6. El sueño.

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Era muy temprano, mi alarma acababa de sonar y yo sólo podía darle vueltas en mi cabeza a lo que acababa de soñar.

En el sueño estaba en casa, tranquila, intentando leer algo tirada en el sofá. Cuando de repente sonaba la puerta y al abrirla me encontraba con Eric llevando un ramo de flores enorme entre sus manos. En mi sueño no era muy consciente de la situación, pero por algún extraño motivo, las flores que Eric traía eran para Nelly y eso, a mí yo del sueño, le molestó bastante.

Lo sé. Menuda tontería de sueño. Pero lo que me hacía darle vueltas a la cabeza, era el hecho de que había pensado en Eric lo suficiente como para que se metiera en mi subconsciente hasta el punto de soñar con él. Y, sobre todo lo peor era el por qué demonios a mi yo del sueño, le molestó tanto que sus malditas flores no fueran para ella. Creo que eso hizo que me enfadara conmigo misma.

Al final decidí dejar todos mis pensamientos a un lado y empezar a arreglarme antes de que Nelly volviera a entrar gritando en mi habitación.

Un rato después y tal y como prometió, Eric vino a recogernos por la mañana. Pero no vino con Axel e Ian, ya que, al parecer, ellos tenían que hacer algo importante y probablemente tardarían un poco más en llegar.

Nada más llegar a La Bohème, Nelly y yo tuvimos que entrar al baño y cuando salimos, Ian y Axel habían llegado y estaban sentados junto a Eric en una de las mesas de fuera.

Axel tenía ambos codos sobre la mesa con su cabeza enterrada en sus manos y los ojos cerrados. Ian estaba demasiado concentrado en lo que estuviera viendo en su móvil y Eric... De repente tenía un maldito ramo de flores en sus manos.

¿Es en serio? ¿Otra vez?

No era la primera vez que soñaba algo que al día siguiente acababa pasando. La verdad, no lo asociaba a sueños premonitorios, más bien, creía pensar que eran simples casualidades.

¡Pero menudas casualidades!

—¡Buenos días, chicos! —expresó Nelly para intentar despertarlos del trance. Parecían un poco muertos de sueño.

Axel susurró un suave «buenos días» a penas audible. Ian nos saludó con una sonrisa y Eric nos señaló las dos sillas libres, una a su lado y la otra al lado de Ian.

—Vaya, Eric. ¿Para quién es ese ramo de flores? —le preguntó Nelly con sonrisa pillina, dándole unos golpes sutiles con el codo después de sentarse a su lado.

Por su expresión, nos daba a entender a todos que pensaba que el recado de Ian y Axel consistió en ir a comprar esas flores de parte de Eric.

—Si las quieres, son para ti —le respondió él, haciendo que la cara de mi hermana cambiara su expresión por completo.

Vaya el sueño no falló.

Sí, había tenido unos cuantos sueños así en los últimos años, pero después la realidad no era exactamente igual, solo con unos puntos muy parecidos. Era por eso precisamente, que los asociaba más a las casualidades.

—¿Qué? ¿Para mí? Pero... ¿Por qué?

La cara de confusión de Nelly fue monumental en aquel momento. Tengo que admitir que casi se me escapó una risa.

—Tú seguro que sí las quieres... —dijo Axel, con tono deprimido.

—¿Qué está pasando? ¿Qué nos hemos perdido? —pregunté yo, con el ceño fruncido.

Ian fue el encargado de disipar nuestras dudas.

—Axel las acaba de comprar en la floristería que hay unas calles abajo. Tenía pensado tomar el descanso del medio día para ir a declararse a la chica que le gusta. Pero acaba de ver en su Instagram una foto de ella con otro chico.

HOPEFULLY  [COMPLETA Y EDITADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora