Un dios en la cocina (Loki Laufeyson)

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Prólogo: Convences a Loki de que cocine contigo.
(Una petición de soft Loki que me hicieron, espero te guste)

Advertencia: Ninguna.

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–Vamos, cariño, ¡Será divertido!–Le dijiste a tú esposo, mientras le tomabas de la manga de su cardigan, tratando de levantarlo de su posición en la cama donde estaba leyendo, y fallando épicamente.

–Ya te lo dije, querida. Cocinar no es algo que un dios haga.–Respondió tranquilamente, volviendo a su lectura, y tú aún tirándole del brazo.

–¡Ay por favor Loki! Haces muchas cosas que un dios no se supone que haga...–Reclamaste sentándote arriba de él, evitando que pudiese volver a leer, mientras Loki movía el libro para tratar de ver lo que decía.–¡Por favoooooor! ¡Podemos cocinar algo delicioso para los dos!–Dijiste moviendo tú cabeza, evitando que pudiese ver el libro.

–Mi reina, ya te dije que no. Ahora, ¿Podrías dejarme leer?–Preguntó pacientemente.

Es sabido por todos que Loki no le tiene paciencia a nadie, pero cuando se trata de ti, eso cambia totalmente. No hay límites cuando se trata de su reina, mucho menos para su amor.

Ambos se conocieron en la Torre Stark. Para ese momento también eras una Vengadora. Loki y tú se volvieron muy cercanos, y poco tiempo después iniciaron una relación.
Ocho meses después de haber estado saliendo, tuviste un accidente durante una misión, en la cual casi moriste. Loki se sentía desamparado, y estaba aterrado de que no volvieras a despertar.

Los doctores dijeron que jamás podrías volver a caminar, lo cual te trajo una gran depresión, e intentaste alejar a Loki, pero él se quedó a tú lado.
Fueron meses y meses de una larga y dura recuperación, en los cuales Loki te llevó a Asgard para buscar alguna manera de ayudarte a caminar otra vez, y lo logró. Después de tú recuperación, se casaron.

Fue en ese momento en tú boda, en el que decidiste renunciar a la vida de Vengadora para iniciar con tú propia pastelería, un sueño que siempre tuviste desde niña. Loki también renunció a las misiones para poder estar contigo, y ya pasar el resto de sus vidas juntos.

–¡Por favor Loki! Ven a cocinar conmigo y te doy lo que tú quieras cambio.–Le rogaste abrazándolo muy fuerte. Esto le hizo pensar, y con una sonrisa maliciosa te inclinó hacia atrás para mirarte a la cara.

–¿Lo que yo quiera...?–Preguntó con su típica sonrisa y tono juguetón a la vez que coqueto. Al ver su rostro, comenzaste a arrepentirte, pero era la única manera de que aceptara ir a cocinar y pasar tiempo contigo.

–Lo que tú quieras.–Contestaste con toda la seguridad que pudiste encontrar en ti.

–Muy bien. Vamos a cocinar.–Anunció pasados unos segundos de silencio.

(.....)

–Muy bien mi reina.–Dijo ya en la cocina mientras se ponían sus delantales.–¿Qué vamos a cocinar hoy?

–Pastelillos de chocolate y fresa, tús favoritos.–Respondiste, acercándote para dejarle un beso en la mejilla, y comenzar a buscar los ingredientes.

–Debiste haber comenzado por eso, querida.–Dijo con una sonrisa, mientras comenzaba a buscar en los gabinetes los recipientes y utensilios de cocina.

Aunque no lo admitiera, a Loki le gustaba, y le divertía muchísimo cocinar contigo, a pesar de que siempre en lugar de aceptar de inmediato, te dejaba rogarle y adularlo antes de decir que sí. Tú también sabías que lo hacía a propósito, pero te gustaba consentirlo.

Ya llevaban un rato cocinando mientras hablaban y reían. Los pastelillos estaban listos, así que lo único que faltaba ahora era dejarlos que se hornearan.

–Bueno querida, los pastelillos ya están en el—Iba hablando Loki, cuando un gran montón de harina le cayó en la cara, entrándole un poco a la boca, el cual escupió de inmediato.–¿Así que eso es lo que quieres?–Preguntó juguetonamente, mientras tomaba otro saco de harina y comenzaba a perseguirte.

–¡Te dije que sería divertido!–Gritaste mientras corrías alrededor de la casa, antes de quedar cubierta en harina después de que Loki se teletransportara frente a ti y diera vuelta el embase de este sobre ti.–¡Hey eso no es justo!–Exclamaste riendo, mientras te sacabas la harina de los ojos.

–Oh, no sabes lo que es justo cariño.–Respondió de vuelta, tomándote en sus brazos y pasándote por su hombro, ambos riendo, para después tirarte al sofá y posicionarse sobre ti y comenzar a hacerte cosquillas.

–¡¿Crees que es muy divertido faltarle el respeto a tú dios?!–Preguntó entre risas, mientras te hacía cosquillas.

–¡¡¡LOKI YA BASTAAA!!!–Gritaste sin parar de reír. Lo único que se te ocurrió para que dejara de molestarte, fue tomarle del rostro, y estrellar tús labios con los de él.

Después de unos segundos, se separaron ya que te estabas quedando sin aire.–No me gustan las cosquillas.–Aseguraste con una sonrisa, tratando de recuperar todo el aire perdido en las cosquillas y el beso.

–Oh, sí claro, veo que no.–Dijo riendo, para volver a acercarse a ti y besarte tiernamente los labios. Al escuchar el sonido del horno que indicaba que ya había terminado, Loki te ayudó a levantarte del sofá para ir a la cocina.

Mientras terminaban de decorar los pastelillos, ambos seguían jugando y molestando el uno al otro, dándose pequeños empujones, haciéndose pequeñas cosquillas, o pelliscándose.

–Lucen espectaculares.–Dijiste, mientras observaban su obra maestra.

–Pues claro que sí. La mayoría los hice yo.–Respondió burlonamente, sacandote la lengua.

–¡Eso no es cierto!–Contestaste devuelta entre risas, mientras te sacabas el delantal y te sacudías la ropa y la cabeza.–Muy bien. Ahora, ¿Qué es lo que quiere a cambio, su majestad?–Preguntaste acercándote a él, y pasando tús brazos por su cintura.

–Primero que todo.–Habló con una sonrisa, haciendo desaparecer su delantal con su magia.–Vamos a ir a darnos una ducha juntos porque estamos llenos de harina y mezcla de pastelillo...

–¿Por qué no usas tú magia para limpiarnos?–Le interrumpiste frunciendo el ceño.

–Porque no quiero.–Respondió arrogante, provocando que soltaras una pequeña risita y rodaras los ojos.–Y después... te voy a hacer el amor todo el día hasta que te canses de mí.–Aseguró pasándote una vez más por su hombro, provocando que rieras incontrolablemnte.

–¡Eres algo único Loki Laufeyson!

–Al igual que usted, Señora Laufeyson.–Respondió de vuelta con una sonrisa, mientras subía las escaleras de la casa para llegar al baño privado en su habitación.

Avengers OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora