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Arden ingresa a su club observando a su alrededor.

Había aprovechado que la pelirroja se había retirado hacia la casa de su mejor amiga para poder ir un poco más temprano, y observar, de esa manera, cómo es que se encontraba el ambiente.

No quería darle mucha importancia al respecto a esta reunión y es por eso mismo que no había realizado ningún tipo de petición para que fuera algo privado y hoy el club permaneciera cerrado.

Es más, quería que se notará completamente todo lo contrario, ya que no tenía por qué reunirse con ella de forma privada para ocultar algo.

Además, de que lo más probable es que Blaire pudiera llegar a enterarse de que ellos habían tenido una conversación en un lugar exclusivamente cerrado para los dos, y no quería traerle a su mujer preocupaciones que se podía evitar.

Siendo qué todo lo que le había estado diciendo, respecto a este tema durante las últimas horas, era completamente verídico.

—¿Ansioso por verme?— Una voz coqueta resuena a sus espaldas.

Arden coloca sus ojos en blanco terminando de pedir su bebida en la barra, para darse media vuelta y fingir una sonrisa burlona.

—Esa parece que sos vos, ya que venís unas cuantas horas adelantadas a lo que habíamos pactado.— Arquea sus cejas, tomando el vaso que le es servido a su derecha.

Ella sólo sonríe, moviendo sus pestañas por demás, en un claro gesto de coqueteo.

Tenía que admitir que los años le sentaban muy bien al semidiós, y que no podía dejar de pensar en él de la misma manera en la que había pensado durante toda su existencia, y había disfrutado de aquel cuerpo durante tanto tiempo.

—¿Acaso una vieja amiga no puede pasearlo por tu establecimiento?— Hace un puchero para con sus labios rojos, que no llama para nada la atención del ojigris.

—Podes hacer lo que quieras, y sabes que me da absolutamente igual lo que hagas, solamente no intentes usar tus juegos mentales para conmigo diciendo que estoy ansioso de verte, tan solo porque estoy en mi establecimiento controlando que todo salga a la perfección.— Le guiña un ojo y se dispone a tomar de su trago.

Ella solo frunce sus labios a modo de disgusto por su contestación. —Bien, lo capto.— Sonríe falsamente.

Arden alza su vaso de whisky hacia ella a modo de brindis. —Perfecto.— Sisea ronco.

—Ya que vengo para estos lados, quizás sólo quería divertirme un rato.— Murmura subiendo sus hombros y fingiendo estar desinteresada. —Pero creo que no estás muy interesado en la oferta.— Agrega con un claro deje de desilusión en su tono de voz.

Él sonríe avanzando hacía una de las mesas alejadas, si bien, no quería que la conversación fuera absolutamente privada y estuvieran encerrados en una habitación, era lo suficientemente inteligente cómo para saber que tenían que mantener un perfil bajo y no llamar la atención de la gente que estaba a su alrededor.

Ya qué era más que obvio que todos sabían Quién era el dueño del establecimiento, y que cada vez que él se aparecía por allí parecía ser como un gran despliegue de ojos observándolo. Y si en esta oportunidad se encontraba con alguien tan voluminosa y llamativa como lo era ella, lo más probable es que se empezará a correr la bola de que estaban tramando algo.

Para completa sinceridad del semidiós tampoco era algo que le quitaba el sueño, sin embargo, necesitaba guardar las distancias y mantener las formas simplemente por algo protocolar para que no tuviera que trascender.

Era más que obvio que él no quería que nadie supiera quién era su pareja, más específicamente que supieran de su procedencia, ya que no tenía ningún inconveniente en mostrarse para con la pelirroja en público, y eso es algo que ya había hecho con anterioridad, y que continuaría haciendo por el resto de su existencia, los que se refería en sus pensamientos era en que necesitaba proteger lo que ellos iban a engendrar en un futuro, y lo importante que también era Blaire en todo aquel juego sádico que tuvo el cielo y el infierno.

El Hijo de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora