XXXII

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Pov Calle

Miraba las luces que adornaba la chimenea de mi habitación, brillaban con una luz tenue pero lo suficiente para hacer que todo lo demás pudiera verse un poco. La serie de luces iba de abajo hacia arriba y terminando en el techo, parecía una hermosa pintura cuando algunos leds se topaban con la pared, porque parecían pequeñas estrellas o manchas de pintura brillantes.

La respiración tranquila de Poché me hacía sentir de cierta forma feliz y en paz, ella seguía en su posición con su brazo izquierdo rodeando mi cintura, abrazándolo como si pudiera desaparecer y su pierna sobre la mía. Nuestros cuerpos estaban como dios nos trajo al mundo, pero una sábana nos mantenía cubiertas aunque era imposible no admirar gracias a la delgada sábana la forma de su cuerpo y yo solo podía suspirar por tan maravillosa vista. La mañana se hacía presente y con ella el sol se asomo por la ventana dejando sobre la cama la luz que esté irradeaba. Ya las luces de navidad comenzaban a desaparecer y solo podía verse sus pequeños destellos.

Suspiré por lo que habíamos hecho hace algunas horas, parecía tan irreal tener a Poché en mi vida, recordé cuando nos conocimos, fue tan especial ese día, ¿Qué hizo que nos encontráramos? No lo sé pero agradezco lo que había sido para que buscara aquel libro.

Al fin las dos nos habíamos convertido en una sola persona, nos habíamos demostrado cuanto amor teníamos por la otra y cuanto nos habíamos extrañado, Poché abrió al fin los ojos y me sonrió, como pudo se movió para besarme tiernamente, se veía tan hermosa dormida y ahora más ya despierta.

-Que buena forma de despertar-se volvió a acostar moviendo sus manos sobre sus ojos, que tierna.

-Quédate conmigo y te juro que pasará todas las mañanas-me acerque y bese toda su carita.

-Me encantaría- reía ante mis cariños en su cara, pero luego me movió y empujó con poca fuerza para levantarse.

-¿A dónde vas?-.

-Me voy a bañar y después me prepararé ya tengo que estar lista para las burlas de Paula, recuerda todo lo que dejamos atrás para ese momento-se metió al baño, cerrando lo con seguro. Creo que sabía lo que haría, en cuando ella se metiera yo entraría para bañarnos juntas y no desperdiciar agua. Hay que cuidar el planeta, eso es muy importante.

Esperé a que terminara de usar el baño y así seguiría mi turno. Termino de bañarse y entonces entre yo. Me bañé sin antes arregla mi no tan pequeño asunto por recordar lo que dejamos regado en las escaleras. Salí del baño, me vestí y encontré a Poché esperándome en la puerta. Me sobresalte no me había dado cuenta de que seguía en la habitación.

-Paula está abajo-mordía su labio, pues supongo que me vio desnuda ya que me cambié con la ropa limpia que deje sobre la cama.

-Bueno, pues creo que es momento a menos que quiera quedarte aquí un ratito más-la tomé de la cintura atrayendo la más hacia mí y ya que estuvo lo suficientemente cerca, me dirigí a su cuello comenzando a dar pequeños besos. Se mantenía en la misma posición sacando pequeños gemidos ahogados, pero en eso comenzó a zafarse de mi agarre.

-Calle...tenemos que irnos... ah... a menos que quieras...que Paula escuche lo que no debería...ahh-la verdad no me importaba mucho pero tampoco quería dejarle un trauma o algo por el estilo.

-Si lo se, pero de esta no te salvas-me separé de ella rápidamente dejándola parada con su respiración entrecortada.

-Pero tampoco seas así-me empujó no tan fuerte. Yo solo salí del cuarto burlándome de la expresión que tenía, fue muy divertido.

Salí primero del cuarto y después ella, nos dábamos miradas en el trayecto dea las escaleras y al final de ellas la volví a tomar de su cintura. No podía estar separada de ella por un momento. Solo debía tener este pequeño espacio para ya después seguir con el día.

-Te amo Poché-le di un beso en su frente, pasé mis manos por sus cachetes y terminaron en su nuca.

-Bueno ya, mucho amor!-nos separamos sobresaltado por su presencia-no les bastó con la decoración de prendas que dejaron por lo que veo-nos miró con una deja alzada y nosotras solo nos reímos un poco.

-Perdón Pau, nos dejamos llevar por el momento-Poché le decía con la cabeza baja y su reacción fué empezar a reír, solo eso.

-Si la verdad no hay problema, desde que se encontraron están asi de pegajosas y no las culpo. Me alegra que se pongan MUY al corriente. Ya vamos a desayunar- caminamos a la cocina para empezar el día.

El Amor no conoce la Muerte(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora