Llevaban casi una hora discutiendo a gritos.
Él se había escondido en el armario para no tener que escucharles e intentando ocultarse, tapándose los odios tanto como sus pequeñas manos le permitían. Pero, por mucho que lo intentara, era imposible no escucharles.
No tenía nada que hacer, no podía enfrentarse a su padre alcohólico y con ataques de hira y a su madre drogadicta.
Simplemente no podía hacer algo.
Fue por ello por lo que cogió el teléfono de GeumJae, el cual le dejaba cuando salía de casa porque él no tenía uno, y le escribió un mensaje al padre de JiMin, quién contestó poco después con una llamada que cogió tan pronto como pudo.
- ¿Necesitas que vaya a por tí, hijo? – suspirando temblorosamente por las lágrimas, le susurró que por favor lo hiciera, porque realmente no se sentía con fuerzas de caminar más de cinco minutos – No te muevas de donde estés, voy enseguida.
La llamada se cortó, pero cuando lo hizo solo pudo encontrarse con su peor pesadilla hecha realidad.
- Tú... ¡Escoria de mierda! – no hubo tiempo de reacción, solo le sacó del armario a la fuerza, golpeando su cabeza contra el suelo antes de cogerle del pelo sin ningún tipo de cuidado, reabriendo sus heridas antes de tirar de él hasta llegar al baño.
- DÉJALO, JODER.
Asustado, intentó escapar, pero solo logró que las cosas fueran más rápido de lo normal.
Le golpeó, le hizo un par de cortes con sus uñas al preguntarle entre gritos porqué no le había hecho la comida y, cuando contestó que había tenido clase toda la mañana, solo consiguió que una oleada de insultos llegara.
- NO SIRVES PARA NADA, SOLO ERES BASURA.
Su madre intentó detenerle, pero al hacerlo se ganó un golpe de su parte. Entonces cerró la puerta con llave, miró el cuerpo de su hijo tirado en el suelo, le obligó a mirarle y, acto seguido, puso su pie sobre el pálido cuello, aplastándolo y haciéndole imposible respirar.
Él intento liberarse, pero solo se ganaba dolorosos tirones de cabello y una mayor presión en su frágil cuello.
Su rostro se puso rojo ante la falta de oxígeno, pero cuando estuvo a punto de desmayarse su padre dejó de apretarle el cuello.
- Aprovecha esa magnífica mente que tienes para recordar esto... – con un tono amenazante, elevó su ceja mientras le señalaba – Vuelve a desobedecerme y no acabarás bien. Ni tú ni tu madre ¿Me entiendes?
Asustado y asfixiado, asintió, aunque solo lo hizo para poder alejarse de él.
Sus ojos llenos de lágrimas, su madre gritándole que era un desgraciado a su padre y... Escuchó la bocina del coche del señor Park.
Apenas sin poder correr, se levantó e intentó caminar hacia la salida de su casa, pero sintió un fuerte dolor en su cabeza y un rastro caliente caer por su frente y cuello antes de que todo se volviese negro.
La puerta por desgracia para los Min estaba abierta y, por su cercanía, el padre de JiMin pudo ver la sangre acumularse en la puerta.
- ¿QUÉ HAS HECHO? – se escucharon un par de golpes y poco después el silencio hizo del momento una escena tétrica.
Una mujer bastante joven intentaba arrastrar el cuerpo de su hijo entre cristales, uno que pudo identificar al momento como YoonGi.
La sangre estaba presente en su cuerpo de nuevo, incluso tenía un corte en la ceja y, por si fuese poco, su torso estaba lleno de heridas junto a una gran marca roja en su cuello, pero eso fue algo de lo que no se preocuparon hasta un tiempo después.
- YOONGI.
Ella se asustó al ver cómo alguien le intentaba arrebatar a su hijo mientras acariciaba su rostro, rogando porque se despertase y le dijera que era todo producto de la droga que había consumido. Pero no fue así, él le cargó en brazos y le extendió la mano a ella también, ofreciéndole ayuda que no tardó en aceptar una vez le explicó quién era.
- YoonGi-ah y mi hijo son amigos desde hace unos años, me ha avisado de que las cosas no estaban bien en casa y quería venir con nosotros pero... Lo mejor será que le llevemos al hospital, puede ser grave.
- Va. Vale, pero no pueden saber cómo ha pasado. – con la voz temblorosa y sentada con Min en sus piernas aún inconsciente, le rogó que no lo hiciera – Si llama a los servicios sociales o a la policía me quitarán a mi hijo... Es lo único que tengo. No pueden quitarme a mi niño. Por favor, no deje que me quiten a mi pequeño.
Llorando, le suplicó compasión, pero solo logró lástima de su parte.
- Solo puedo prometerle que cuidaré de él cuando lo necesite. En cambio... Si veo que necesita salir de allí de inmediato, llamaré a la policía y ellos harán lo que consideren necesario.
Asintiendo, le agradeció su amabilidad, aunque no pudo decir mucho más antes de llegar a emergencias, donde le preguntaron cómo había ocurrido y, tras decirle que estaba en la cocina y que se le cayó un vaso en la cabeza, revisaron sus heridas y cosieron un par de puntos en su cabeza, mandándole una serie de medicamentos que tendría, tomar para evitar una infección y para que el dolor no fuese tan fuerte.
- Por favor... Yo no puedo asegurar que tendrá los tratamientos que necesita. – aún con lágrimas en las mejillas, se arrodilló ante él – Por todos los dioses, ayúdale...
Apenado, le aseguró que él se haría cargo, pero que eso conllevaba ciertas cosas en su trato.
YoonGi tenía que tener alguna forma de comunicarse con ellos frecuentemente. Ella debería asegurarle una comida sana día a día y, por último, en el caso de que su padre le maltratara, debía llamar directamente a la policía.Por desgracia, solo cumplió un par de esas clausuras.
Yoon pasó una semana al completo recuperándose en casa de los Park, con JiMin jugando a ser un pequeño enfermero que le hacía reír con sus tonterías infantiles.
En ese momento, tras haber hablado con su madre, decidieron invertir en YoonGi y comprarle ropa de su talla que no estuviese rota ni que le viniese pequeña, algo que a él realmente le gustase. Le dieron la medicina recetada y le regalaron el anterior teléfono del mayor con sus números de teléfono registrados.
Su padre como era evidente no sabía nada sobre ello, solo era consciente de que la "alimaña" que vivía en su casa estaba creciendo y engordando drásticamente, dejando su apariencia de niño pequeño e inocente para comenzar a desarrollarse como hasta entonces no pudo.
Loa golpes y las palizas pasaron a ser menos frecuentes, pero el abuso psicológico fue a peor.
- Eres una bola de grasa, cada vez das más asco.
- ¿Enserio piensas salir así a la calle? ¡Por Dios, parece que vas a explotar!
- Deberías haber muerto, nos ahorrarías problemas a todos.
Quizá su físico ya no era tan malo, pero su mente cada vez estaba más nublada por una tormenta que acabó por colapsarlo todo en varias ocasiones.
ᴳʳᵃᶜⁱᵃˢ ᵖᵒʳ ˡᵉᵉʳ ʸ ᵛᵒᵗᵃʳ
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Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»
Fanfic-JiMinnie... Espera un poco más por mi, por favor... Algunos mounstros tienen sus razones de ser, pero todos los idiotas nacen sin saberlo. Segunda parte de MEMORIAS DE UN IDIOTA «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ» «ᴺⁱ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ˢⁱⁿ ᵐⁱ ᵖᵉʳᵐⁱˢᵒ»