1. Hacía tiempo.

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21 de junio de 2019.

—¡SAAMMYYYYYY! —Aquel grito proveniente del fondo del pasillo, me despertó en el preciso instante en que lo oí llamar mi nombre.

Oh, Dios... Otra vez no...

—¡Hey! —exclamó mi hermana Nelly, en cuanto abrió la puerta de mi habitación con una sonrisa.

—¿Sabes? —Nada más verla aparecer, le lancé un cojín de forma automática—. Odio que me despiertes así. —Volví a echar la cabeza en mi almohada dramáticamente. Ella se río.

—¿Por qué eres tan dramática? Tú me despiertas a mí de formas peores y nunca me quejo tanto.

Era verdad eso de que a veces podía llegar a ser muy cruel y pesada intentando despertarla. En lo que no tenía tanta razón, era en eso de que «ella no se quejaba nada».

—Ni si quiera te has dignado a salir de la cama. ¿En qué piensas? ¿Es que sigues nerviosa por querer causar buena impresión? Porque si es eso, no creo que tengas nada por lo que preocuparte. Ya te han contratado. Es el poder del enchufe, hermana.

La verdad era que empezar a trabajar por primera vez en mi vida me preocupaba un poco, pero tenía que empezar a hacer algo por mí misma, para poder pagarme la universidad. Mis padres no pusieron pegas en pagarla ellos mismos, pero quería empezar a sentirme útil y no tener que depender siempre de ellos.

Aunque, lo que me preocupaba no era exactamente «querer causar buena impresión», ya que, como bien había dicho Nelly; estábamos enchufadas por nuestra tía Vanessa, la cual era amiga de la infancia de los dos jefes de la tienda en la que empezaría a trabajar. Y era por eso mismo, que ellos no habían tenido problema en contratarnos a Nelly y a mí.

Pero en esta ocasión, la que entraba a trabajar nueva era yo, porque Nelly a pesar de sus dieciséis años, ya se había resignado a estudiar hacía unos seis meses atrás, y nuestros padres lo habían aceptado con la condición de que, al menos, trabajase para hacer algo de valor con su vida.

—No, no es eso por lo que estoy nerviosa. Simplemente es...

—¿Qué? ¿Es que acaso te preocupa no encajar?

Claro que ella ya se lo imaginaba. Encajar era algo que solo se me daba bien dependiendo mucho de las personas con las que tratara.

—Sé que allí trabaja gente de más o menos nuestra edad. Y sí, me da un poco de miedo no encajar. Ya sabes que la única amiga que de verdad me ha durado de la infancia hasta ahora, es Melody.

Melody siempre ha sido mi mejor amiga, y no sé qué habría hecho durante todo ese tiempo sin ella.

—Por cierto, hablando de Melody. —Nelly sacó su móvil para mirar la hora—. He quedado con Chase en la peluquería. He aprovechado mi cita para que también le corten el pelo a él, antes de que se vayan de vacaciones.

Chase es el novio de Nelly y el hermano pequeño de Melody. Desde que éramos pequeños, Melody y yo siempre notamos esa química especial entre nuestros hermanos y, supongo que siempre fue obvio que acabarían juntos en un futuro.

—Y para rematar, vas y me dejas tirada mi primer día —dije, molesta.

—¡Lo dices como si yo tuviera la culpa de que la peluquera me haya dado cita para hoy! Ya sabes que independientemente de cuando sea, no puedo faltar. Esta melena no se cuida sola, ¿sabes?

Desde que Nelly comenzó a trabajar, llevaba ese tiempo gastándose parte de su sueldo en poner su largo y liso cabello cada vez más rojo. Y la verdad era que merecía la pena, porque era espectacular y le quedaba muy bien con su piel pálida y sus ojos verde azulón.

HOPEFULLY  [COMPLETA Y EDITADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora