Mejores amigas por siempre (Yelena Belova)

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Prólogo: Yelena y tú eran muy cercanas en el Red Room, y ahora que ella es libre de su control mental, está liberando a las otras Widows, como tú.

Advertencia: Spoilers implícitos de 'Hawkeye' y 'Black Widow', además de pequeñas menciones implícitas de eventos ocurridos en 'End Game'.

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Desde que Natasha Romanoff, junto a su hermana Yelena Belova, ex Widows del Red Room lo destruyeran, Yelena junto a un grupo de Widows comenzaron a buscar a las demás alrededor del mundo, dispuestas a librerarlas del control mental al cual están sometidas contra su voluntad.

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27 años atrás...

Yelena, ésta será nueva habitación. Y ella es tú compañera T/N Lavrov.–Le dijo la directora del área de habitaciones del Red Room a Yelena mientras habría la puerta de un cuarto pequeño, en el cual había un camarote y un escritorio en un pequeño rincón.

En el centro de la diminuta sala, una niña de no más de 7 años, estaba parada con la espalda recta mirando al frente.–T/N, muestrale donde está su ropa y cual será su cama.

Por su puesto Señorita Magomedova.–Con eso, la directora cerró la puerta y dejó a Yelena en la habitación contigo.

Hola Yelena, puedes dormir aquí, en la cama de arriba, yo duermo aquí abajo porque suelo caerme mientras duermo, y tú ropa está aquí.–Le explicaste abriendo la puerta del pequeño closet con una sonrisa.

Gracias....–Susurró.

Escuché hablar a los adultos sobre tú familia, y de que te separaron de tú hermana... debió haber sido lindo tener una, siempre me he imaginado como sería tener una hermana mayor.–Le dijiste mientras te sentabas en tú cama, y Yelena se acercaba poco a poco, hasta sentarse junto a tí.

Sí... teníamos un silbido secreto... la extraño mucho...–Dijo tomando una almohada y abrazándola muy fuerte.

–Lo siento... pero no te preocupes. Sé que no es lo mismo, pero ahora me tienes a mí, y prometo jamás abandonarte. ¿Mejores amigas por siempre?–Le preguntaste levántandote de la cama para ponerte frente a ella, extendiéndole tú dedo meñique de la mano derecha para cerrar su pacto con una pinky promise.

Mejores amigas por siempre.–Respondió con una gran sonrisa, para luego abrazarte muy fuerte.

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Presente...

–¿Algún movimiento dentro de la casa?–Preguntó Yelena a través del comunicador a su compañera.

Ambas habían llegado a una casa en medio del bosque cerca de un lago, en la cual se suponía que una Widow vivía.–Negativo. No logro ver nada desde aquí.

–Voy a entrar. Ven por mí en caso de que hayan problemas. Llevo el antídoto conmigo.–Dijo Yelena acercándose a la puerta trasera tratando de no hacer tanto ruido.

Yelena llevaba el antídoto en la mano derecha, mientras inspeccionaba la casa, y tenía su mano izquierda cerca de su arma en caso de que lo necesitara. Cuando llegó a la sala de estar, alguien la atacó por la espalda, y comenzaron a pelear.

Al tener el mismo entrenamiento, ambas sabían los movimientos de la otra, y como bloquearlos, pero en un momento Yelena logró someterte y tumbarte en el suelo manteniendo tús brazos en tú espalda, y te susurró al oído.

–¿Aún sigues cayendote de la cama mientras duermes?–Preguntó con la esperanza de que la recordaras.

Yelena sabía que habían Widows, las cuales no fueron parte del programa de control mental, y fueron manipuladas psicologicamente, como Natasha. Y estaba casi segura de que tú eras una de ellas.

–¡¿YELENA?!–Exclamaste al darte cuenta de quien era con quien estabas peleando.

–Gracias a dios. Menos mal te pregunté, sí no, hubiese malgastado este antídoto en tí.

¿Todo bien ahí adentro?–Le preguntó su compañera a través de su comunicador.

–Sí, así es, yo me encargo desde aquí.–Respondió.

–¿Qué estás haciendo aquí? Creí que te habrías ido con tú hermana a salvar al mundo.–Le dijiste acercándote a tú mini bar, para servir dos shots de vodka.

–Pues salvándote. Aunque tenía la esperanza de que fueras parte de la generación de Natasha, manipulada psicologicamente en lugar de mentalmente para así no gastar un antídoto más.–Respondió tomando el shot que le ofreciste.

–Lamento lo de Natasha...–Dijiste con un tono de sinceridad en tú voz.

–Sí también yo... pero fue su decisión. Ni si quiera su amigo pudo detenerla...–Respondió con tristeza, tomando asiento en una de los sofás de la sala de estar.–Así que... ¿Hace cuanto que vives aquí?

–Desde que la uva gigante hizo desaparecer a la mitad de las personas. Cuando Dreykov murió, yo estaba en Italia, con uno de sus más cercanos que dirigía la sucursal allí.

Mi trabajo era protegerlo, pero para serte sincera, llevaba años planeando como escapar. Tomé la oportunidad y lo asesiné. Viajé por todo el mundo tratando de esconderme, y buscándote. Cuando ocurrió el blip, me mudé aquí y no volví a moverme. Creí estar bien escondida hasta que llegaste tú, rubia.–Le explicaste tomando un sorbo de vodka de la botella.

–Sí bueno... soy de la única que jamás has podido esconderte, niña bonita.–Respondió riéndose, provocando que tú también te le unieras.

–Yelena... ese día... en el que nos separaron... créeme, que hice todo lo posible para volver contigo. Cuando escapé, intenté buscarte, pero no logré encontrarte... luego me dí cuenta de que también desapareciste... Lo siento tanto.–Le dijiste mirándola a los ojos, con toda la sinceridad del mundo.

–Lo sé... al fin y al cabo... Somos mejores amigas por siempre.–Respondió con una pequeña sonrisa, la cual le devolviste mientras le servías más vodka.

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