Al acabar la segunda jornada del día, fuimos a tomar una granizada en la heladería de al lado, tal y como Nick me había comentado que hicieron también el día anterior. Parecía una tradición que solían hacer en verano al acabar las jornada de la tarde-noche.
Nick estaba feliz porque por segunda vez tenía su granizada favorita de frambuesas, así que aprovechando mi curiosidad por saber que tenía de especial, acabé pidiendo una igual.
En general el día fue mejor de lo que esperaba, Erin y yo estuvimos poniéndonos al día de como nos fue en la vida los últimos años y aunque a diferencia de mi que no tenía mucho interesante que contar, ella parecía tener demasiado.
Al salir de la heladería Nick me dijo que no me preocupara por tener que volver a casa a esas horas, ya que ellos no tenían problema en llevarme en coche. Cuando lo pensé me sentí un poco intimidada ya que tendría que ir en el coche con Eric y Axel y en lo que iba de día no había hablado nada con ellos, pero después al pensar que Erin también estaba me calmé un poco.
Cuando salimos de la heladería de camino a donde tenían aparcados sus coches, Erin y yo nos estábamos riendo de Ian ya que intentando hacer una tontería se le cayó su bola de su helado de fresa al suelo y tuvo que volver a comprarse otra. Mientras por detrás se acercaba un muy disimulado Axel, el cual aunque sin mala intención, acabó dándome un pequeño susto.
—¡HEY! —Dijo riendo tímidamente. —¿Qué tal, Sam? Cuanto tiempo. —Sonrió.
"Maldita sea, que susto me has dado" —Pensé para mis adentros, pero no lo dije, creo que el ya lo había notado en mi reacción.
—Anda, hola Axel. —Le devolví la sonrisa. —Sí, la verdad es que han pasado unos cuantos años. —Me reí un poco nerviosa.
"Y aquí toca intentar socializar de nuevo"
No se si será cosa mía, pero hay gente con la que me cuesta más y gente con la que me cuesta menos entablar una conversación, ya sea por la forma de ser de cada persona, si son más abiertos o no. Aunque también me tengo que basar en si realmente están interesados en hablar conmigo porque quieren o por puro interés, como me pasó con alguna gente en secundaria.
Aunque por suerte con los Metz —así es como se apellidan— no había tenido problema, ya que son tan agradables que no cuesta nada entablar una conversación con ellos, al menos con los que había tenido la oportunidad de hablar hasta el momento.
—¿Y que tal? —Me preguntó. —¿Dónde has estado metida estos años?
—Todo lo que te pueda contar te va a parecer aburrido, créeme.
—No importa. He escuchado muchas cosas aburridas, en serio. Nada más hace falta escuchar hablar a mi hermana de su vida amorosa. —Se empezó a reír hasta que notó la mirada fulminante de Erin encima suya.
—Oye pues a mi me ha parecido bastante interesante. —Le dije a Axel. —Y no lo digo por cumplir. —Esta vez le hablé a Erin directamente. —En serio, ojalá hubiera tenido yo tanta vida amorosa como tu.
—Todavía estás a tiempo, querida. Eso sí, ojalá no aparezcan en tu vida tantos idiotas como en la mía, porque si no... —Se echó una mano en la cara dramáticamente.
—No se quien querría tener la vida amorosa de Erin. —Añadió Ian. —Debe ser estresante.
—Lo es, ¡Pero bueno dejemos de hablar de mi!
—Sí, Sam cuéntanos que hay de ti. —Axel realmente estaba interesado en saber.
—No mucho, en serio. Mi vida es aburrida. —Era la verdad, ojalá hubiera tenido algo interesante que contarles, realmente me gustaba hablar con ellos.
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HOPEFULLY [COMPLETA Y EDITADA] ✓
RomanceSamantha Watson siempre tuvo muy claro lo que quería. Estudiar psicología en la Universidad de Atlanta, tener a sus amigos de siempre y mantener su vida tranquila. ¿Pero, que pasará, cuando toda esa tranquilidad desaparezca? Antes de comenzar su pr...