26. Una chica conflictiva.

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—¿Quién es Esther? —pregunté, mirando a Ian.

Al segundo de decirlo, noté que soné como la típica novia celosa, cosa que vino bastante bien, teniendo en cuenta que Erin estaba delante. Pero lo cierto, es que no estaba actuando.

—Ella es... —Ian comenzó, pero no acabó. En lugar de eso, miró a Erin y le preguntó—: ¿Esther es la chica que robó aquí el año pasado?

—Sí... —susurró ella, apenada—. Dio la casualidad de que, el día que pasó aquello, tú no estabas aquí, porque Liam y tú fuisteis a Charleston a ver a vuestra madre— explicó—. Y como nadie me creyó cuando conté que la pillé robando, nadie te dijo nada. Después la echaron y ya pues, no tenía mucho sentido decírtelo. Sabíamos que lo estabas pasando mal por su culpa y no queríamos hundirte más...

—Eso explica porque se fue de un día para otro, sin dar explicaciones... —Ian parecía atar cabos—. Pero... ¿Es que estuvo con Eric? —Cuando preguntó eso, me pareció ver un gesto de dolor atravesando su rostro. Y eso... no pudo evitar que llegara a dolerme a mí también.

¿Es que esa chica solo trajo problemas? ¿Pero qué clase de persona es?

—Ian... —susurró Erin. A ella le estaba doliendo igual que a mí verlo así—. Eso fue antes de que empezara a salir contigo. —Suspiró—. O, eso creo...

¿Salir con él? 

Sentí una punzada en el pecho.

Osea que, esa chica... es su ex.

—Mamá, ¿por qué quieres comprarte un bolso aquí? —Una chica de cabello negro apareció por las escaleras con una mujer muy parecida a ella. En cuanto Ian y Erin escucharon esa voz, se dieron media vuelta para mirarlas.

—Esther —dijo la mujer, confirmando así, que era ella la chica de la que ellos estaban hablando—. Me has dicho que me acompañarías para visitar a tus antiguos compañeros, no para entrometerte en mis compras. —Después de regañarle, la mujer entró para seguir mirando la segunda planta, dejando a su hija allí.

Oh, no, no, no...

No pude evitar pensar: «¿en serio? ¿En serio tiene que aparecer su ex, justo ahora que me acabo de dar cuenta de lo mucho que me gusta?»

—¿Para visitar a tus antiguos compañeros? —dijo Erin, con sarcasmo, dirigiéndose a ella—. No tienes vergüenza...

—¡Anda! ¡Hola Erin! —Le dedicó una sonrisa, bastante falsa, a mi parecer—. Hola, Ian. —A él también le sonrió y no pude evitar sentir un escalofrío. Ian bufó, dándose media vuelta para subir a la tercera planta—. ¿Es que ni si quiera vas a saludarme?

—¡No tiene nada que hablar contigo! —contestó Erin, un poco alterada.

—¡Y yo no estoy hablando contigo! —respondió ella, riéndose.

¿Es posible tenerle asco a una persona con la que nunca he hablado y que acabo de ver por primera vez? En ese momento me di cuenta de que sí, es posible.

—Esther, deja en paz a mi prima, por favor. —Ian bajó los dos escalones que había subido y se acercó a Erin—. Vete arriba —le susurró—. No tienes porque meterte en un lío. —Erin le dedicó una última mirada fulminante a la tal Esther, antes de hacerle caso a Ian y subir las escaleras.

—¿Ya te has olvidado de mí, Ian? —dijo, sin quitarle la vista de encima—. Porque podemos ir a tomar algo juntos, si quieres...

¿Cómo? 

No estará intentando lo que creo que está intentando, ¿verdad?

—Esther, ¿verdad? —Esta vez, hablé yo. Porque me estaba molestando demasiado y no pude evitar interponerme—. Creo que no nos han presentado. —Le dediqué una sonrisa sarcástica.

HOPEFULLY  [COMPLETA Y EDITADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora