Celos (Bruce Banner)***

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Prólogo: Bruce es algo posesivo y celoso en cuanto a ti.

Otro pedido más que les traigo, espero como siempre digo que te guste y lo disfruten. Escríbanme por privado con toda confianza sin miedo al éxito, y recuerden que voy a estar escribiendo pedidos.

Les traigo un obsequio hoy, y es que les voy a dejar dos capítulos. Espero los disfruten 😃

Advertencia: Smut casi al final del capítulo.

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Desde el primer momento en el que Tony te presentó ante Bruce, este quedó totalmente impregnado y enamorado de ti.

Pensaba todo el día en ti, y buscaba formas en las que pudiera pasar más tiempo contigo, y así lo hacía. Le molestaba muchísimo cuando pasabas tiempo con otros hombres, y es por eso que intentaba alejarte de ellos.

Bruce ya te había llevado a un par de citas, pero aún no sabía como pedirte que fueras su novia oficialmente. Y justo cuando iba a buscarte para hablarte de ello, te encontró conversando alegremente con tu amigo Steve.

A Bruce le hirvió la sangre, y te sacó de allí inmediatamente y te llevó a un lugar apartado para poder hablar.

–¡¿Qué estabas haciendo con él?!–Exclamó molesto, con el cuello un poco verde.

–Solo estábamos hablando, nada más... Steve es mi amigo...–Susurraste con voz temblorosa y evitando su mirada.

–Él no quiere ser tu amigo, quiere algo más contigo y tu no te das cuenta porque eres muy inocente.–Te dijo con los dientes apretados.

–L-lo siento yo no—Hablaste con voz temblorosa, pero Bruce te interrumpió soltando un grito, haciendo que te sobresaltaras.

–¡Tienes que darte cuenta!–Gritó dándole un golpe a la pared.

Lo único que hiciste, fue salir rápidamente del lugar e irte lo más lejos posible. Bruce se dio cuenta del error que cometió, e intentó seguirte para disculparse, pero te perdió de vista. Así que lo único que se le ocurrió, fue ir a tú habitación de la Torre y esperarte allí.

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Cuando llegaste por la noche, Bruce seguía en tu cuarto recostado en la cama, y al verte, se levantó rápidamente y caminó hacia ti, y tú instintivamente intentaste alejarte.

–Linda, no... hey, perdóname. No quise asustarte ni mucho menos reaccionar de esa manera, estuvo mal.–Te habló con suavidad, mientras se acercaba lentamente a ti, posando ambas manos en tus hombros.

–¿Por qué te pusiste así? Steve y yo solo solos amigos.–Le dijiste mirándole a los ojos con lágrimas amenazando con salir.

–Lo sé, y lo siento. Es solo que yo sé que Steve quiere algo más contigo, y me da miedo perderte.–Explicó juntando su frente con la tuya.–Él no puede darte lo que yo sí puedo... de hecho, hoy iba a pedirte que fueras mi novia, pero creo que lo arruiné...–

Sabías que lo que Bruce había hecho estaba mal, pero aún así no podías negar los sentimientos que tenías por él. Así que lentamente te acercaste, y posaste tus labios sobre los de él, envolviéndolos en un tierno beso.

Una vez que se separaron, ambos tenían sonrisas en sus rostros.–Me encantaría ser tu novia.

Al escucharte, la sonrisa creció aún más en el rostro de Bruce, y te abrazó con todas sus fuerzas, cuidando de no lastimarte, y te dio otro beso, más apasionado que el anterior.

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Después de un tiempo, ambos tomaron la decisión de irse a vivir juntos fuera de la Torre para tener más privacidad. Así que rentaron una pequeña casa, lo suficientemente grande para ustedes dos, o un bebé en el futuro, algo que habían hablado previamente, y ya luego cuando ahorraran lo suficiente, comprarían algo propio para ustedes.

Pero Bruce no podía sacarse de la cabeza de que quería hacerte completamente suya, y que tuvieran un bebé como prueba de su amor, para que así todos los demás supieran de ello.

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Era una mañana tranquila y normal, en la que tú dormías abrazada a Bruce con tu cabeza en su pecho, y él estaba recostado en su espalda, con un brazo abrazándote y acariciando tu espalda, mientras miraba al techo pensando en qué hacer.

Luego de varios minutos, pensó para sí mismo que si no lo hacía ahora, nunca podría, así que se posicionó sobre ti, y comenzó a besarte el cuello, sacándote un suave gemido dentro de tú sueño.

–¿Qué haces...?–Le preguntaste riendo una vez que ya habías despertado completamente. A la vez que Bruce bajaba una de sus manos por tus shorts de pijama y ropa interior, para insertar dos dedos en ti, robándote un gemido aún más alto.

–Solo déjate llevar, linda.–Susurró en tu cuello, mientras movía sus dedos dentro de ti.–Pero sí quieres parar, solo dime.

La nueva sensación que te recorría por dentro era extraña, pero a la vez te gustaba, así que en lugar de apartarlo, tomaste su rostro con ambas de tus manos, y le diste un beso apasionado, introduciendo tu lengua en su boca.

Cuando Bruce sintió que tus paredes ya le estaban apretando, sacó sus dedos de dentro de ti, y comenzó a desvestirse él mismo también, para luego comenzar a mastubarse y alinearse con tu entrada.

–Recuerda, sí quieres parar, lo hacemos.–Aseguró, para luego comenzar a introducirse en ti.

Un fuerte gemido salió de tú boca, y enterraste tus uñas en los hombros de Bruce, escondiendo tú rostro en su cuello, adaptándote a la nueva sensación que te recorría.

Poco a poco, Bruce comenzó a moverse dentro de ti, tocando partes que nunca te habías imaginado que podían ser tocadas, y haciéndote sentir cosas que nunca antes habías experimentado.

–B-bruce...–Gemiste arqueando la espalda ante la ola de placer que estaba próxima a arrasar contigo.

Bruce sintió como tus paredes le apretaban, sintiendo que acabarías en poco tiempo, también debido al estímulo que resiviste antes, sin posibilidad de acabar en ese momento.

–Lo sé pequeña... solo déjate llevar, y déjame sentir como te corres alrededor mío...–Susurró en tu oído, siendo eso lo que necesitabas para que el tsunami de placer arrasara contigo, tus ojos llenándose de lágrimas, y tus piernas comenzando a temblar.

Sentirte gimiendo en su oído, fue lo que Bruce necesitó para expulsar su semilla dentro de ti, tratando de llegar lo más profundo posible sin desperdiciar nada.

Una vez que se aseguró de que te llenó por completa, salió de dentro de ti, y se recostó a tu lado, ambos respirando agitadamente.

–Eso fue...–Dejaste la frase volando en el aire sin terminarla, aún asimilando todo lo que acababas de sentir.

–...maravilloso.–Completó Bruce, abrazándote y dejando pequeños besos en tú hombro desnudo.

–Sí... así es...–Respondiste con una pequeña risita, abrazándolo de vuelta.

Avengers OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora