Avengers OneShots

Preocupaciones (Hela Odinsdottir)

Prólogo: Hela colapsa después de tener una pelea con unos guardias del palacio.

Hola gente, aquí les traigo un pedido que me hicieron, espero les guste. Si desean un capítulo personalizado, por decirlo de alguna manera, pueden escribirme por privado o por aquí también con toda confianza.
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–¡Todos son una bola de inútiles!–Exclamó Hela entrando en la habitación que ambas comparten en el palacio en Asgard, donde estabas recostada en la cama leyendo un libro que Loki te había recomendado.

–¿Todo bien querida?–Preguntaste algo desconcertada ante su mal humor, dejando el libro a un lado.

Según tú, cuando Hela dejó la habitación literalmente una hora atrás, estaba de buen humor.

–¡No! ¡Nada está bien!–Vociferó hacia ti, para después darse cuenta de su error.–Lo lamento querida. No quise hablarte de esa manera...

–Está bien, tranquila. ¿Por qué no me cuentas lo que ocurrió?–Sugeriste levantándote de la cama para caminar hacia ella, tomar sus manos y sentarte junto a ella, acariciando sus manos delicadamente.

–Es que todos son una bola de inútiles ratas inmundas.–Dijo elevando un poco la voz, para después soltar un suspiro.–Solo una estúpida pelea con los guardias, eso es todo. Lamento traerte mis problemas cariño.

Tomaste su rostro gentilmente con una mano, para dejarle un tierno beso en los labios y darle una pequeña sonrisa.–No me molesta oírte hablar de lo que te molesta. Prefiero eso, antes de que tengas que lidiar con las cosas sola. Estoy aquí para ayudarte.–Le aseguraste dándole un pequeño apretón a sus manos.

Hela bajó la mirada, escondiendo su sonrisa y sus mejillas enrojecidas, para después acercarse a ti y esconder su rostro en tú cuello, abrazándote y respirando tú esencia.

–Gracias querida... no sabes cuánto te amo.–Susurró.

–Oh créeme que lo sé. Me lo dices todos los días, mañanas, tardes y noches, literalmente cada vez que puedes.–Respondiste riendo, acariciando su cabeza y jugando con su cabello.

Hela soltó una pequeña risita, para después dejar un beso en tú cuello y recostarte en la cama, ella sobre ti, poniendo su oído donde se encontraba tu corazón.

Ambas se quedaron así por un tiempo, disfrutando de la compañía y caricias de la otra, de vez en cuando Hela besando tú cuello, y tú su cabeza.

–¿Por qué no hacemos un picnic bajo las estrellas en nuestro lugar secreto?–Sugeriste aún acariciando su cabeza.–Ya sabes, para olvidarnos un poco de nuestras responsabilidades y salir del castillo, al menos esta noche.

Hela levantó su cabeza, dejando su rostro a centímetros del tuyo, dándote esa sonrisa que tanto amas ver en ella.

–Me parece una espléndida idea querida.–Respondió, para después acercarse a tus labios y besarlos con todo el amor que pueda existir en el universo.