HOPEFULLY [COMPLETA Y EDITADA] ✓

54. Segundo examen.

IAN.

Me desperté por la mañana, de lo que fue un sueño bastante profundo. Me froté los ojos con los dedos de una mano y con la otra, busqué a Sammy en el otro lado de la cama, pero sin éxito de encontrarla.

¿Qué pasó la noche anterior?

¿Acaso la dejé en su casa y todo fue parte del largo sueño del que acababa de despertarme?

Solté un gran suspiro, estirándome un poco antes de aclarar mi vista y encontrarla ahí, justo delante de mí, sentada en la mesa del escritorio, mirando su teléfono.

—¿Sammy? —Mi voz salió ronca de primeras y carraspeé la garganta para encontrarla. Ella levantó su vista para mirarme y me sonrió dulcemente.

—Buenos días, amor —susurró, en tono suave.

Bum, Bum, Bum.

Latido acelerado, seguido de un escalofrío.

Sin poder evitar la sonrisa de mis labios, me dije a mí mismo: «empezamos bien la mañana, amigo». 

Sammy tenía ese efecto sobre mí.

—Buenos días, preciosa. —Sonreí—. ¿Qué hora es? —pregunté, levantándome para quedar sentado en la cama, de espaldas a la pared.

—Las diez de la mañana. Te he dejado dormir porque sé que estabas cansado del estrés de ayer.

El estrés de ayer...

—Oh, mierda... —murmuré.

—¿Qué pasa?

—El examen de hoy... ¡Ayer no estudié nada! —Me levanté de la cama de un salto, llevando mis manos a la cabeza y notando que ni si quiera me cambie para dormir. Ambos llevábamos exactamente la misma ropa del día anterior—. ¡Joder, joder!

—Ian, tranquilo. —Ella soltó el móvil en el escritorio y se levantó, acercándose a mí y tomando mi brazo con cuidado para llevarme a la cama, hacerme sentarme y luego sentarse a mi lado—. Lo tienes todo bajo control, te sabes todas las respuestas a todas las preguntas y aunque no fuera así, todavía quedan un par de horas para el examen, ¿no es así?

Yo asentí, pero aún así, sentía los nervios recorrer cada parte de mi cuerpo.

—¿Crees que nos dará tiempo a ducharnos, cambiarnos, desayunar, llegar allí y estudiar antes del examen? —pregunté con nerviosismo.

—Si empezamos ya, por supuesto que sí. —Sammy asintió, acariciando mi brazo con gentileza.

—Vale, vale... —suspiré, tratando de calmarme.

—Además, ayer le di tantas vueltas al pasillo de la universidad, que pude ver de reojo una especie de biblioteca... No le presté mucha atención por los nervios, pero creo que es bastante grande. Tal vez puedas repasar allí, mientras hacemos tiempo hasta que empiece tu examen a las doce y media.

—Está bien, pasaremos por allí... —Me levanté de la cama y ella conmigo—. Mierda, tenemos el tiempo en contra...

—No tanto, tranquilízate, tenemos dos horas y media.

—Dos horas y media pasan volando si tienes muchas cosas que hacer...

Ella pareció pensar. 

—Puede que tengas razón... Pero hay que ser positivos. —Me guiñó el ojo y yo la acerqué a mí para abrazarla.

—Tú siempre tan positiva. —Le besé la cabeza, mientras ella me apretaba con fuerza—. ¿Qué te parece si...

—¿Sí? —Élla levantó su cara, dejando su barbilla sobre mi pecho para mirarme, pero sin dejar de abrazarme.