—Perdón, mamá. Pensaba llamar, pero se me olvidó totalmente. —Suspiré, llevándome una mano hacía el puente de mi nariz.
—No te preocupes, Sam, lo único que necesitaba era saber si estabas bien. Nelly ha llegado preocupada y me he asustado.
—¿Qué es lo que a dicho Nelly exactamente?
—Que estabas con Eric pero luego él te dejó con Ian y desaparecisteis. Así que lo importante es que los dos estáis bien, hija. —Ella hizo una pausa un momento, para luego decir—: Y si al final decides pasar la noche con Ian... —Sabía en que sentido iba eso, su voz la delataba—. Escribe un mensaje, para que sepamos si vuelves o no.
Escuché de fondo la risa de Nelly.
—Mamá... —Suspiré, rodando los ojos.
—Y tened mucho cuidado, ¿vale? Soy joven todavía.
—¿Joven para qué?
—¡Para ser abuela, Sam!
—¡Mamá! —exclamé, sin poder evitar soltar una risa. ¿Cómo era posible esta mujer?—. Te veo en casa.
—Pásalo bien, nena, pero no tanto.
—Hasta luego —me despedí y despegué el móvil de mi oreja al escuchar que ella había colgado.
Di media vuelta sobre mí misma, para darme cuenta de que estaba sola y a oscuras, rodeada de siluetas de arboles. Las estrellas sobre mí eran lo único que iluminaba un poco el camino.
—Mierda... —susurré. ¿Dónde me había metido? Posiblemente había empezado a andar en linea recta, distraída, mientras hablaba por teléfono.
Me quedé ahí unos segundos, parada, pensando que hacer. Cuando caí en la cuenta de que podía usar la linterna del móvil, la usé para iluminar mi camino, y acto seguido, dí un grito que debió escucharse hasta en la ciudad.
—¡Joder! —Me llevé una mano al pecho, que estaba acelerado por el susto.
—¡Perdón! —exclamó Ian, que acababa de aparecer delante de mí, de la nada—. Perdóname Sammy, no quería asustarte. —Se acercó a mí para abrazarme, llevando suavemente mi cabeza hacia su pecho, donde solté un suspiro de alivio cuando sentí su calor sobre mí y el suave olor a miel, invadiéndome.
—No te esperaba aquí —murmuré, sin apartarme.
—Lo sé, pero en cuanto empecé a oír que te alejabas me asusté y decidí seguirte de lejos, para que no te perdieras —explicó—. Lo siento.
—No tienes nada que sentir —susurré.
—¿Quieres volver ya? —preguntó y yo negué con la cabeza. Ian sonrió—. Perfecto, porque quería enseñarte una cosa. —Arrugué las cejas y él me agarró la mano con suavidad—. Ven conmigo.
Estuvimos un rato andando con las linternas de ambos móviles alumbrando los senderos por los que pasábamos, hasta llegar a un túnel que, al principio me pareció una cueva, hasta que divisé otra salida al frente. Lo más llamativo para mí nada más entrar allí, fue que, justamente en medio del túnel, había una especie de casita de madera. Nosotros seguimos caminando hasta el final del túnel, ignorando la pequeña casa de madera. Y cuando llegamos al final del túnel, no pude evitar sorprenderme.
—Oh Dios... —murmuré, cuando, delante de mí, pude contemplar la pequeña laguna de agua cristalina, formada gracias al agujero en la pared de piedra que hacía salir el agua en forma de cascada. Todas las estrellas que había sobre nuestras cabezas, se reflejaban en el agua de aquella piscina natural, haciendo que pareciera que estábamos en el borde del espacio.
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HOPEFULLY [COMPLETA Y EDITADA] ✓
RomansSamantha Watson siempre tuvo muy claro lo que quería. Estudiar psicología en la Universidad de Atlanta, tener a sus amigos de siempre y mantener su vida tranquila. ¿Pero, que pasará, cuando toda esa tranquilidad desaparezca? Antes de comenzar su pr...