-¿Donde dormiremos?
-Tengo una idea - camina hasta una maleta y saca una cobija afelpada, para luego colocarla sobre el piso de la sala, pegada a una pared. Una vez más regresa a las maletas y saca otra cobija - listo, dormiremos aquí.
-Sofi es el piso, ¿en verdad quieres dormir aquí?.
-Si, no tengo problema con ello ¿y tu?.
-Tampoco, solo quiero que estés cómoda.
-Lo estaré, cuando era pequeña, hacía esto en el jardín, amaba ver las estrellas.
-¿Por qué dejaste de hacerlo? - se queda callada y no menciona palabra alguna por lo que entiendo, no quiere hablarlo - entiendo, pero Sofía ya a pasado mucho, solo quiero saber más de ti cariño.
-Aún no puedo - camina sin decir más y se sienta sobre la cobija.
-Lo siento - se recarga en la pared.
-Esta bien, no te preocupes - su semblante cambio es como si hubiera hecho algo malo.
-¿Dije algo que te incómodo?.
-No, no, esto no es por ti.
-¿Entonces?.
-No importa, dejemos esto a un lado ¿si?.
-Bien cariño, mejor vamos a dormir, ¿Quieres?.
-Si - camino hasta llegar a su lado y me recuesto sobre la cobija. Vaya no es tan cómodo como esperaba, jamás había tenido la necesidad de dormir en el piso. - se nota que jamás lo has hecho - suelta una pequeña carcajada.
-A caso ¿Te burlas de mi?. - volteo con una sonrisa en mi rostro y veo que es mutuo.
-Es muy gracioso Gab, hay tantas cosas que son tan normales y ver tu cara al hacerlas es demasiado gracioso - no deja de reír y solo la observó, quisiera congelar este momento donde ella no está sufriendo y sonríe.
-La verdad nunca tuve la necesidad.
-¿Ni cuando jugabas? - dice asombrada.
-Aunque te sorprenda, cuando era pequeño casi no jugaba, no tuve una infancia normal.
-¿Quieres hablarlo? - veo que tiene interes así que decido platicarle un poco, quizá así ella también se habrá conmigo.
-Te contaré un poco ¿quieres?.
-Si - ella se recarga sobre mi hombro. Pará estar cómoda, la acomodo y la rodeo con mi brazo mientras ella nos cubre con su pequeña cobija - tus pies salen.
-Me pude dar cuenta - suelto una pequeña carcajada, pues mientras ella está cubierta de pies a cabeza, mis pies salen de la cobija.
-Cuéntame - voltea a verme.
-Bien, cuando era pequeño casi nunca jugaba, al ser el primer hijo siempre me mantenían en clases de lo que fuera, practicando algún deporte, querían que fuera el niño perfecto, si te soy sincero no recuerdo haber jugado alguna vez.
-Eso debió ser terrible, pero ¿No jugabas con Damián?.
-No lo recuerdo en los primeros años de mi vida, y en donde lo recuerdo no son muchos, recuerda que soy mayor por algunos años. Cuando el ya tenía unos cuatro años, solíamos ir a los juegos en la noche. El sabía que si mis padres se enteraban que estaba jugando en vez de “hacer mis deberes”-hago comillas con mis manos - recibiría un regaño. Así que en la noche nadie se enteraba.
-¿Realmente así eran tus padres?.
-Si, pero solo querían lo mejor para mí, supongo. Solo no entiendo porque a Damián si lo dejaron hacer lo que quisiera y yo no, creo que jamás entenderé eso.
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Sin rumbo
Teen FictionEspero poder contarles toda mi historia hasta con el más mínimo detalle, pues he tenido una vida tan dura desde pequeña, que el simple hecho de viajar a los recuerdos, me duele. Todo inicio el día que mi madre falleció, pues mis dos hermanas y yo...