3. La fiesta de pijamas.

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Sábado por la mañana.

Me desperté pensando en la fiesta de pijamas. Estaba ansiosa y nerviosa al mismo tiempo porque hacía años que no iba a una. Aunque pensaba que esta sería diferente a las que celebraba con mis amigas de la infancia cuando teníamos ocho años, y a pesar de que Erin y Axel me contaron más o menos como sería, no podía evitar imaginarla como las típicas fiestas para adolescentes donde beben, juegan y cuentan anécdotas.

La verdad era que yo no solía beber mucho, solo lo hacía en alguna ocasión especial como fiestas familiares y cosas por el estilo, así que con unos pocos sorbos ya me daba la risa tonta. Por eso me daba miedo pensar en lo que podría pasar si bebía más de la cuenta.

Me duche, baje a desayunar y me encontré con Nelly comiendo un cruasán relleno de chocolate, de esos que solía comprar mi padre los sábados por la mañana antes de irse a trabajar.

—¿Saltándote la dieta otra vez?

—Uhm... —Ella se limpió un poco la boca con una servilleta—. No sé qué tienen estos cruasanes, pero son superiores. Cuando aparecen por la cocina le pueden dar a la dieta.

—Claro, como no.

Cogí un cruasán, me preparé una taza de Nesquik y me senté en la isla de la cocina, justo en frente de Nelly.

—Tengo muchas ganas de la fiesta de después. Estoy segura de que lo vamos a pasar genial y a ti ya te hacía falta divertirte un poco.

—Si tú lo dices —respondí, mordiendo el cruasán—. Aunque sí, yo también tengo ganas.

—Yo no sé de qué espero más... —Nelly se hizo la pensativa un instante—. Si empezar a beber o ver a Eric sin camiseta —dijo de la nada, provocando que casi me ahogara con el Nesquik, por culpa de la risa que se me escapó al no esperar esas palabras.

—Nelly... —traté de susurrar, tosiendo un poco. Ella se levantó y me dio golpecitos en la espalda—. ¿Qué te hace pensar que vas a verle sin camiseta? Por cierto, pobre Chase. ¿No te vale con verle a él sin camiseta? — A pesar de mi ahogamiento, todavía no había podido contener la risa.

—A ver no me malinterpretes, a mí me basta y me sobra con mi Chase, pero a nadie le amarga un dulce y será sólo alegría visual. Y es obvio que le veremos sin camiseta. Es una fiesta de pijamas, en algún momento tendrá que cambiarse.

Mi teoría de que Eric le pudiera llegar a gustar a Nelly, en realidad no se sostenía por ninguna parte. Yo la conocía demasiado bien y sabía que jamás le pondría ojos a nadie que no fuera Chase. Pero entonces... ¿Qué era lo que me estaba ocultando?

—Claro y según tú, piensa cambiarse delante de nosotras.

—No me extrañaría. Puede que los demás vayan a las habitaciones o al baño a cambiarse, pero Eric hará todo lo posible por exhibir esos músculos potentes y sus sofisticados tatuajes.

—Ah, pero, ¿no se suponía que era tan tímido? —resalté, recordando nuestra conversación la pasada noche.

—Eh, bueno, a ver. A lo mejor... —El hecho de que pensara tanto en que decir, delataba su nerviosismo—. ¿Y si solo es tímido a la hora de empezar una conversación?

—Ve a contarle ese rollo a otra.

¿En serio pretendía que me creyera eso?

—Tal vez sólo...

—Nelly, mentir no es lo tuyo así que deja de intentarlo. Sé perfectamente que me estás ocultando algo referente a Eric, pero ya descubriré que es.

Desde luego, la fiesta de pijamas era una buena forma de empezar a indagar.

—¡No te estoy ocultando nada! —dijo en tono de indignación y se levantó para llevar su plato y su taza al lavavajillas.

HOPEFULLY  [COMPLETA Y EDITADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora