Avengers OneShots

Dos meses (Frank Castle)***

Prólogo: Frank vuelve a ti después de haber desaparecido por dos meses completos.

Advertencia: Oral-smut (mujer resiviendo), masturbacion, smut.
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Incluso antes de abrir la puerta del pequeño departamento donde vivías, Frank podía sentir el olor a comida hecha en casa. Tu comida. Algo que había extrañado con locura durante el último tiempo. Dos meses para ser exactos.

Después de la muerte de Maria y sus hijos, jamás se imaginó llegar a sentir algo por otra mujer en toda su vida. Además de tener el miedo constante de que alguno de sus enemigos pudiera intentar hacerle daño mediante sus seres amados.

Sin embargo cuando llegaste a su vida, le demostraste todo lo contrario. Desde el primer instante en que te conoció, pudo sentir que eras la indicada. Que te volverías alguien realmente importante para él, y que serías su perdición.

Frank no quería interrumpir tu inspiración, no era muy común verte cocinar porque realmente no te gustaba. Pero cuando lo hacías, es porque de verdad te sentías inspirada y con ganas de preparar algo.

Insertó la llave y abrio la puerta lo más silencioso posible, sin ánimos realmente de querer distraerte, pero ya había captado tu atención pese a sus intentos de discreción.

–¿Frank...?–Preguntaste en un leve susurro mientras apagabas el fuego de la olla, viéndole caminar hacia la diminuta cocina del pequeño departamento, y cerrando la puerta de entrada tras él.

–Hola, princesa...–Te saludó con una gran sonrisa, ignorando todos los cortes y moretones en su rostro. Y ni hablar del resto de su cuerpo.

Te acercaste a él y envolviste tus brazos alrededor de su cuello, abrazándolo con fuerza pero también cuidando de no lastimarlo.

Frank devolvió el abrazo, pasando sus brazos por tu cintura y escondiendo su rostro en tú cuello y en tu cabello, respirando tu esencia y convenciendose a sí mismo de que nada te pasó durante el tiempo que no estuvo.

–¿Por qué tardaste tanto? Me tenías preocupada...–Le dijiste frunciendo el ceño y con lágrimas corriendo por tus mejillas, alejándote un poco para verle a los ojos y tomar su rostro con ambas manos para examinarlo.

Él solo te observaba con una sonrisa y un brillo en sus ojos.–Tenía que asegurarme de que todo estaba en orden antes de volver contigo.–Llevó su gran y áspera mano a tu mejilla para acariciarla con cariño, sus nudillos rojos y con sangre seca que no sabías muy bien si era de él o alguien más. Y honestamente, no tenías interés en saberlo realmente.

Lo único que importaba, es que Frank estaba de vuelta. Había vuelto a ti. Tal y como lo prometió antes de irse. Y como siempre prometía antes de ir a cualquier lugar.

Poco a poco, se fue acercando a tus labios, rozando su nariz con la tuya en busca de cualquier signo de desaprobación por tu parte. Pero sin poder contenerte, estrellaste tu boca con la de él, envolviéndolos en un beso desesperado y lleno de amor a la vez.

Llevaste tus manos a su cabeza para apegarlo aún más a ti y profundizar en el beso, mientras Frank llevaba sus manos a la parte de atrás de tus rodillas para subir tus piernas y envolverlas en su cintura, sujetándote para que no cayeras y poder llevarte a la habitación.

Te dejó con suavidad en la cama, él posicionándose encima de ti y sin dejar de besarte.

Comenzó a bajar hasta llegar a tu cuello, dejando húmedos besos en el camino, mientras pasabas tus manos por su cabello y tirabas de él.