La rubia y su bryunetka (Yelena Belova)

3.6K 180 1
                                    

Prólogo: Yelena quiere saber sí sientes lo mismo por ella, así que Kate le ayuda.
(Otro pedido más, espero lo disfruten)

Advertencia: Ninguna.

○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●○●

Desde que Natasha trajo a Yelena a la Torre, no pudo evitar fijarse en ti. T/N Stark, nada más ni nada menos que la hija del genio playboy billonario filantropo, Tony Stark.

Siempre que pasaba tiempo contigo, se sentía feliz, algo que en el Red Room jamás había ocurrido. De alguna manera supiste llegar a su corazón sin notarlo, y poco a poco, se fue abriendo contigo, hasta el punto de contarte sus más profundos y oscuros secretos. Al igual que tú.

Formaron una muy linda amistad en cosa de meses, y siempre pasaban tiempo juntas. Cuando estabas en el laboratorio terminando experimentos, o en el taller con tús inventos y los trajes de tú papá y tuyos, ella siempre te acompañaba.

–¡Ahí estás! ¡Te he estado buscando por todos lados! ¿Qué haces aquí?–Le dijo Kate a Yelena, mientras abría la puerta de la azotea donde la rubia se encontraba afilando sus cuchillos.

–No quería ser encontrada... ¿no sé si te diste cuenta?–Respondió Yelena.

–¡Ja! Sí, sí me di cuenta. Como sea, hay algo que debo de preguntarte.–Le dijo Kate tomando asiento junto a ella en el suelo.

–Y yo veré sí la respondo.–Contestó de vuelta Yelena con expresión neutra.

–¿Es verdad que te gusta T/N?–Le preguntó inocentemente.

Al escuchar la pregunta, Yelena se detuvo en seco, y se quedó pensando unos segundos.–¿Qué dijiste?–Le preguntó mirándola a la cara.

–¡Qué si te gusta T/N!–Le gritó en el oído la otra.

–Okey, okey, no hay por qué gritar Kate Bishop.–Se quejó la rubia cubriéndose un poco el oído.–¿Por qué preguntas eso?

–Bueno pues porque siempre estás pegada a ella.–Respondió como sí fuera lo más normal del mundo.–De hecho, me sorprende que no estén juntas ahora.–Dijo mirando alrededor.

–Okey. A, no siempre estoy 'pegada' a ella, puede ser al revés también. B, está en una reunión con Stark ahora. Y C, no es de tú incumbencia.–Señaló, apuntándole con el cuchillo.

–¡Pero claro que sí!–Insistió bajando el cuchillo con su dedo cuidadosamente.–Y puedo ayudarte a averiguarlo.–Aseguró emocionada.

–No, Kate Bishop. Mantente alejada de esto.–Le dijo seriamente Yelena, sabiendo lo que se venía.–Aunque quisiera averiguarlo, tal vez esto podría terminar nuestra amistad.–Admitió con tono de tristeza.

–Desde mi punto de vista, creo que siente lo mismo.

–¿Enserio?–Preguntó esperanzada Yelena.

–Sip... de todas maneras, no deberías de tener miedo de expresarle como te sientes... deberías de hablarle con la verdad, y dejarte guiar por tú corazón, aunque sea una vez en la vida.–Habló Kate con una sonrisa, lo cual le dejó pensando.

Después de unos minutos de silencio, volvió a hablar.–¡Ya sé! ¡Podemos idear pruebas para ver sí haría lo mismo con otras personas!

–Ya va a empezar...–Se dijo para sí misma Yelena, mientras sacaba su pequeña botella con vodka.

–¡Podemos pedirle ayuda a Peter! Te aseguro de que no se va a negar, o tambien—Iba hablando Kate, cuando Yelena se levantó y comenzó a irse.–¡Hey! ¡¿A dónde vas?!

–A resolver esto por mí misma. Te dije que te quedaras fuera de esto Kate Bushop.–Le dijo seriamente Yelena.

La verdad, es que el entusiasmo de Kate sí la había ayudado, y le dio el ánimo que necesitaba para decirte lo que sentía.

Fue hasta tú gran habitación en la Torre, y se recostó en tú cama a esperarte hasta que llegaras de la reunión.

–¡Dios! ¡¿Cómo puede haber tanto idiota junto?!–Exclamaste molesta pateando tús incómodos zapatos, entrando en la habitación.

–Hey T/N Stark, ¿Todo bien?–Te preguntó Yelena desde su posición sentada en tú cama.

–Yelena, hey. No esperaba verte aquí.–Le respondiste mientras te desvestías y te ponías tú pijama. Yelena solo desvió la vista, aunque no pudo evitar mirar un poco. El tatuaje en tú espalda la volvía loquísima, al igual que los otros que adornaban tú cuerpo.

–Sí, bueno... necesitaba hablar contigo.–Te dijo mientras jugaba con sus manos mirando hacia abajo.

–Okey, te escucho.–Respondiste dejándote caer junto a ella en la gran cama.

Te pusiste de lado para poder mirarle, y ella copió el movimiento, recostándose en la cama dándote la cara para poder mirarte a los ojos al hablar.

–¿Alguna vez has sentido algo muy fuerte por una amiga, pero te da miedo decirle ya que no quieres perder la amistad que han formado?–Preguntó después de unos segundos en silencio.

–Depende de que sentimiento sería ese.–Respondiste con una pequeña sonrisa.

–Bueno... sería algo así como... ¿Amor?–Dijo algo dudosa y nerviosa a la vez.

–Sí... lo conozco muy bien.–Aseguraste con una pequeña sonrisa, tomándole la mano y entrelazandolas.

–¿Q-qué?–Preguntó Yelena confundida por tús acciones.–¿Qué estás—Iba preguntando cuando le interrumpiste.

–¿Ahora vas a negar que te gusto, Belova?–Preguntaste juguetonamente, pasando una de tús piernas por su cadera, acercándote más a ella, hasta que sus rostros estaban a pocos centímetros.

–Kate...–Dijo seriamente cuando se dio cuenta. Tú solo te reíste con su reacción.

–Sí, fue Kate... cuando viniste a mi habitación y la dejaste en la azotea, me envió un mensaje de audio bastante emocionada.–Admitiste riendo.

–Bueno, pues ya que.–Dijo, antes de abalanzarse sobre ti y estrellar sus labios con los tuyos. Una sonrisa se formó en tú rostro mientras se besaban, para luego continuar.

Ambas siguieron besándose por unos minutos, hasta que se quedaron sin aire y tuvieron que separarse, quedando a centímetros del rostro de la otra.

–Te tomó bastante tiempo rubia.–Le dijiste con una gran sonrisa mientras le acariciabas el rostro.

–Ay cállate bryunetka.–(morena) Respondió con una pequeña sonrisa, antes de volver a besarte.

Avengers OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora