15. El Secreto.

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ERIC.

No podía dormir.

Me pase horas dando vueltas en la cama, dándole vueltas a las palabras de Ian.

"Sam y yo estamos saliendo, Eric".

Sus palabras me atormentaban, giraban en mi cabeza y no me abandonaban.

¿En serio Sam? ¿En serio hace unos días estabas a punto de acabar en mi cama y de repente estás con mi primo?

Era 'casi' imposible que me creyera esa estúpida historia, pero eso no hacía que dejará de pensarlo, eso no hacía que doliera menos la posibilidad de que fuera verdad.

No sabía si creerlo o no, podía ser verdad, cómo podía ser una mentira creada para alejar a Sam de mi por encima de todo. Al fin y al cabo, Ian y mis hermanos le habían cogido muchísimo cariño en poco tiempo y ninguno quería que la hiciera sufrir.

"¿Pero qué pasa con lo que siento yo?"

Era verdad que los celos hacia Ian me consumían cada vez que lo veía hablando o riendose con Sam. El simple hecho de ver lo bien que se llevaban mientras a mí ni si quiera me miraba, por no haber sabido hacer nada bien desde el principio, me mataba por dentro.

¿Pero eso hacia posible el hecho de que empiecen a salir de un día para otro?

Tal vez había algo más desde el principio que yo no había notado.

¿O tal vez si lo había notado y por eso me ponía celoso cuando les veía cerca?

¿Pero algo cómo que?

Joder.

Tenía la cabeza hecha un maldito lío.

Y no sabía que creer, ni que pensar, ni sabía que demonios eran todos los sentimientos horribles que estaba teniendo.

—Necesito salir de aquí. —Susurré  para mí mismo, pasándome la mano por la cabeza para echarme el pelo empapado en sudor hacia atrás.

Me cambié el pijama por algo de ropa. Un pantalón corto gris y una camiseta básica blanca.

Cogí mi móvil y algunas cosas más y salí al parque que estaba entre mi casa y la de los vecinos más cercanos.

La casa de Jake, mi mejor amigo.

Cuando llegue, me senté en el banco más cercano a la gran fuente que no paraba de echar agua desde el centro, que era más alto, hacia sus dos lados semicirculares. Era una fuente enorme que desde luego era lo más llamativo que aque lugar, ya que incluso de noche tenia luces que alumbraban el parque más que las propias farolas.

Pasado un rato, la soledad de mis pensamientos me abandonó por fin para ser sustituida por alguien.

—Has vuelto. —Habló antes de sentarse a mi lado.

Solía ir a aquel parque cuando me sentía mal y ese era uno de los casos.

—No va muy bien. —Le conteste viendo cómo se desvanecía en el ambiente el humo de mi cigarrillo. —¿Qué haces aquí?

—Estaba asomado a la ventana de mi habitación cuando te he visto llegar.

—¿Tampoco puedes dormir? —Me giré para encontrarme con los ojos miel de Jake, mirandome de la misma forma que solían hacerlo siempre. La luz de la fuente iluminandolos.

—Supongo, estaba pensando en como estarías, me dejaste preocupado la última vez que hablamos por teléfono. —El agarró mi caja de cigarrillos y mi mechero y se encendió uno. —Has vuelto a fumar. ¿No va bien tampoco la cosa con tu psicólogo? —Arqueó una ceja preocupado.

HOPEFULLY  [COMPLETA Y EDITADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora