Viejo conocido (parte 2)

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Prólogo: Wanda te hace ver las cosas de una forma diferente.
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–Estoy segura que Tony debe odiarme.–Le dijiste a Wanda. Ambas estaban en su habitación en su cama. Te encontrabas recostada junto a ella que estaba sentada con la espalda en el respaldo de la cama.–Lo sé, y por eso le dio la otra habitación en mi piso.–

Las habitaciones se dividían por pisos, en los cuales no más de dos o tres personas vivían. Cada piso con su propia cocina, pequeña sala de estar, y las dos habitaciones.

En el tuyo, eras la única, hasta que a Tony se le ocurrió la genial idea de darle a Loki la que estaba disponible.

–T/N, linda, Tony no tiene idea de lo que Loki y tú tuvieron... nadie lo sabe...–Te dijo acariciando tú cabello.–En algún momento debes superarlo. Además, ya han pasado dos meses desde que llegó...

–Primero.–Le dijiste mientras te sentabas frente suyo para verle a la cara.–Ya lo superé. Y segundo, cuando eso sucedió no estabas, así que te estoy poniendo al día.

–Claro. Y como ya lo superaste, duermes en mi habitación. No porque no quieras verle.–Te dijo con una pequeña sonrisa, cruzándose de brazos y arqueando una ceja.

Solo te quedaste callada, bajando la mirada y jugando con tus manos.

Wanda soltó un pequeño suspiro y se acercó a ti, tomando tus manos en las suyas.

–Linda, yo sé lo difícil que es para ti todo esto... pero deberían hablar y aclarar las cosas.

–No hay nada que aclarar, Wanda. Odin le pidió que me dejara tan pronto descubrió sobre nosotros.–Le dijiste con dolor el dolor evidente en tú voz, viéndole a los ojos.

–Entonces no es su culpa...

–Pudo al menos haber peleado... pudo haber defendido lo que teníamos...–Volviste a recostarte, esta vez dejando tu cabeza en su regazo.–Siempre me dijo que era lo más importante en su vida, y que haría lo que fuera por mi y porque estuviéramos juntos... supongo que solo fue una de sus muchas mentiras...–Cerraste los ojos, dejando que las lágrimas corrieran libres por tus mejillas.

Wanda las limpió con delicadeza, para luego seguir acariciando tú cabeza y jugando con tu cabello.

(.....)

Estabas en la cocina del piso donde dormías preparándote algo de comer en mitad de la noche. Wanda tenía razón en una cosa, y es que si iban a "vivir juntos", tenían que hablar las cosas. Y eso no iba a pasar mientras tú no fueras hasta aquel piso y dejaras de evitarlo.

Al escuchar ruidos en la cocina, Loki hizo aparecer su daga y salió lentamente de su habitación, procurando no hacer ruido.

Al estar tan oscuro, solo podía ver tu silueta, la cual conocía muy bien. Así que hizo desaparecer su daga, y cuidadoso se acercó hasta donde estabas, dejando algo de distancia entre ambos.

–Volviste...–Dijo apoyando la espalda en el mesón de la cocina, mirando al suelo mientras jugaba con sus manos.

–También vivo aquí.–Le dijiste seriamente, mientras terminabas de hacer tu sándwich.

–B-bueno si... solo pensé que no querrías venir más estando yo aquí...–

Si había una sola persona en todo el multiverso que podía hacer al dios ponerse nervioso, tartamudear, e incluso asustarlo. Eras tu. Sobre todo después de todo lo que había ocurrido.

–Wanda dijo que deberíamos hablar para que así las cosas no sean tan incómodas.–Le dijiste seriamente, apoyándote en la isla de la cocina frente a él, a la vez que comenzabas a comer tu sándwich.–Así que te escucho.

–¿Q-qué quieres que te diga?–Preguntó inseguro sin saber qué decir realmente. Ésta era la primera vez que realmente mantenía una conversación contigo desde que llegó.

–¿Por qué te rendiste tan fácil?–Le preguntaste viéndole a los ojos, sin darte vueltas en lo que querías saber.

–¿Qué... qué quieres decir con eso?

–Lo que oíste, Loki. ¿Por qué te rendiste tan fácil con lo que teníamos? Siempre prometiste que harías hasta lo imposible para que nadie nunca nos separara, y a la primera cosa que te dijo Odin, terminaste con todo lo que teníamos.–Le dijiste a la vez que dejabas tu merienda a un lado, y caminabas hacia él, hasta quedar frente a frente, con tan solo un par de centímetros de distancia.

El príncipe trataba de evitar tu mirada por miedo a que en tus ojos vería esa mirada que todos le dan. Como si vieran a un monstruo. Y no estaba listo para que la única persona que siempre le amó por quien era y que jamás lo vio así, lo viera de la misma manera en la que él se veía a sí mismo y cómo se sentía.

–Loki mírame.–Le ordenaste sin quitar la vista de él. A lo que obedeció sin decir nada.–¿Alguna vez me amaste?–Le preguntaste con voz temblorosa y los ojos llenos de lágrimas.

Su expresión cambió a una completamente llena de dolor y culpabilidad, sintiendo como su corazón se partía en dos al ver que dudabas de su amor por ti.

–¿Por qué preguntas eso? Claro que te amé...–Respondió con voz temblorosa, acercando sus manos hacia las tuyas, dudoso de sí las apartarías. Pero no lo hiciste, y dejaste que las sostuviera en las suyas.–Aún te amo...

–¿Y por qué dejaste que Odin echara todo lo que teníamos a la basura? Fueron años, Loki. AÑOS. Y dejaste que borrara todo ese tiempo que pasamos juntos en una sola noche.–Ya para este punto no podías contener las lágrimas.

–Y no sabes cuánto me arrepiento por ello...–Susurró llorando silenciosamente, sin soltar tus manos.–Fui un tonto al dejar que me alejara de ti, jamás debí hacerle caso. Dejé que me manipulara a su conveniencia, creyendo en las mentiras que dijo que alejarme de ti sería lo mejor, pero no es así. Tu eres lo mejor para mi, porque sin ti, mi reina... sin ti soy un desastre...–Posó ambas de sus manos en tus mejillas, secando con delicadeza las lágrimas con sus pulgares.

Loki juntó su frente con la tuya, a la vez que llevabas tus manos a cada lado de su cuello, acariciándolo tiernamente, mientras ambos lloraban en silencio.

–Siempre pensé que si alguna vez te llegaba a ver otra vez, estaría enojada contigo y que te odiaría con toda mi alma...–Le dijiste apartándote un poco para verle a los ojos.–...pero la verdad es que no puedo... lo intenté, de verdad que sí... pero cada segundo que estoy lejos de ti sabiendo que estás aquí otra vez, es una tortura...

–Todo este tiempo que estuve lejos de ti fue horrible... y créeme cuando te digo que jamas me atreví a ponerle un solo dedo a otra persona que no fueras tu...–Susurró con una pequeña sonrisa.–Jamás me imaginé amar tanto a alguien... pensé que al no verte, podría olvidarte, pero jamás pude. Y no puedo... no logro sacarte de mi cabeza, reina mía... no sé que me hiciste con tus hechizos de bruja...–Rió ligeramente, al igual que tú.–...pero eres a la única que deseo y que siempre voy a amar. No importa el qué...–

Poco a poco te fuiste inclinando, hasta que sus labios se tocaron, envolviéndolos en un dulce pero a la vez apasionado beso.

Pasaste tus brazos por su cuello para acercarlos más, a la vez que Loki te abrazaba por la cintura apegando tu cuerpo aún más al suyo.

Mientras el beso se hacia más intenso, te hizo retroceder hasta chocar con la isla de la cocina, donde te tomó de los muslos y te sentó ahí, quedando él en medio. Pasaste tus piernas por su cintura para apegarlo más a ti, sin dejar de besarse en ningún momento.

Una vez se quedaron sin aire, y a pesar de las ganas que tenían de seguir besándose, se separaron ligeramente un par de centímetros, ambos con sonrisas en sus rostros y lágrimas de felicidad.

Acariciaste sus mejillas tiernamente con tus manos, acercándote para darle un dulce y rápido beso en los labios.

–Esperé un siglo entero para hacer eso otra vez...–Susurró acariciando tus piernas con sus manos, dejando un largo beso en tú frente, para luego volver a verte a los ojos.

–Por favor no vuelvas a irte...

–Nunca. No voy a volver a cometer el mismo error por segunda vez.–Te dijo viéndote a los ojos seriamente.–Te prometo que me voy a quedar... no importa lo que los demás digan...–Susurró volviendo a juntar su frente con la tuya.

Avengers OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora