221

38 8 1
                                    

-Venga, YoonGi, no tienes por qué quedarte en este piso con él, puedes volver conmigo. Podemos volver a ser los dos, juntos contra el mundo.

-Geum, ya te he dicho que no quiero irme contigo.

El pelinegro de menor edad se encontraba preparando varias tazas de café de forma tradicional ya que, según él "así sabía mucho mejor". Había compartido un agradable día con su hermano mayor y pareja, estaba feliz, lo estuvo hasta que le propuso aquella estupidez.

-YoonGi, soy tu Hyung, tenme un poco de respeto...-el menor bufó y rodó los ojos, viendo como las últimas gotas de café caían en la pequeña taza con bonitos decorados de porcelana en forma de huellas de gatos, su favorita y obviamente la que él mismo utilizaría.- Te estoy hablando enserio, Yoon.

-Yo también hablo enserio. - no le dirigió la mirada, más bien tan solo cogió todas las tazas llenas de café que pudo con sus grandes manos y comenzó a caminar dirección al salón, donde esperaba su pequeño pelirubio. - No tienes mi respeto desde que te fuiste sin más, me dejaste en el infierno y lo sabías. Además, este es mi lugar ahora, trabajamos duro para poder pagar lo que tenemos y aquí tengo todo lo que necesito...- el pelinegro dejó las tazas sobre la pequeña mesa frente al sofá y sonrió a su pareja, quien le agradeció por la bebida.

-¿Es por él?

Él asintió lentamente, dejando una suave caricia los suaves cabellos del rubio.

-¿Vas a dejar a tu hermano de sangre, a tu única familia por...él?

Los largos dedos del más pálido se desenredaron del cabello ageno, ¿acaso era broma?

-JiMin es mi familia también, él y los chicos han hecho mucho más por mí que tú y lo sabes.

-¡Oh, venga! ¡Yo traté de protegerte!

El rostro del más pálido se estaba empezando a tornar roja, de hecho, los dos hermanos tenían el mismo tono rojizo en su piel en ese momento.

-¿Protegerme es dejarme con una persona como esa completamente solo? ¿Eso es protegerme? - rio sarcástico, mirando de reojo a su mayor, ¿de qué iba? - Lo único que hiciste fue huir...

-Yoonnie... - JiMin sujetó la manga de su camisa y le miró con tristeza, negando con su cabeza - No merece la pena discutir ahora.

Bueno...tenía razón, claro que la tenía. Era su Minnie, el hombre del que estaba completamente enamorado desde hace años.

Él siempre tenía razón.

-Siempre has sido tan débil a su lado...

El pelinegro se sentó sobre las piernas del rubio y sonrió delicadamente tan sólo para él, tomando su querida taza con cuidado y llevándola a sus labios, no haciendo caso al que compartía con él algo de sangre.

-YoonGi, necesito que vengas, aquí lo único que haces es perder el tiempo. Trabajas demasiado y "tu Minnie" - hizo un tono empalagoso, tratando de imitar al menor de los Min, el que le miró con molestia - no hace nada más que concentrarse en sus malditos estudios, bailar esas canciones tan cursis y ya.

-Oye...no es mi culpa que nadie quiera estar contigo, es tuya por ser insoporta...

Las palabras quedaron en el aire, lo que estaba a punto de decir había dolido a GeumJae, pero la forma en la que reaccionó...

-Solo es una taza...

Pero,no, era el regalo que le había dado en su primer aniversario.

No era solo una taza.

-YoonGi Hyung...volvamos a casa, Holly ya hizo todo lo que tenía que hacer y tú te estás durmiendo de pie.

A veces odiaba esos recuerdos, algunos eran hermosos, pero la mayoría no lo eran, algunos dolían como el infierno y otros calentaban mi corazón como si estuviese en el mismo lugar.

-JiMinnie-ah...¿Podrías llevarme?

De alguna forma acabé sobre la espalda de mi pelirubio favorito, caminando por las calles menos transitadas de Seúl con mi mascota, algunas personas nos miraban de mala forma, pero tampoco es que me importase demasiado.

Al pasar frente a una pequeña tienda de accesorios, recordé algo que había estado oprimiendo mi pecho desde que recordé aquella pelea con mi hermano.

-Minnie, ¿podemos comprar una taza?

Ambos reímos tras un silencio bastante raro, incluso Holly pareció hacerlo.

Él se quedó fuera, esperando junto al animal y yo, bueno, yo entré en aquel lugar y busqué de esquina a esquina hasta encontrar algo satisfactorio para la vista. Tras comprar el objeto con mi tarjeta de crédito me dieron una pequeña bolsa con el producto, bolsa que se fue balanceando de un lugar a otro por nuestro largo camino.

Al llegar a casa de Park, saqué el pequeño objeto de la bolsa y la dejé a un lado para poder ver jugar a Suga con la última.
Al parecer los gatos son más felices con una bolsa que con lo que sea que haya dentro.

-¿Qué compraste? - la voz de JiMin se hizo presente al tiempo que sus brazos rodeaban mi cintura, dando pequeñas caricias con sus dedos.

-Recordé la taza que me regalaste, esa con detalles de patas de gato... - me sonrojé levemente, pero de todas formas seguía sonriendo.- Y...quería devolverte el favor.

Entre mis manos habían dos tazas, una negra con pequeños detalles blancos de orejas, nariz y bigotes felinos y otra rosa pastel con estampados - también blancos - de tres mochis adorables haciendo una escalera por altura.

El agarre de mi cintura se incrementó, eso solo me hizo sonreír más aún.

-Eres adorable, Yoonnie. Me encanta...

Besos en mi cuello y mejillas comenzaron a hacerme reír con ternura.

Estaba completamente perdido en él, en su piel, en sus besos, en sus pequeñas manos...

-Tú me encantas a mí.

-'Capítulo 221.Pelea².'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora