49. Cena en familia.

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SAM.

Llegar a casa aquella noche fue un alivio.

Ya estaba empezando a pensar de verdad que aquel lugar estaba maldito, porque, aunque era cierto lo que dijo Nelly, sobre que su pequeño inconveniente con el porro, no tenía ninguna relación con espíritus, la mala suerte que nos rodeó en el poco tiempo que estuvimos allí, era de extrañar.

—¡Buenas noches, familia! —exclamé, nada más entrar por la puerta de casa.

—Que pronto habéis llegado —dijo mamá, pasando cerca nuestra para dejar botellas de refrescos y vasos sobre la mesa—. Todavía no hemos pedido la comida.

—Hemos salido temprano.

Además de eso, no tuvimos que pasar por casa de Ian a dejar a Liam, ya que él se fue a dormir con sus primos aquella noche.

Mis ojos debieron iluminarse, cuando vi aparecer corriendo a Sky, de la cocina al salón.

—¡Sky! —grité, agachándome para acariciarlo—. ¿Me has echado de menos? Porque yo te he echado de menos. 

Sky se tiró al suelo mientras lo acariciaba e Ian se agachó a mi lado para hacer lo mismo.

—Tiene pinta de que sí te ha echado de menos —respondió él, sonriendo.

—Y que lo digas... —Mamá rodó los ojos—. Se ha pasado todo el día en la puerta, lloriqueando.

Yo sonreí y lo cogí del suelo para abrazarlo, él me lamió un lado de la cara.

—Yo me muero de hambre —dijo Nelly—. ¿Hay alguna pizza en la cocina? —preguntó, acercándose al sofá para soltar sus cosas y darle un beso a Chase, que estaba allí sentado—. Buenas noches, cariño.

—Buenas noches, guapa. —Chase le dedicó una gran sonrisa a Nelly que hizo que ella se sonrojara un poco.

—Vuestro padre está haciendo la pizza que queda en la cocina —informó mamá—. Y, lleva esas cosas a tu habitación, Nelly. ¡Aquí no pintan nada! —le regañó, haciendo que ella suspirara y volviera a coger las cosas para subirlas arriba.

—¿De qué es la pizza? —pregunté, dejando de nuevo a Sky en el suelo para volver a levantarme.

—De pollo con verduras —contestó papá, apareciendo en el salón—. ¿Voy llamando al restaurante para pedir la comida china, Megan?

—Sí, cuanto antes se pida, antes llegará.

Yo me giré para mirar a Ian. 

—Espero que te guste la pizza de pollo con verduras. 

—Cualquier tipo de pizza está bien —contestó, asintiendo.

Yo sonreí, me acerqué a él y agarré su mano entrelazando los dedos. 

—¿Me acompañas arriba a soltar nuestras cosas?

No quería dejarle ahí solo, porque me daba la sensación de que estaba un poco incómodo. Y no me extrañaba para nada. Era la primera cena en la que estaba con nosotros, sin contar la primera, que fue una especie de prueba de mamá y papá para saber si les caía bien. Además,  de que, en ese entonces, aún estábamos fingiendo y yo ni si quiera tenía claro lo que sentía por él.

En aquella primera cena, ni si quiera imagine que poco tiempo después, acabaría completamente enamorada de Ian, y cambiando mis planes de «querer mandar toda esa relación falsa al olvido en cuanto acabara el verano» a «querer estar con él todo él rato, a todas horas y en todo momento». Y sobre todo, no separarme de él al empezar el curso, fueran cuales fueran los planes de ambos.

HOPEFULLY  [COMPLETA Y EDITADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora