Distracción (Reed Richards)***

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Prólogo: Le ayudas a Reed (de John Krasinski) a distraerse de las preocupaciones y problemas de su trabajo.

drearygwen
Advertencia: oral-smut (hombre resiviendo), smut.

⚠️Pequeños Spoilers de "Doctor Strange in the Multiverse of Madness". Y también algunos cambios a de cómo se desarrollan las cosas en la película por el bien de la trama del oneshot⚠️
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–Hey cariño, ya estás de vuelta. ¿Cómo te fue? ¿Todo bien?–Le saludaste al verlo aparecer por su pequeño portal en su oficina en la casa que vivían, acercándote a él para resivirle con un beso.

–Si, todo está bien. Tranquila, no te preocupes.–Te dijo con una sonrisa, besándote nuevamente.

–¿Pero qué fue lo que pasó?–Le preguntaste, a la vez que iban caminando tomados de las manos hacia su habitación, cerrando la puerta en el proceso. Mientras Reed comenzaba a quitarse su traje.

–Una bruja de otro universo intentaba poseer a su variante. Creímos que era en el nuestro, pero afortunadamente no lo fue. Aún así lo lamento por la mujer que ella poseyó.–Te dijo apenado, sentado en la cama con ambas de sus manos en tus piernas, contigo en frente suyo acariciando su cabeza. Solo con sus pantalones de dormir puestos, sin playera.

–Sé que te gustaría poder ayudar, Reed. Pero no pueden arriesgar que nuestras realidades choquen entre sí. Eso sería una catástrofe.–Le dijiste posando ambas manos en sus mejillas para hacer que te viera a los ojos, levantando su cabeza.

–Siempre sabes que decir, querida.–Te dijo con una pequeña sonrisa, haciendo que te sentaras en su regazo, afirmándote por la cintura, mientras pasabas tus brazos por su cuello.

–Para eso estoy aquí, para apoyarte.–Le respondiste con una tierna sonrisa, acercándote para besar sus labios con dulzura.

Pronto el beso se volvió más necesitado y apasionado, a la vez que tú desordenabas su cabello, y Reed apretaba tu trasero con fuerza, haciéndote gemir en su boca, dándole acceso a su lengua.

Comenzaste a moverte creando fricción entre sus cuerpos, haciendo que su pene se erectara rápidamente, mientras comenzabas a dejar un rastro de húmedos besos en su cuello, dándole especial atención a su punto sensible bajo la oreja.

–¿Los niños están durmiendo?–Te preguntó con los ojos cerrados, dejándose llevar por tus acciones.

–Así es... ¿Por qué no me dejas distraerte un poco de los problemas de tu trabajo aunque sea por un rato?–Le preguntaste con una sonrisa, enderezándote para verle a los ojos y acariciar su cuello con ambas manos.

–Bien...–Te dijo con una sonrisa, antes de volver a besarte de una forma cariñosa.

Te levantaste para quitarte la ropa, a la vez que él se quitaba los pantalones y se recostaba en la cama. Después de quedar desnudos ante los ojos del otro, te acomodaste entre medio de sus piernas, tomando su erección en tus manos para empezar a masajeralo, resiviendo un jadeo por parte de él, para que luego soltara un gran gemido al sentir las paredes de tú boca alrededor de su miembro.

Reed estiró su mano y le puso el cerrojo a la puerta, para luego tirar de tu cabello con su mano, guiándote de arriba abajo en su erección, haciéndole gemir.

Cuando sentiste que comenzaba a palpitar dentro de tu boca, y que ya estaba listo para correrse, te detuviste y se sentaste sobre él, deslizando su miembro lentamente dentro de ti, ambos soltando fuertes gemidos, cuidadosos de no despertar a sus hijos.

–T/N... por favor... comienza a moverte...–Prácticamente te suplicó, poniendo ambas de sus manos en tus caderas, a la vez que empezabas a moverte de arriba abajo en su miembro una vez más.

Tus movimientos eran rápidos mientras saltabas sobre él, haciéndole gemir y apretar tus caderas con fuerza.

En un momento le sentiste crecer dentro de ti, tocando ese punto sensible en tu interior, haciéndote temblar por completo.

–Reed voy a—

–Yo también linda...–Gruñó al sentir como tus paredes le apretaban.

Reed empezó a mover sus caderas embistiéndote con fuerza, su pene tocando justo ese punto que te hacía poner los ojos blancos y gemir su nombre.

Te corriste encima de él, mordiendo tu labio inferior para evitar gemir alto. Y segundos después, sentiste como su cálida semilla te inundaba por completa, chorreando por tus muslos la mezcla de ambos de sus fluidos.

Sus movimientos comenzaron a ser más lentos, hasta el punto en que ninguno de los dos se movía.

Lentamente, te levantaste para sacarlo de ti, soltando un pequeño gemido al estar tan sensible, y te recostaste a su lado, abrazándolo y dejando que escondiera su rostro en tú cuello.

–¿Cómo te sientes ahora?–Le preguntaste con la respiración ya más regulada, acariciando su cabeza y espalda, dejando besos en la zona.

–Más relajado... gracias querida...–Rió ligeramente, besando tu hombro con cariño.

–Cuando quieras amor mío.–Soltaste una pequeña risita también, para luego cerrar los ojos y ambos caer en un profundo sueño.

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