Derek

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-Muy bien Sofía, vámonos. - dice Dam abriendo la puerta del auto.

-Damián cuidala mucho. Cuida lo que come, toma y que no se separe de ti en ningún momento.

-Estaré bien amor, ya platicamos de esto. - trato de tranquilizarlo un poco.

-Lo sé Sofi, pero no sé, algo me dice que no te deje ir. - dice tomando mi mano.

-Gab, deja de asustarla, va conmigo, yo daría la vida por ella de ser necesario. - dice esta vez Damián.

-Bien, vayan. Cuando lleguen me avisan. Sofía el cinturón cariño.

-Ya listo. - digo señalando, pues el está fuera del auto. - ten cuidado.

-Tu también. - deja un beso casto en mis labios y mientras el auto avanza veo como se queda parado en la puerta de la oficina.

-Sofía - dice esta vez Damián.

-¿Si?.

-Tranquila, todo estará bien. Solo son sus nervios, hace mucho no sales sin el, pero todo estará bien.

-Puedo poner música, estoy algo impaciente y nerviosa.

-Claro, espera no te muevas, yo te paso el cable.

-¿También tu Dam?.

-Prometí cuidarte y eso haré. - con una sonrisa en el rostro veo como me alcanza el cable y pongo mi música. Pero con el paso de las calles, el sueño me invade y decido dormir un poco.

••••••••••

-Sofi, Sofi - cuando abro los ojos estamos frente a un gran edificio así que deduzco que hemos llegado. - llegamos.

-¿Qué tiempo dormí? - digo frotando mis ojos.

-Todo el camino, casi media hora.

-Ahora bajo, solo le aviso a Gabriel que llegamos.

-Bien te espero para ayudarte.

~Llegamos Gab, te veo más tarde.

+Bien, cuidate cariño, gracias por avisar. Disfruta de tu comida.

En cuanto leo su mensaje, apago el celular, pero no puedo evitar sentirme mal por mentirle.

-¿Todo en orden? - dice Damián mientras me abre la puerta del auto.

-Si, solo me siento mal.

-¿Quieres ir al hospital? ¿Es el bebé?.

-Dam, tranquilo - le digo mientras salgo del auto - me siento mal pero por mentirle a Gabriel, no quiero lastimarlo.

-Sofi, en cuanto sepas toda la verdad sobre el accidente podrás contarle todo.

-Lo sé Dam, pero luego tendré que enfrentar a mi padre, luchar por la custodia de mi hermana, y defender lo que me pertenece.

-Creme que todo esto no será en vano, vamos.

Más tranquila pero aún con la cabeza llena de tantas cosas, caminamos hacia la empresa del señor Derek.

-Buenas tardes, tenemos una sita con el señor Connor.

-Si claro, ¿Con quién tengo el gusto? - dice esta vez la resepcionista.

Sin rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora