Avengers OneShots

Comenzar de cero (Wanda Maximoff)***

Prólogo: Wanda y tú solían odiarse, hasta que las cosas cambian durante una misión.

Imperio_otomano
Advertencia: Menciones implícitas de tortura, fingering, oral-smut, smut, magic kink (eso existe?).
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No saben cómo, ni cuándo comenzó su gran odio por la otra, pero simplemente estaba. Wanda llegó un años después que tú a la Torre, junto con su hermano. Y desde la primera vez que conociste a la bruja, ambas sintieron un odio tremendo hacia la otra. Y las cosas se mantuvieron así por los siguientes tres años.

No se soportaban, y nadie podía hacer nada al respecto. Ni si quiera Pietro que se convirtió en tu mejor amigo, podía hacer que se llevaran bien entre las dos. Lo cual ocasionaba peleas porque ambas querían pasar tiempo con él.

Un día fueron enviadas a una misión las dos solas, ya que se necesitaban de sus habilidades. Ella como bruja, y tú con tus estrategias de combate y todo lo que te enseñaron en Hydra.

Tuvieron que parar en mitad del camino en un pequeño motel para poder descansar, y para su mala suerte, habían una sola habitación disponible, con una cama.

–Genial.–Dijo Wanda rodando los ojos y entrando a la habitación, seguida por ti.

–Muy típico de novela adolescente.–Murmuraste dejando tu bolso en el suelo junto a la ventana del otro lado de la cama.–Tú puedes dormir en la cama, yo dormiré aquí.

–¿Enserio vas a dormir en el suelo?–Te preguntó la bruja, no creyendo lo que estabas diciendo, desde donde estaba recostada en la cama.

–No sería la primera vez.–Le dijiste buscando tu ropa en el pequeño bolso que llevabas, mientras la otra se quedaba en la cama, quedándose dormida de a poco debido al cansancio.

Caminaste hasta el baño privado de la habitación, y la quedaste observando por un par de segundos, una pequeña y casi imperceptible sonrisa dibujándose en tu rostro, para luego entrar y darte un ducha.

(.....)

Un grito lleno de desesperación y dolor despertó a Wanda. Aún estaba vestida con las mismas ropas que llegó y recostada por encima de todas las frazadas. Vio la hora en su teléfono y eran las 2:30am.

Al voltear la cabeza hacia el lado, te vio tirada en el suelo, tapada con una vieja manta que supuso le pediste a la señora de la recepción, y tu chaqueta doblada para usar de almohada.

Aún seguías con los ojos cerrados, pero soltabas pequeños quejidos y de vez en cuando gritos de dolor, a la vez que te girabas de una lado hacia el otro de forma brusca.

–¿T/N?–Trató de despertarte desde su misma posición en la cama, pero no la escuchabas. Los gritos se hacían cada vez más fuertes, y pareciera que te estuvieran golpeando e hiriendo dentro de tu sueño.–¡T/N despierta!–Gritó ésta vez, acercándose a ti para arrodillarse a tu lado y comenzar a sacudirte.

Ya estando junto a ti, pudo ver las lágrimas corriendo por tus mejillas, y el sudor frío que te recorría el cuerpo. Al igual que pudo escuchar que murmurabas su nombre desesperada dentro del sueño

Comenzó sacudirte con más fuerza y a prácticamente gritarte al oído, pero estabas tan metida en la pesadilla, que ni si quiera podías oírla. Así que usó sus poderes para entrar en tu cabeza, y hacer que despertaras de inmediato.

Soltaste un último grito, y te sentaste de golpe viendo a tu alrededor, respirando agitada y muy confundida.

–Hey, hey... cariño, mírame.–Te habló con suavidad, tomando tú rostro con ambas manos para girar ti cabeza en su dirección y verte a los ojos.–Estás a salvo... tranquila... no estás en Hydra, estás aquí, conmigo...–Susurró mientras limpiaba las lágrimas, y atraía tu cabeza para dejarla en su pecho y poder abrazarte, mientras seguías regulando tu respiración y sollozando.–Tranquila... no voy a dejar que nada malo te pase...–