LXI

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Pov Calle

Pues aquí estoy, en un cuarto con una pared y una ventana de vidrio separandolo por la mitad, con un teléfono para comunicarme al otro lado donde aparecería un hombre que de verdad no conozco para nada y solo tengo una idea de cómo es. Un hombre desesperado pagando por sus errores, pero con un amor a su familia que no creí que tuviera. Por el "murió" su hija y casi muere su esposa. Pero con lo que nos dijo mi mamá. Ya no se que pensar otra vez.

Junto con Poché sabríamos que tiene para decir. Mario se quedó en el auto, dijo que nos esperaría porque la verdad si tenía algo de miedo y creí que era algo que no necesitaba escuchar. Yo también, pero debía enfrentar lo que ahora me corresponde.

Se abrió una reja con un sonido algo fuerte. Como una alarma y un golpe del metal. Pasó un policía con unas llaves en la mano y jalando unas esposas que apretaban las muñecas de un hombre. Salió por completo y me sorprendió el como se encontraba. Se veía cansado, un poco demacrado, como si no hubiera tomado un descanso en mucho tiempo, su cabello era corto pero podía verse despeinado con algunas entradas. Tenía una barba de unos días. Su mirada era algo penetrante, sin emoción alguna. Daba miedo, pero cuando le quitaron las esposas y se acercó a nosotras. Se sentó en el banco y tomo el teléfono.

-Hola ratona-dijo ya despreocupado. Feliz de verme porque sonrió y me llamo con un apodo tierno o eso creo.

-Emm hola...Germán-dije nerviosa y Poché se pegó más a mi.

-Es una gran sorpresa verte aquí. Nunca me visitaste, solo sé de tí cuando viene tu mamá-hizo media sonrisa y sus ojos empezaban a sacar unas lágrimas.

-Lo siento, solo que hay cosas que hacen perder la confianza. ¿No crees?-dije con pena y algo de nostalgia. Tan mal era su relación que me dieron ganas de no seguir.

-Lo se, es por eso que nunca puse queja alguna sobre ti, estabas en todo tu derecho. De seguro sabes por qué estoy aquí o no?-asentí-bien, si me permites explicar mi versión, los dos sabremos cómo llevar esto a algo más tranquilo-bajó la mirada y me sentí mal. Germán no parecía nada de lo que creía su hija. Hasta yo lo veo y no me compraría que el hizo lo que hizo.

-Bueno, la verdad en parte a eso vine. Pero quiero preguntar el ¿Por qué mi mamá no me dijo nada?. Pensé mal de ti desde hace mucho-dije, no era momento de explicar la situación además de que las visitas no son de mucho tiempo.

-Yo se lo pedí. Me di cuenta de que si yo no estaba en sus vidas, tendrían más oportunidades de vivir bien. Era mejor que pensaras de esa forma y también por eso me alejé de tu madre. Hice algunos negocios que eran legales pero no nos iba bien con el tiempo. Te fuiste a la universidad y ahí empezó todo. ¿Quieres que siga o tienes algo que decirme primero?-yo negué y dejé que continuara. El oficial nos dijo que nos daban 15 minutos-Bueno. Cuando ya llevabas un tiempo en la universidad, tu madre me descubrió lavando dinero de una empresa fantasma que había creado. Ese dinero no lo usaría para mí, tenía muchas deudas y quería liberarme antes de que llegaras. Claro para los demás todos mis problemas eran también problema de mi esposa e hija, involucrandolas siempre, por mi culpa. Fui muy idiota creer en todos ellos y no en tu mamá, ella me lo advirtió y no la escuché-vi arrepentido a Germán. Ahora mi padre. No sé cómo se lo tomaría la artista, su verdadera hija. Pero espero que esto ayude un poco. Se secó unas lágrimas que salían y salían. Respiró por un momento y prosiguió-Mira hija, se que pude hacer algo más, pero solo tenía mucha desesperación. Quería que cuando volvieras, me vieras bien sin problemas. Quería volver a su vida sin algo que me atara. Pero hacía una cosa y salía otra. Solo, no podía hacer nada. Me encarcelaron unas semanas antes de que volvieras y ahí comenzaron a involucrarlas mucho más. Lo siento-puso su mano en el vidrio y con lentitud puse la mía.

-Te creo Papá y te perdono-algo pasó, sentí una corriente en mi cuerpo que me hizo moverme y decir esas palabras. Yo no las pensé.

-Y bueno, ¿ella es?-miró a Poché y se puso algo nerviosa pero sonrió.

-Ella es María José o solo Poché, mi novia-.

-Los buenos gustos lo sacaste de mi jeje es un placer conocerte-asintió y Poché se sonrojó.

El Amor no conoce la Muerte(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora