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-Minnie, ¿cuáles cojo?

Bien, era vergonzoso. Pero el día antes de nochebuena yo ya me encontraba en la farmacia, tratando de encontrar lo que necesitaría para mañana y seguramente no tendría en casa.

Cogí la protección que recordaba haber comprado antes con Jimin, bastante antes de mi secuestro. Tan solo metí en la pequeña cesta las cosas que recordaba necesitar para tener un contacto de ese tipo con él. No quería que ninguno de los dos saliese dañado porque, es posible que mi mente fuese lo más frágil, pero todas las personas que tengan unos conocimientos mínimos de sexualidad sabrán que no es algo agradable al inicio, nunca lo es.

-¿Esto es todo? - aquello lo preguntó la farmacéutica en caja, pero yo negué suavemente antes de suspirar y bajar la mirada

- También necesito Ibuprofeno, por favor.

Sin duda, los iba a necesitar.

Estaba seguro de que los chicos beberian y acabarían borrachos en algún momento. Por lo tanto, la resaca no era ninguna sorpresa que nadie veía venir.

-Gracias por su compra. - hice una pequeña reverencia y comencé a andar hasta la salida a paso pesado, mirando un poco por encima mis redes sociales. Claro que... Habría salido si no fuese por aquél comentario. - Espero que tenga buena suerte con esa chica.

Rodé los ojos y giré solo mi rostro, no sé merecía más atención que eso.

-Será con un hombre, pero gracias.

Bueno, por algo utilizo mascarilla, ¿no?

Sin prisa desaté a Holly de la farola al lado de la farmacia donde no me habían dejado entrar con él y comencé a andar dirección a casa, donde Jimin, su padre y los demás nos esperaban con un gran plato de comida.

-Me muero de hambre, Holly... Anda más rápido, por favor... - me quejé en un tono bajo de aquello, todo porque el animal marcaba su territorio cada cinco metros andados - ¿No entiendes que tengo hambre? Todo el mundo sabe que Seúl te pertenece, no hace falta que marqués territorio.

Suspiré pesadamente y froté mi rostro, bajando mi mascarilla sin querer en el proceso.

Iba a coger a mi mascota en brazos para poder llegar de una vez pero, cuando menos me lo esperé, alguien dijo mi nombre, o más bien lo gritó a los cuatro vientos, alertando de que me encontraba allí.

En un principio no le di importancia, pero cuando los flashes de las cámaras empezaron a escucharse no me quedó otra que coger a la bola de pelo y empezar a caminar de forma más rápida, casi llegando a correr.

- ¡Oppa, no huya!

Maldije a sus descendientes, a sus antepasados y a sus conocidos, insulté interiormente a los míos por dejarme estar en una situación así, y sobre todo... Traté de llamar a Park JiMin con mi mano libre mientras huía.

Tardó cerca de cuatro tonos en contestar, pero se me hicieron demasiado largos al estar corriendo.

Debería ir al gimnasio más a menudo.

-Yoonnie ¿Donde estás? Se te escucha agitado...

No le dejé terminar la frase, simplemente crucé una calle y busqué un sitio con la mirada donde poder refugiarme.

-U.unas fans me están persiguiendo, Minnie. - el que se abrazaba a mi pecho con miedo soltó un pequeño sollozo, uno que me partió el alma. Lo cierto es que yo también quería ponerme a llorar en ese momento... Era entendible  - No sé qué hacer... Ne.necesito que vengas a por mí. Voy hacia la cafetería donde estuvimos el otro día.

No hubo respuesta, solo se escuchó la llamada ser cortada y mis pasos volverse más rápidos, al igual que los de las fanáticas que seguían tras mi.

¿Es que no se cansaban?

Corrí, lo hice hasta que llegué al fin hasta la puerta de aquella cafetería, una vez allí tan solo me quedó confiar...confiar en que mi propia pareja no me atropellaría, porque eso era lo que casi hizo.

-¡Mierda, Park! ¿Acaso quieres matarme? - me tomaría mi tiempo para insultar a mi querido idiota, pero apenas quedó algo para subir al coche cuando una mujer de mi edad empezó a dar golpes en contra el cristal, unos que me asustaron tanto que insconcientemente abracé al canino en mi pecho y cogí la mano de JiMin, quien arrancó de nuevo y comenzó a dirigirse a casa.

-¿Estás bien? - asentí suavemente y comencé a soltar mi fuerte agarre en la mano de mi menor, quien usaba un tono preocupado, más aún al verme sobar mis rodillas por todo el esfuerzo que había hecho - ¿Por qué no llevas puesta la mascarilla?

-La llevaba, te lo juro, pero Holly no quería andar y yo estaba frustrado porque quería volver, pero al sobar mi cara se resbaló y una chica grito mi nombre, y.y tuve que empezar a correr y...

-Ey... - al pararnos en un semáforo en rojo, JiMin cogió mi mano entre la suyas y acarició mi cabello, tranquilizándome un poco después de tanto estrés - Ya no importa, estás bien y seguro que estás hambriento ¿Cierto? - asentí suavemente y bajé la mirada hasta nuestra manos unidas.

Tenía razón, ya estaba a salvo, y era gracias a él.

Otra vez... JiMin había vuelto a salvarme.

-Jiminnie... Gracias.

El nombrado sonrió suavemente y acarició mi mano antes de que el semáforo cambiara de color, dándome a entender que no había problema.

¿Qué decir?

La tarde pasó rápida y la comida fue agotándose, no como las conversaciones entre los nueve. Por la noche abrimos una botella de champán y seguimos parloteando, o al menos lo hicimos hasta que la medianoche se acercó, entonces solo nos despedimos y nos fuimos a nuestros respectivos hogares, a excepción de JiMin y yo, quienes nos quedamos hablando un rato más antes de acostarnos en la cama, lugar donde le volví a agradecer el haberme salvado con bastantes mimos y pequeños besos que acabaron dejándole completamente dormido.

Suspiré pesadamente y me acerqué hasta poder esconderme en su cuello, entonces solo cerré los ojos y me dejé llevar por su aroma.

Es bueno saber que cuando llegues a casa no estarás solo... Pero se siente aún mejor saber que incluso si no llego por mi propia cuenta siempre hay alguien que me estará esperando. Alguien que incluso podría ir al fin del mundo para poder volver juntos a nuestro hogar.

Es genial saber que se puede querer tanto en tan poco... Pero también es aterrador.

-'Capítulo 278. Como fangirl.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora