Prólogo: Stephen se da cuenta de todo el daño que te hizo durante mucho tiempo.
Advertencia: Alcoholismo.
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El hecho de que Stephen saliera con Christine, te estaba destruyendo por dentro lentamente. Cuando estabas con él, actuabas cómo si estuvieras bien y feliz por su relación. Pero cuando estabas a solas en tu departamento, comenzabas a beber con la esperanza de olvidar el dolor que sentías. Obviamente a escondidas de él, ya que se enfadaría muchísimo si supiera que volviste a recaer.
Tiempo atrás, Stephen te había dado la noticia de que él y Christine habían terminado. Lo cual al principio te dio algo de esperanza, pero al ver que lo único que hacía era hablar de ella, incluso después de seis meses de su ruptura, ya te tenía más que harta.
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Te encontrabas bebiendo de una botella de whisky en la soledad de tu hogar, cuando el sonido de alguien llamando a la puerta te sacó de tus pensamientos.
Guardaste silencio con la esperanza de que la persona se fuera, pero eso no pasó.
–T/N, soy yo, Stephen. Sé que estás ahí. Ábreme por favor.–Le escuchaste decir, por lo que te levantaste del sofá, prácticamente arrastrando los pies, hasta llegar a la puerta y abrirla.
–Estoy ocupada, ¿Qué necesitas?–Le preguntaste fríamente, sin quitar el pequeño cerrojo de cadena, impidiendo que se abriera por completo.
Al verte, Stephen frunció el ceño, y al bajar la mirada, vio la botella de whisky en tú mano. El maquillaje de tus ojos estaba esparcido en tu rostro como si hubieras estado llorando, y no se te veía para nada de bien.
–¿Comenzaste a beber otra vez?–Te preguntó seriamente, pero a la vez preocupado.
–Sí no necesitas nada, entonces vete.–Le dijiste cerrando la puerta en su cara, ignorando su pregunta.
Mientras caminabas hacia el sofá bebiendo de la botella, el cerrojo de cadena se quitó y la puerta se abrió, dejando a Stephen pasar al departamento.
–Que bien. Ya ni en mi propia casa puedo estar tranquila porque ahora la gente usa magia para entrar.–Rodaste los ojos hablando de forma sarcástica pero molesta, dejándote caer en el sillón, tú voz haciendo notar lo ebria que estabas.
Stephen cerró la puerta tras él, para luego abrirse paso entre el desorden que había y sentarse junto a ti.
–Me prometiste que habías dejado el alcohol. ¿Cuando volviste a recaer?–Te preguntó con voz suave.
Después de tomar un gran sorbo de la botella y acabar su contenido, la lanzaste al suelo frente a ti, antes de sacar otra del cajón junto al mueble del sofá.
–¿Y eso a ti que te importa?–Le preguntaste de vuelta, volviendo a notarse en tu voz lo ebria que estabas. A la vez que abrías la otra botella y comenzabas a beber su contenido.
–Dame eso.–Dijo acercándose para quitarte la botella, mientras tú la alejabas de él, estirando tus piernas en su dirección para alejarlo, provocando que ambos cayeran al suelo, Stephen sobre ti.
–¡Déjame Stephen!–Le gritaste, antes de que te quitara la botella y se levantara del suelo.–¡Dame mi botella!–Volviste a gritar, levántandote del suelo para alcanzar la botella. Pero Stephen la levantó fuera de tu alcance, y ni si quiera de puntillas podías tomarla.
–No T/N. Debes dejar de beber.–Te dijo haciéndote a un lado, para ir a la cocina y verter el contenido en el fregadero.
–Pero si serás un desgraciado mago hijo de... hijo de tu mamá.–Reclamaste enojada, sacando una pequeña botella de alcohol de uno de los cajones.
–¡Dame eso T/N!–Exclamó Stephen, acercándose a ti, pero ya habías bebido todo el contenido.
Volviste a sentarte en el sofá, soltando un gran y pesado suspiro, tomando una bolsa de doritos que había en la mesita de café para comenzar a comerlos. Stephen sentándose junto a ti.
–Querida me estás preocupando. ¿Qué es lo que te sucede?
–No soy tu "querida" Strange.–Le dijiste gesturando con los dedos, para seguir comiendo.
–Me estás asustando, T/N. ¿Qué es lo que ocurre contigo?
–¿Por qué mejor en lugar de venir aquí y actuar como si te importara lo que me pasa, no te vas con tu querida y amada Christine?–Le hablaste mientras te ponías de pie y le lanzabas el paquete de doritos, antes de caminar hacia la cocina.–¡Ah si es cierto! ¡Ustedes rompieron!
Stephen se levantó y te siguió, solamente observándote preocupado por el como estabas actuando.
Ya te había visto ebria antes. Cuando se conocieron, ya tenías problemas con el alcohol, y él mismo te ayudó a salir de eso. Pero a pesar de haberte visto de esa manera, nunca habías sido tan cruel y fría con él. Generalmente te ponías sentimental en cuanto a tu infancia con Howard y lo distante que él había sido contigo y Tony.
–¿Sabes? Cuando me dijiste que habían terminado, me dio algo así como una pequeña ilusión de esperanza.–Le dijiste mientras te servías una copa de vino, la cual bebiste de una sola vez, para luego tirarla al fregadero y seguir tomando de la botella.–Pero no fue así.
En lugar de eso, venías a mi, para hablar de cuánto la extrañabas. De cuanto la amabas y de que lo único que querías era tenerla de nuevo.–Le dijiste mientras silenciosas lágrimas caían por tus ojos.–Y no te imaginas cuánto yo deseaba, y aún deseo, poder ocupar el lugar que ella ocupa en tu corazón.
Pero eso nunca va a poder ser, porque tu nunca, jamás en tu vida me vas a ver de la manera en la que la ves a ella.–Le dijiste con voz temblorosa, comenzando a sollozar y llorar más desesperada.
–Es hora de dormir, linda.–Te susurró dulcemente, tomando la botella de tus manos, antes de abrazarte y acariciar tu espalda y cabeza con su mano, ésta vez sin alejarte de él, y dejándote envolver por sus brazos.
–¿Por qué no puedes quererme? ¿Qué hice mal?–Le preguntaste, mientras él te tomaba en sus brazos, envolviendo tus piernas en su cintura y te cargaba hasta tu habitación.
Al llegar ahí, ya te habías quedado dormida, así que Stephen te metió en la cama, y te arropó, antes de sentarse a tu lado y acariciar tu rostro, quitando unos mechones de cabello de tu rostro.
–Sí te quiero, T/N. De hecho, hace poco me di cuenta de que te amo. Solo que no lo había notado.–Susurró, aún acariciando tus mejillas y jugando con tu cabello.–Nunca hiciste nada mal. Al contrario, hiciste todo bien.
Fui yo quien no se dio cuenta de la maravillosa mujer que tenía en frente. No me había dado cuenta de lo mucho que te había lastimado, y créeme que me arrepiento tanto de ello.
Estaba ciego, solo espero que aún no sea muy tarde para que me aceptes en tu vida. Para que aceptes todo el amor que tengo para entregarte, así mismo como también tengo la esperanza de que me perdonarás, y pueda aún ser digno de tu amor.–Habló con sinceridad, antes de acercarse a ti para dejar un largo beso en tú frente.
Terminó de arroparte bien, y se fue a ordenar un poco tu departamento para que no tuvieras que hacer nada cuando despertaras.
Nunca se había dado cuenta de lo mucho que te había dañado, y ahora que lo hizo, quería enmendar las cosas.
Tenía miedo de que tal vez ya estuvieras decidida a alejarte de él, pero aún así, tenía la esperanza de que podría obtener tu amor y tu perdón.
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Avengers OneShots
Fanfic-Oneshots -Imaginas -(***) en el título significa smut *Este libro contiene material sexual explícito, temas sensibles, y lenguaje (patrocinado y advertidas por el mismísimo Steve Rogers)* *Y recientemente agregado, "ABC's of sex with..."* *Utilizac...