Enfrentamiento 2

252 16 1
                                    

-El problema es con ella, no contigo- dice Gabriel mientras intenta controlarse.

-Es mi amiga y lo que tengas contra ella, también lo tienes conmigo. - dice más enojado.

Por alguna razón todo esto me trae malos recuerdos, como el hombre de aquella noche. Trato de acercarme más a Damian pues siento miedo, y ya no quiero seguir escuchando esta discusión pues temo que llegue más lejos.

-Aquí yo soy su jefe y no tienes porque meterte.

-El ser su jefe no te da derecho a lastimarla - dice rodeandome con sus dos brazos pues al parecer ya se percató de que estoy llorando - estabas apretandola del brazo Gabriel. Si eres su jefe,  pero eso no te da el derecho de lastimarla física o psicológicamente.

Un dolor de cabeza me invade, es muy fuerte como para seguir de pie, así que trato de llamar la atención de Damian, pero antes de que el lo note yo siento que los ojos se me cierran.

-Damián - es la última palabra que sale de mi boca antes de perder la noción del tiempo.

-Sofía - alcanzó a escuchar su voz,  pero muy lejos. Siento que alguien me carga y después de eso todo se torna oscuro y confuso.

•••••••••••••

*Sofía si supieras todo lo que provocas en mi, quizá me entenderías * escucho una voz a lo lejos.

Poco a poco abro los ojos y me percató que estoy recostada sobre el sofá de la oficina de Gabriel, el esta sentado en una silla justo frente a mi, con la mano en el arco de su nariz.

-¿Qué me ocurrió? - preguntó mientras trató de levantarme, pues estoy recostada en el sofá. Me agarro la cabeza, justo en el momento que me mareo.

-Te desmayaste. El doctor dijo que se debe al estrés, cansansio y también te afecto un poco más,  debido a que no llevas una alimentación correcta.

-Qué raro jamas me había ocurrido algo así - digo con mi mano aún en la cabeza.

-Damian fue a traerte algo de comer. Vuelve en unos minutos.

-Gracias - digo por las atenciones.

-No me agradezca a mi - dice mientras se pone de pie - y aprovechando que no esta el entrometido de mi hermano - dice pasándose la mano por la nuca - quiero pedirte una disculpa por lo de hace rato.

-No te preocupes. - alzó la mirada para verlo -  Solo necesitas aprender a controlar tu ira - digo sin pensarlo.

-Lo tendré en cuenta - dice algo molesto, pero no lo parece del todo.

-Lo siento, no era mi intención decirte eso.

-Estoy acostumbrado a escucharlo de Damian - dice con una pequeña sonrisa, que se esfuma en unos cuantos segundos.

-¿Por qué eres así? - preguntó sin pensarlo.

-¿Así como? - dice mirándome extrañado.

-Bueno, cambias de humor muy rápido, la mayor parte del día estas enojado, casi nunca sonríes y te gusta alejarte del resto de las personas.

-Madure a muy temprana edad Sofía, no sabes lo que es vivir con la presión de tus padres para que hagas siempre lo ellos quieren, no sabes lo que es vivir sin poder decidir por tu propia cuenta - puedo notar una gran tristeza en sus ojos.

Me pongo de pie,  para caminar hasta su lado. Cuando llego coloco mi mano en su mejilla para que baje la mirada y me vea directo a los ojos pues esta muy alto.

-De hecho yo - cuando estoy a punto de contarle que mi padre me trata igual llega Damian con la comida, lo que hace que nos separemos rápidamente.

-Los dejo solos para que coman- dice Gabriel mientras toma sus llaves y sale a toda prisa de la oficina.

-¿Ahora lo haces llorar? - dice Damian bromeando.

-Eso es imposible - digo con una pequeña sonrisa en el rostro.

-Claro -  su respuesta suena más que como un sarcasmo que como un murmuró, pero decido no tomarle importancia - Ahora ven que tienes que comer algo - dice Damian mientras camina a la pequeña sala que se encuentra en la oficina de Gabriel y coloca la comida - el doctor dijo que esto se debe a la presión que tienes actualmente y a la mala alimentación que llevas.

-No es eso, simplemente he perdido el apetito últimamente - tomo asiento a su lado.

-Si claro - dice con una pequeña sonrisa - ven aquí Sofi - dice mientras me abraza y despeina mi cabello.

-Oye - digo entre risas - tengo hambre. - le digo cuando estoy más tranquila.

-Claro la comida - dice separándose de mi.

Abre la caja donde trae la comida y me pasa mi plato, luego el toma el suyo e iniciamos a comer al mismo tiempo.

Jamás pensé encontrar un amigo como Damian, con ese carisma pero a la vez con la responsabilidad y amabilidad que lo caracteriza. Sin duda alguna es el mejor amigo que pude haber encontrado.

Sin rumboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora