Prólogo
Sin rumbo así es mi vida.
Ya estaba cansada de la vida que llevaba en casa. Si, siempre tuve cenas en lugares elegantes, escuelas pagadas, clases extra escolares, todo lo que quise pero ¿A que costo?. Se que tenerlo todo suena fascinante ante los ojos de cualquiera, ¿No es así?, pero siempre me falto atención, amor, me falto una persona que me corrigiera y me guiara por un buen camino. En cambio siempre estuve rodeada de personas falsas que solo buscaban un bien propio por tenerme en su vida. Créanme que lo soporte todo y jamas puse pero alguno, pero que me obligaran a casarme con alguien que yo no amo, no lo iba a permitir y mucho menos si había dinero de por medio..
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-No señora, yo no me voy a casar con Robert, ni siquiera lo conozco. - le digo con un fuerte tono de voz, a la esposa de mi padre.
-Entiéndelo hija, la condición para que recibas la herencia de tu abuela es casándote y te desposes o hasta que cumplas los 21 años.
-No me digas hija, por que no lo soy ¿entiendes?. Y por lo de la herencia pues esperen dos años mas, yo no me caso - cierro la puerta con coraje.
Corro a mi habitación y cierro.
-¿Yo casarme con ese tipo?, sueñan.
Jamas pensé casarme, lo único que quiero es viajar y vivir feliz al lado de una persona que en realidad me quiera.
Me tengo que ir antes de que se den cuenta y antes de que congelen todas mis cuentas para evitar que lo haga.
Subo a mi auto y salgo corriendo al banco más cercano, retiro una fuerte cantidad de dinero, con esto me alcanza para rentar un lugar, por lo menos dos meses y comida, claro mientras encuentro un empleo.
Regreso a casa, al parecer nadie se percató de mi ausencia. No lo pienso dos veces, así que preparo una mochila, donde coloco toda la ropa que alcance en esta. Tomo un pequeño bolso donde guardo mi celular y todo el dinero que retire, coloco también algunas fotos, mis audífonos, una memoria y un bote de agua.
Recojo mi cabello en una coleta alta y me coloco la chamarra que más amo, una chaqueta color verde militar con parches.
Solo espero a que todos estén dormidos, para salir de casa.
Me acuesto en la cama y pongo mi despertador a las tres de la mañana, para salir a la hora en que es cambio de guardias.
Antes de que pueda cerrar los ojos, alguien toca a mi puerta.
-¿Quien?.
-Yo tu padre.
-Pasa.
-Me puedes explicar ¿Por que no te quieres casar con Robert?.
-No me puedes obligar a casarme con alguien a quien yo no amo.
-Claro que puedo, soy tu padre.
-Lo eres cuando quieres - digo alzando un poco la voz - ¿Dónde estuviste cuando más te necesite? La vez que casi muero, dime ¿Dónde estuviste?.
-Sabes que soy un hombre muy ocupado.
-¡Claro! El señor "perfecto", acéptalo jamas te he importado, ni yo ni mis hermanas, solo te interesa el dinero.
-No eres quien para gritarme - dice alzando la voz.
-Qué más da, tu para mi tampoco eres nadie, mis hermanas son muy diferentes a mi y lo sabes, ellas te respetan solo por tener la "etiqueta" de padre, pero yo no, a ellas las convences con el típico discurso de que haces lo mejor para ellas, pero sabes que yo no voy a caer tan fácil.
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Sin rumbo
Teen FictionEspero poder contarles toda mi historia hasta con el más mínimo detalle, pues he tenido una vida tan dura desde pequeña, que el simple hecho de viajar a los recuerdos, me duele. Todo inicio el día que mi madre falleció, pues mis dos hermanas y yo...