Natasha Romanoff (Sugar mommy AU)***

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Prólogo: Nat es tu sugar mommy y se pone celosa al verte hablando con otra chica en una fiesta a la que te invitó.

MilagrosLucero072
Advertencia: Fingerinf, oral-smut, vibrador, un poco de degradación, celos, handcuff kink, blindfold kink, edging.
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El inicio de tu relación con Natasha fue algo inesperado, pasaste de ser su secretaria a su niña consentida. Ella pasó de ser tu jefa a ser tu sugar mommy, un arreglo mutuo del cual ambas obtenían beneficios.

Le acompañabas a fiestas y eventos, como este. Una pequeña gala en la que tendrían que compartir con ciertas personas, conversar, etc. Lo cual para ti era fácil al tener una personalidad extrovertida, pero los celos de Nat lo hacían algo difícil.

Durante la fiesta, conociste a una chica llamada Wanda. Ambas se llevaron muy bien, y permanecieron juntas durante la noche ya que Nat estaba ocupada con otras personas, al igual que el esposo de ella.

En un momento, Natasha volteó la cabeza desde el otro lado del gran salón donde se llevaba acabo la gala al escucharte reír, y te vio charlando alegremente con la chica.

Los celos comenzaron a invardirle, así que dejó su copa de champagne, y se dirigió hacia ti.

–¿Disfrutando de la fiesta?–Te preguntó al llegar a tu lado, con un tono de voz que notaba una ligera irritación y molestia.

–Así es. Nat, te presento a Wanda.–Le dijiste con una sonrisa, gesturando en dirección a la pelirroja frente a ti.

–Es un gusto, señorita Romanoff. He oído mucho de usted.–Le saludó extendiendo la mano y con una sonrisa en el rostro.

–Ajá. Como sea.–Estrechó su mano, viéndola de arriba abajo, para luego voltearse en tu dirección.–T/N nos tenemos que ir. Disfruta de la fiesta, Wanda.–Te tomó de la mano, y ni tiempo te dio para decir nada, para arrastrarte fuera de ahí, gritándole un adiós a la chica.

(.....)

El viaje hacia su casa fue totalmente silencioso. Intentaste entablar una conversación con ella, pero pronto te diste cuanta de lo celosa que se encontraba por la forma en la que se estaba comportando contigo, así que mejor dejaste de intentar.

Una vez llegaron, te tomó de la mano y te guió hasta su habitación, donde te tiró en la cama y comenzó a buscar en su closet una caja negra.

Al verla, tragaste saliva nerviosa, sabiendo lo que se venía.

–¿N-nat?–Preguntaste con voz temblorosa, sintiendo ya la piscina entre tus piernas.-¿Está todo bien?

–No lo sé, tu dime.–Te dijo con expresión seria, parándose frente a ti en la cama con un vibrador en la mano, un antifaz de dormir negro y con unas esposas rojas.

–¿F-fue por lo de Wand—

–Ni si quiera quiero volver a escuchar su nombre. De ahora en adelante, el único que vas a decir y gritar, es el mío. ¿Entendido?–Te dijo acercándose a ti para quitarte el vestido, dejándote con solo tus bragas ya que con el vestido no podías usar brasier, y esposó tus manos al respaldo de la cama.–Sabes perfectamente que eres solo mía.–

Tu respiración comenzó agitarse ante lo exitada que estabas, y más aún cuando puso el antifaz en tus ojos.

Nat empezó a pasar la yema de sus dedos por partes aleatorias en tu cuerpo, haciéndote dar pequeños saltos de vez en cuando al sentir el contacto de sus pieles.

Comenzó a bajar, y a bajar, hasta que llegó a tus bragas, donde jugó con éstas, antes de quitártelas de una sola vez, junto con tus zapatos altos.

–¿Tan mojada ya, princesa?–Te dijo en voz baja, notándose su deseo en ella.–No sabes lo que te espera...

Abrió tus piernas con brusquedad haciéndote soltar un gran gemido ante la acción tan repentina.

Pasó sus dedos por tus pliegues, haciéndote respirar desesperada, moviendo tus caderas en busca del placer, pero simplemente no llegaba.

–Nat...–Susurraste impaciente, tirando de las esposas.

–¿Nat qué?

–N-necesito—

–Ahora mismo no me interesa lo que necesitas, éste es tu castigo por lo de hoy.–Te dijo a la vez que introducía el vibrador en ti, haciéndote gemir.–No quiero oírte gemir ni que te corras hasta que yo te diga, ¿entendido?

Lo único que hiciste fue asentir con la cabeza, mientras Nat subía el vibrador a toda la potencia, haciéndote dar un pequeño salto y hacer un pequeño chillido ante lo repentino que fue.

–¿Qué fue lo que te acabo de decir, princesa? Si te portas bien y hacer lo que digo, tal vez te deje correrte al final.–Volvió a bajar la intesidad, al mínimo, para después irla subiendo poco a poco.

Así se lo llevó por la siguiente media hora, simplemente torturándote y dejándote al borde del orgasmo, pero sin dejar que te corrieras. Mientras ella se había sentado en una silla frente a ti en los pies de la cama, quitándose las bragas y subiendo su vestido para posar sus pies en la cama y abrir las piernas, a la vez que se tocaba a ella misma, viéndote a su merced.

Mordías tu labio con fuerza haciéndole sangrar, sintiendo el vibrador al máximo.

–Déjame escucharte, linda. Déjame oír tus gemidos.–Te dijo Nat, sin dejar de tocarse.

Al momento de oír sus palabras, soltaste un gran grito con su nombre en él, tirando aún más fuerte de las esposas y retorciéndote en la cama.

¡Nat por favor! Ya no aguanto...Gemiste desesperada, lágrimas cayendo por tus mejillas.

–Quiero oírte suplicar por ello, querida.–Te dijo levantándose de su asiento, para posicionarse sobre ti y quitar el antifaz, quedando a centímetros de tu rostro.

–Por favor, Nat te lo pido. Necesito... necesito correrme por favor... ya no lo aguanto...–Le suplicaste respirando agitada con lágrimas en tus ojos. Pero a pesar de todo lo que estabas sintiendo, estabas disfrutándolo como nunca.

La rusa te ofreció una arrogante sonrisa, para luego darte un rápido en los labios.

Se subió el vestido hasta la cadera, y se sentó en tu rostro, dejando su femineidad en tu boca.

–Cómeme, y córrete.

Comenzaste a devorarla sin esperar más, haciéndola gemir al instante, mientras ella subía el vibrador a todo lo que daba, haciendo que te corrieras de inmediato y gimieras en su parte baja, enviándole vibraciones a todo el cuerpo.

Nat tiró de tu cabello con fuerza, guiándote hasta donde te necesitaba, y al estar tan sensible por sus acciones previas, se corrió en tu boca sin previo aviso.

Una vez comenzaron a calmarse, Nat se separó de ti y se bajó en vestido, para luego remover el vibrador de ti y dejarlo a un lado. Te quitó las esposas, y besó tus enrojecidas muñecas, recostándose a tu lado.

–¿Te encuentras bien?–Te preguntó acariciando tú espalda y cabeza.

–Debería ponerte celosa más seguido.–Reíste en su cuello, abrazándote a ella.

Nat rió suavemente, y dejó un beso en tu frente.

Avengers OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora