Gritos le rodeaban, tan solo tenía ocho años y ya veía cómo su padre gritaba con furia, apestando a alcohol y tirando todo tipo de objetos a su madre; insultándola con palabras que no sabía lo que significaba, pero sí que había escuchado antes.
Se encontraba en la puerta del salón, viendo cómo sus padres discutían por razones que desconocía una noche más.
Cristales rotos, sangre en el suelo y, de pronto, un portazo que indicaba que su padre se había marchado al fin.
Una vez todo quedó en silencio solo se escucharon los quejidos de su madre y los sollozos ahogados que soltaba tirada en la cocina.
Él solo frunció sus labios con pena y corrió hacia ella, abrazándola aún cuando era ella la que sesuponía que debía protegerles.
- ¿Estás bien, mami?
Ella no olía como su padre, olía a tabaco y sus dientes se estaban comenzando a volver amarillos. Toda la casa olía igual y el humo se colaba en sus pequeños pulmones, haciéndoles toser hasta la asfixia. Pero eso ya era una costumbre para su pequeña mente inocente.
Ella simplemente asintió, se levantó y se dirigió a su habitación, cerrando la puerta sin cuidado, dejándole solo de nuevo, recogiendo los cristales rotos del suelo.
- YoonGi... ¿Qué haces aquí? - su hermano, no mucho mayor que él, le dirigió hacia su habitación, cerrando la puerta con cuidado y agachándose para estar a su altura - Me prometiste que te esconderías si escuchabas gritos...
- Pero mami estaba llorando... - bajando la mirada, hizo un suave puchero, uno que se remarcó al fruncir su nariz con lágrimas en su pequeños ojos felinos - No quiero que se peleen más, Hyung.
Suspirando, el mayor abrazó a su hermano, dejando que llorase en su pecho hasta caer rendido.
A simple vista, era evidente que no era un niño normal.
A su edad los niños solían tener peso de más porque tenían que seguir creciendo, pero a él se le notaban los huesos y las ojeras se marcaban como si se pudiese ver su esqueleto directamente. Su ropa siempre sucia, sus ojos cansados y la poca energía que tenía hacía que los demás niños le mirasen raro. Por eso GeumJae intentaba darle algo de comer antes de ir al colegio y cubrir su ojeras con maquillaje.
Le cargaba en brazos hasta que llegaban al colegio y entonces se separaban, no volviendo a verse hasta pasadas siete horas.Cuando aquello ocurría, solían ir a un parque a disfrutar del día. O al menos de la parte que pasaba antes de tener que volver a su hogar, dónde tendrían que mantenerse alerta por las amenazas y los gritos.
Aquella noche, su padre llegó enfadado y borracho del trabajo. YoonGi se encontraba coloreando con las ceras que su profesora le prestó la mañana anterior, dibujando lo único que había en su mente en ese momento, pero no pudo hacer nada cuando él entró y le vio allí.
- ¡Pequeña escoria! ¿Qué haces tú aquí? - algo asustado al ver cómo le arrebataba el papel de un tirón, se encogió sobre sí mismo e intentó escapar, pero no tuvo tiempo de hacerlo cuando su padre lo cogió del pelo con fuerza y tiró de él, haciendo que gritase de dolor y comenzase a llorar por lo asustado que estaba - ¿QUÉ COJONES ES ESTO? - Sin pensarlo estrelló el folio contra su rostro, empapándolo con sus lágrimas cada vez más gruesas.
Él solo había dibujado a su familia... No sabía qué había de malo en eso.
- ESTÚPIDA MIERDA.
Con un golpe en seco en la espalda, le dejó sin aire. Al recibir un segundo comenzó a gritar y, el tercero, fue el que recibió bajo el pretexto de que no podía quejarse porque se lo merecía.
- El maldito niño de las narices... - dando una patada a la mesa, comenzó a despedazar el dibujo entre sus manos, dejando caer las caras largas que YoonGi había pintado en su hermano, su madre y él mismo.
Intentó no llorar y recoger los pedazos rotos. Realmente le había costado pintar aquello, pero eso no importó cuando el gran pie de su padre le pisó las pequeñas manos, deteniéndole y haciendo el daño mayor.
- VETE A TU MALDITA JAULA.
Con los dedos adoloridos y una sensación horrible en su espalda, obedeció y fue directo a su habitación. A esconderse dentro del armario como GeumJae le dijo que hiciese.
Solo así se sentía a salvo.
Solo así el monstruo no podría encontrarle.
Estaba tan cansado que acabó por dormirse dentro del armario, despertando al escuchar las puertas abrirse con poco cuidado.
- ¡YoonGi! - cansado y triste, el pequeño de la familia se tiró a sus brazos, rodeándole con todas sus extremidades antes de susurrar en su oído que le dolían los dedos.
Gracias a una vecina pudieron ir al hospital, dónde le preguntaron cómo se había hecho aquellas heridas, a lo que contestó firmemente que cuando estaba jugando se había caído. Lo hizo cómo su madre le explicó la primera vez que tuvo que asistir con la compañía de su hermano y, tras varias visitas, ya se sabía de memoria su actuación.
Tres dedos rotos. Volvió a casa en brazos de su hermano, con una escayola en cada mano, no pudiendo escribir ni hacer ninguna tarea por el insoportable dolor.
Al escuchar que no podría hacer nada de lo que consideraban sus obligaciones, el mayor del lugar le quitó la escayola de ambas manos y le puso a hacer sus tareas, dándole una patada en la espalda cada vez que algo no quedaban bien o un golpe en su nuca cuando se le olvidaba hacer algo.
- Pequeña escoria, tráeme una cerveza fría.
En parte, ese trabajo le gustaba, todo porque, por un segundo, podía dejar de sentir tanto dolor en sus pequeños dedos.
Por un momento sentía que, si lo hacía bien, no tendría razones para tratarle de ese modo.
ᴳʳᵃᶜⁱᵃˢ ᵖᵒʳ ˡᵉᵉʳ ʸ ᵛᵒᵗᵃʳ
~백K

Creo que debo una explicación. Hace poco empecé a releer está historia y, sinceramente, creo que hay ciertas cosas que no quedaron del todo claras (a parte de las faltas de ortografía). Así que he tomado la decisión de subir este "epílogo", que realmente son los orígenes de Min YoonGi.
Aquí se explicará más a fondo todo lo que sucedió antes del accidente, centrándose los capítulos en los puntos más importantes de su vida, aunque estos son muchos.
Debo admitir que estoy haciendo una playlist para esta historia, en especial para este fragmento inicial, así que... Si a alguien le interesa puede simplemente preguntar. Es importante aclarar que probablemente ponga en determinado momento el nombre de una canción, recomiendo que la escuchéis mientras leéis, pero no es necesario.
Gracias por seguir apoyando esta historia <3
Este es mi regalo para toda persona que ame está historia tanto como yo o aquellas personas que tienen ciertas dudas sin resolver (que por cierto, si tenéis alguna pregunta podéis hacerla sin problema).
Insisto, gracias por el apoyo... Es realmente significativo para mí♡
AVISO
Se tratarán temas delicados como sexualidad, racismo, abusos, maltrato, enfermedades mentales, trastornos, adicciones y demás.
En el caso de que algo no sea de vuestro agrado, por favor, abandona está historia.
Aviso desde ya, es doloroso y las descripciones son detalladas, espero que nadie tenga problemas con ello.
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Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»
Fanfiction-JiMinnie... Espera un poco más por mi, por favor... Algunos mounstros tienen sus razones de ser, pero todos los idiotas nacen sin saberlo. Segunda parte de MEMORIAS DE UN IDIOTA «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ» «ᴺⁱ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ˢⁱⁿ ᵐⁱ ᵖᵉʳᵐⁱˢᵒ»