Desperté sintiendo a alguien a mi lado.
Sabía que era Ian porque recordaba haberle pedido que se quedara conmigo por la noche y porque fue la única persona con la que estuve toda la noche anterior y bastante parte del día.
Lo que me extrañó, fue darme cuenta de que no estábamos en mi habitación, sino en la suya.
Estaba boca abajo en la cama y me giré para recomponerme, aún llevaba puesta la sudadera gris de Ian y mis pantalones del día anterior, los sentía un poco llenos de arena.
Ian estaba completamente dormido, cosa que no me extrañaba después de todo el viaje de ida y vuelta a la playa.
Estaba tan tierno mientras dormía, que me daban ganas de comérmelo a besos.
Fui al baño, agité mis pantalones en el lavabo para expulsar la arena y recé por que no se hubiera llenado también de esta toda la cama de Ian.
Aún me preguntaba como era que estábamos en su casa y no en la mía, cuando yo recordaba haber estado allí.
Cuando salí del baño, busqué mi móvil y miré la hora.
¿Por qué siempre me despertaba 5 minutos antes de que sonara la alarma?
Mi cerebro ya estaba acostumbrado a esa hora.
La alarma sonó, pero Ian tardó unos segundos en reaccionar.
Sin abrir los ojos, me pareció ver que buscaba algo con su mano sobre la cama. Luego se levantó, apoyando sus codos sobre esta.
—Ah, estás aquí. —Sonrió y se frotó los ojos con una mano.
—Sí, no me ha dado tiempo a escapar. —Me reí, soltando el móvil de nuevo en la mesita de noche de Ian.
—¿Pretendías hacerlo? —Hizo puchero.
—Uhm... —Miré hacía un lado haciéndome la pensativa.
Ian se rió. —Esta bien, entiendo que quisieras huir de aquí. Está todo hecho un desastre.
Yo me acerqué a la cama y me senté a su lado.
—¿De verdad crees que sería capaz de huir de ti? —Sonreí, acariciándole el pelo para echarlo hacía atrás.
Esta vez fue él quien se lo pensó. —No lo sé, ¿tal vez? —Susurró y me agarró de la mejilla para darme un sutil beso de buenos días, para después susurrar eso mismo sobre mis labios.
Yo no podía quitarme la sonrisa de la cara.
—¿Quieres ducharte? —Me preguntó.
—Estaría bien, pero no quiero molestar y no tengo nada que ponerme, la ropa de ayer sigue llena de arena. —Rodé los ojos.
—Eso no es problema Sammy. Puedo dejarte algo o pedírselo a mi madre. Estás en tu casa, ¿Lo sabes, no?
Yo le sonreí, él me dio otro beso suave y se levantó de la cama para dirigirse a su armario.
Sacó un par de cosas y cuando nos pusimos de acuerdo, fui directa a la ducha.
Al salir noté que él tenía el pelo mojado y ropa limpia, así que supuse que se duchó también en el baño de fuera.
Cuando bajamos a desayunar, Nolan estaba en la cocina. Se disculpó por lo de la cerradura de HOPEFULLY y nos explicó que esa misma mañana, tenían que llegar unos cuadros que los de Provee Bienestar no pudieron llevar a tiempo el otro día.
Cuando terminó de desayunar, se fue directamente a HOPEFULLY, para que le diera tiempo a recibir a los proveedores con Nick.
Ian me contó él porque al final fuimos a su casa. Y es que al parecer no vio factible tener que dar tantas vueltas a por el bolso y las llaves, tener que abrir la puerta conmigo en brazos y después intentar no hacer ruido en la oscuridad para no despertar a mis padres o a Nelly. Y visto que en su casa entraríamos por el garaje y se conocía mejor el camino entre la oscuridad, fue la solución más fácil.
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HOPEFULLY [COMPLETA Y EDITADA] ✓
RomanceSamantha Watson siempre tuvo muy claro lo que quería. Estudiar psicología en la Universidad de Atlanta, tener a sus amigos de siempre y mantener su vida tranquila. ¿Pero, que pasará, cuando toda esa tranquilidad desaparezca? Antes de comenzar su pr...