—Menos mal que ya ha terminado todo esto —dije en un suspiro, al ponerme el cinturón de seguridad del coche de Ian. Luego eché la cabeza en el respaldo del asiento, agotada.
—Sí, ha sido una noche... —Buscó las palabras adecuadas—. ¿Intensa? —Me miró y se rio—. Pero sinceramente, la esperaba mucho peor. No nos han sonsacado nada, que al final creo que era lo que más nos preocupaba.
—Sí, menos mal. Pero, me siento como una mentirosa patológica.
Aunque los mentirosos patológicos mienten sin ninguna necesidad, ni beneficio alguno, simplemente lo hacen porque sí. Y aunque no era el caso, me sentía mal por mentir tanto a mi familia.
Ian arrancó el coche y yo suspiré, antes de decir:
—Oye. —Le miré, pero el ya estaba concentrado la carretera—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
Ian asintió con la cabeza.
—Claro, dime.
Me sentía estúpida por querer preguntarle eso, pero la curiosidad me podía.
—¿Te ha gustado Astrid?
Sí, definitivamente, en cuanto hice la pregunta, sentí lo estúpida que era.
—¿Qué? ¿Por qué lo preguntas?
Eso me gustaría saber a mí también.
—Por curiosidad.
Igualmente, una parte de mí, pensaba que no se lo preguntaba por curiosidad precisamente.
—¿Y por qué te ha dado de repente esa curiosidad?
—A ver Ian, no estoy ciega. He visto como la has mirado. A cualquiera le habría dado curiosidad.
—Sí, la he mirado como lo habría hecho cualquiera, porque es muy... —Iba a decir algo, pero se cayó de repente. Yo lo miré, confundida, esperando que acabara—. Ha dicho que le gustan las chicas, ¿no? —Cambió de tema—. Y no se si lo recuerdas, pero yo estoy saliendo falsamente con una chica que...
—Sí, vale, lo pillo, lo pillo. —Me reí. Pero después me di cuenta de que tenía quería saber como acabaría la frase. —¿Que era la que ibas a decir? —pregunté.
¿Saliendo falsamente con una chica que...?
—¿A qué te refieres?
—Has dicho algo así como «estoy saliendo falsamente con una chica que...»
—Ah, eso —Ian rio—. Pues iba a decir que, estoy saliendo falsamente con una chica de mirada preciosa y una sonrisa espectacular. ¿Responde eso a tu pregunta de esta mañana?
Vaya, era verdad. A esas horas de la noche, ya se me había olvidado completamente.
—Puede ser...
Me fijé a través de unos de los cristales retrovisores, que estaba tan roja que no sabía que más decir, pero él acababa de aparcar en la puerta de casa, así que cuando volví a hablar, fue para cambiar de tema.
—¿Vas a ir mañana a la fiesta de pijamas en casa de tus primos?
—Claro. Vosotras vais a venir, ¿verdad?
—Sí —asentí—. Entonces nos vemos mañana. —Le sonreí y abrí la puerta del coche—. Buenas noches, Ian —susurré, antes de salir.
—Buenas noches, Sam —respondió con una sonrisa, antes de marcharse.
Cuando entré en casa no había nadie, ya que mamá y papá fueron a dejar a Chase en la suya. Subí a mi habitación y vi todos los regalos de aquel día sobre el escritorio. Saqué la lampara de gato de la caja y la coloqué sobre mi mesita de noche. Busqué una bombilla en los cajones del mueble del salón y cuando la encontré, volví a mi habitación y la enrosqué en las patitas de la figurita de gato. Cuando la encendí, le mandé una foto a Ian. Luego, cogí una gominola del ramo de flores de Eric y, al mirar el ramo sobre el escritorio, noté la pequeña caja de la cual me había olvidado completamente.
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HOPEFULLY [COMPLETA Y EDITADA] ✓
RomantizmSamantha Watson siempre tuvo muy claro lo que quería. Estudiar psicología en la Universidad de Atlanta, tener a sus amigos de siempre y mantener su vida tranquila. ¿Pero, que pasará, cuando toda esa tranquilidad desaparezca? Antes de comenzar su pr...