cuanto Arden la aleja levemente con sus fuertes brazos.
—Necesitas alimentarte, y estoy seguro de que en cualquier momento la brujilda va a aparecer por mi edificio si no te llevo a verla.— Se queja carraspeando.
Se les había ido el tiempo de las manos, y a pesar de que ella le había hablado a su mejor amiga para contarle un poco el panorama de cómo es que había sucedido todo, ni siquiera se había dado cuenta de todo el tiempo que había pasado encerrada en el penthouse de Arden.
—Silvye puede esperar.— Susurra queriendo poder demostrarle con su cuerpo lo mucho que lo desea.
Arden maldice para sus adentros el hecho de tener que rechazar aquella propuesta tan deliciosa que tiene frente a sus ojos, pero lo primero que destaca es que la quiere proteger, y no está mintiendo cuándo dice que ella tiene que alimentarse.
—Tengo qué cuidarte, muñeca.— Frunce sus labios siendo completamente sincero ante el hecho de que no le gusta para nada tener que declinar su propuesta.
Ella lo observa y se da cuenta de que está hablando en serio, es por eso que suspira alejándose levemente de su cuerpo.
—¿Por qué esa manía porque coma?— Hace un leve puchero con sus labios.
Arden acaricia su mejilla para que ella no se sienta rechazada, quiere demostrarle una y mil veces que la encerraría en su habitación y que no la dejaría salir por nada del mundo.
Pero también es consciente de que tiene que tomar cartas en el asunto sobre todo lo que sucedió, y que probablemente, Blaire todavía no haya entrado en uso de razón de la importancia de todo lo que ocurrió y de las consecuencias que eso conlleva.
—Issac estuvo jugando demasiado tiempo con tu cuerpo, además de las inyecciones que te dio para que perdieras la fuerza del oscuro, y es por eso que estoy insistiendo tanto en que te alimentes bien.— Explica colocando un mechón de su cabello rojizo detrás de su oreja.
Ella solo baja la mirada sintiéndose avergonzada por no haberse percatado de ese pequeño detalle, no teniendo ni la menor idea de que podía llegar a ser tan importante el hecho de lo que había sucedido en ese viejo hotel, y que esperaba olvidar por completo de un momento al otro.
—Yo...— Aprieta sus labios y traga saliva no queriendo responder ante aquello.
Arden suspira y la acerca hacia él. —Lo siento, no quería ser tan brusco al recordarte lo que había sucedido, muñeca, pero necesito que entiendas que no te estoy rechazando porque no te deseo, es todo lo contrario y creo que estás más que segura de que te encerraría en estas paredes con magia tan sólo para que no pudieras salir.— Admite ronco.
Algo qué logra quitarle una pequeña sonrisa a la pelirroja y devolverle la confianza que necesitaba para no sentir el rechazo en primera persona.
—Lo siento, me estoy dejando obnubilar por lo qué nos está sucediendo y quizás fui muy de prisa.— Sus mejillas se tornan coloradas al admitir aquello.
Arden se reincorpora del todo en la cama y la obliga a sentarse sobre sus piernas.
Blaire suelta un pequeño jadeo ante el movimiento tan brusco y rápido que no esperaba. Y luego una sonrisa se ensancha en su rostro al sentir cómo el semidiós comienza a dejar un camino de besos en su cuello.
—Si eso es ir de prisa, no tenés idea lo qué tengo pensado para cuándo vuelvas de lo de brujilda.— Sisea mordiendo el lóbulo de su oreja.
Ella apoya sus manos sobre sus hombros y no puede evitar soltar una carcajada con el rostro colorado por completo. —¿Volver?— Muerde su labio inferior al preguntar.
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El Hijo de Hades
FantasyToda tu fe en la humanidad no bastará si subestimas a quién tienes enfrente. Únete a esta historia de Blaire Morel y Arden Abbot en donde ambos aprenderán del otro sin darse cuenta hasta que sea demasiado tarde como para evitarlo. 💎 Portada increíb...