Avengers OneShots

La verdad no creíble (Pietro Maximoff)

Prólogo: Pietro y tú son mejores amigos, y cada vez que coquetea contigo, crees que no significa nada. Cuando en realidad significa todo para él.

Advertencia: Ninguna.

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–¿Te dolió?–Te preguntó Pietro cuando llegó al café donde trabajabas mientras se inclinaba en el mesón donde entregabas las órdenes.

–¿Cuando caí del cielo?–Le dijiste devuelta con una risita.

–Exacto.–Respondió con una sonrisa coqueta mientras terminabas de preparar un café.

–No porque me arrastré desde el infierno hasta acá.–Contestaste con una sonrisa juguetona, para luego llamar a la persona del café.

–Bueno... eso no lo vi venir.–Dijo riendo.

–¿Qué haces aquí, por cierto?–Le preguntaste mientras comenzabas a preparar otra orden.–Creí que estarías entrenando en la Torre con el Cap o en una cita con alguna chica o chico por ahí.–Dijiste dándole la espalda. Tú pregunta haciéndole sentirse un poco mal.

Desde que te conoció, supo que quería algo más que amistad, pero al parecer eso no es lo que tú querías. Al verlo coquetear con tantos chicos y chicas, jamás lo tomaste enserio cada vez que se te acercaba y te coqueteaba o invitaba a salir a citas con él.

–Estoy aquí porque quería verte printsessa, ¿Es tan difícil de creer que quiero pasar tiempo contigo?–Preguntó mientras jugaba con sus manos nerviosamente y miraba hacia abajo.

–No...–Respondiste con una risita.–Pero creí que estarías haciendo otras cosas. Como sea, mi turno ya terminó así que deja ir a buscar mis cosas y vamos a comer algo, ¿Te parece?–Le preguntaste apoyándote en el mesón frente a él con una sonrisa.

–Aquí te espero bonita.–Respondió acercándose a ti para quedar a centímetros de tú boca. Pusiste tú mano en su rostro y lo alejaste de ti, pero él la tomó y la besó, lo cual provocó que rodaras los ojos mientras te ibas.

En múltiples ocaciones Pietro te había dicho que le gustabas, pero jamás le creíste y pensabas que solo estaba jugando. Era bastante difícil de creer que pudiese estar interesado en ti de verdad ya que siempre estaba coqueteando con todos, así que nunca lo tomaste enserio e hiciste tús sentimientos por él a un lado.

(.....)

–Así que, ¿A donde me vas a llevar printsessa?–Preguntó Pietro mientras pasaba su brazo por tú cintura, pero tú lo apartaste.

–Vamos a ir a mi departamento porque estoy agotada y así podemos ordenar pizza y ver una película.–Respondiste mientras caminaban.

–Uuuhh, ya veo... quieres tener una cita conmigo.–Te dijo con tono juguetón y coqueto a la vez mientras se acercaba y acariciaba tú mejilla con su mano.

–No es una cita Maximoff.–Dijiste mientras apartabas su mano de tú rostro.

–Pero podría serlo...–Insistió con inocencia.

–Eso no va a suceder Pietro Django Maximoff.–Respondiste soltando una risa.

–¿Pero y por qué no?–Te preguntó parándose frente a ti para que dejaras de caminar.

–Pues porque solo somos amigos. Yo no te gusto, tú no me gustas. Fin de la historia.–Le dijiste tratando de pasar por su lado, pero se movió para bloquearte el paso para poder volver a hablar.

–Tú sí me gustas printsessa.–Aseguró totalmente serio mirándote a la cara.

–Sí, claro.–Dijiste no tomándole enserio.

–¡¿Por qué no puedes creerme?!–Exclamó dejando caer sus brazos a su lado.–¡¿Qué tengo que hacer para que me creas printsessa?!

Porque, honestamente ya me estoy quedando sin ideas.–Te dijo mirándote a los ojos.–Cada vez que te digo que me gustas, que te quiero, que te amo, o te invito a una cita, no me tomas enserio.–Señaló poniendo sus manos en sus caderas.

–B-bueno porque es lo que haces con todos.–Respondiste.–Le coqueteas a todos y todas, no solo a mí Pietro.–Aseguraste viéndole a los ojos seriamente, pero confundida a la vez.

–Pero a la que quiero es a ti.–Te dijo poniendo sus manos en tús brazos.–Eres tú con quien quiero salir a citas, tomar de la mano en la calle, o besar cuando quiera, printsessa. Por favor... créeme.–Insistió ahora posando sus manos en tús mejillas.

–¿E-entonces es enserio?–Preguntaste aún no siendo capaz de procesar toda esa información.

–Sí...–Respondió soltando una pequeña risita.–Sí printsessa, es verdad. No hay nadie más en este mundo con quien quiera estar.–Aseguró con una gran sonrisa.

–Que bueno porque yo también quiero lo mismo.–Le dijiste con una gran sonrisa, posando tús manos sobre las de él, mirando por un milisegundo a sus labios y después a sus ojos.

–Entonces no se diga más...–Susurró sonriendo mientras se inclinaba para dejar un tierno y real beso en tús labios.