Cuidando de ti (Steven Grant)

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Prólogo: Amaneces enferma así que novio Steven cuida de ti.

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Steven había estado despierto durante toda la noche como usualmente lo hacía, así que cuando vio en el reloj que ya iba siendo hora de que te despertaras para ir a trabajar, se acercó a ti y te abrazó por la espalda, dejando tiernos besos en tú hombro.

–Querida... buenos días... ya es hora de despertar linda...–Susurró en tu oído, besando tiernamente tu mandíbula.

Poco a poco comenzaste a despertar, para darte vuelta en su dirección aún en sus brazos, con los ojos entreabiertos acostumbrándote a la luz del sol que entraba por la ventana.

–Buenos di—Le ibas saludando, cuando una fea tos te interrumpió. Afortunadamente alcanzaste a darte otra vez la vuelta para no toserle a Steven encima.–Lo siento.–Te disculpaste con voz ronca, para volver a toser.

–Querida esa tos no se escucha para nada bien.–Te dijo preocupado. Una vez que te volviste a recostar en la cama boca arriba, posó su mano en tú frente.–Y definitivamente tienes fiebre. Quédate aquí que te voy a preparar el desayuno. Mientras tanto, llama a tu trabajo que no podrás asistir y yo haré lo mismo.–Te dijo dejando un beso en tú mejilla, para luego levantarse de la cama, quitando la cadena de su pie en el proceso.

–¿Pero y tú por qué?–Le preguntaste con voz ronca, antes de que un estornudo seguido de tos te interrumpieran.

–No puedo ir a trabajar si tu estás así, alguien tiene que cuidar de ti.–Te respondió acercándose a ti por tu lado de la cama para sentarse junto a ti de frente.

–No tienes que hacer eso cariño.–Hablaste con voz ronca, posando tu mano sobre la de él.–Voy a estar bien. No quiero que después Donna te regañe o te diga algo por faltar al museo.

–Tranquila querida, yo me encargaré de eso después, ahora lo que importa es cuidar de ti. No voy a dejarte sola.–Te dijo antes de dejar un beso en tu frente y partir a preparar tu comida.

(.....)

No sabes realmente cuánto tiempo pasó, ni en qué momento te dormiste después de haber llamado a tu trabajo.

Steven dejó la bandeja en tú mesita de noche, para luego sentarse junto a ti en la cama viendo en tu dirección, pasando un mechón de cabello que estaba en tu rostro tras tu oreja.

Una gran sonrisa se le dibujó en la cara, y se tomó un par de segundos para admirar lo hermosa que te veías durmiendo tan tranquila y pacífica. Después de tanto tiempo, aún no podía creer lo afortunado que era de tenerte a su lado.

–No sé que fue lo que hice para merecerte, pero desde que llegaste a mi vida, todo ha sido mucho mejor.–Habló en voz baja, la sonrisa aún en su rostro.–De verdad que tengo suerte de tenerte querida mía. No te imaginas cuánto te amo.–

Aún sentado junto a ti, comenzó a moverte con cuidado y suavidad para despertarte.

–Linda... despierta, te traje tu desayuno.–Susurró dulcemente con la sonrisa intacta.

Abriste los ojos y poco a poco volviste a incorporarte en la cama, pasando tu mano por ellos mientras Steven dejaba la bandeja en tu regazo, acomodándola para que no derramaras nada.

–Lo siento... no me di cuenta cuando me quedé dormida.–Le dijiste sonando algo dormida y soltando una pequeña risita.

–Está bien, no te preocupes. Después de comer puedes volver a dormir si quieres.–Te aseguró dándose la vuelta para sentarse en su lado de la cama junto a ti, tomando su taza de la bandeja.–¿Sabes que te ves muy hermosa cuándo duermes?–Te preguntó con timidez.

–De seguro no más que tú.–Le respondiste dándole un mordisco a tu tostada, haciendo que sus mejillas se tornaran de un ligero color rosado.

Steven se quedó por el resto del día cuidando de ti y asegurándose de que no te faltara nada. No dejaba de dar vueltas por su pequeño apartamento preocupado por ti. Así que al final terminaste dejándolo en la cama, para tu poder recostarte sobre él y ambos dormir por el resto del día.

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Hola gente, aquí les traigo un pedido más que me hicieron por privado. Espero lo hayan disfrutado.

Las peticiones siguen abiertas para que puedan sentirse libres de escribir por privado.

Cuídense y tomen agüita. Bye 🤗

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