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-Amor...tienes que ducharte para que te baje la fiebre.

Hice un pequeño puchero y me giré sobre mi eje, acostándome de lado para ignorar a Jimin, pero eso no sirvió de mucho.

-Yoonnie...ni siquiera te has afeitado, no puedes descuidarte así. - sus manos me obligaron a dar media vuelta de nuevo, quedando esta vez mirándole directamente. - Acaso quieres que lo haga yo todo por ti.

-Quizás...

Mis mejillas se calentaron, pero ya no sabía si era por la fiebre o por la vergüenza acumulada. Quizás era más por la necesidad que tenía de ser cuidado por él...la verdad es que se sentía bastante bien.

-Entonces vamos, bebé.

Dios...realmente amo cuando me llamaba así, es algo que simplemente me puede. Me siento tan querido y amado que no puedo evitar sonrojarme...jamás me acostumbraré a eso.

Mi menor me ayudó a levantarme, tras lo que me acogió entre sus brazos y me cargó hasta el baño, lugar donde me sentó sobre la encimera a un lado del grifo. Una vez allí limpió con cuidado mi piel, la preparó y afeitó el poco pelo que se dignaba a salir en un par de días.

Tras cortar un poco mi pelo y darme las pastillas que me harían mejorar, empezó a apartar la ropa de su lugar, cosa que ya no me podía parecer más normal.

Mis ojos estaban entrecerrados por el cansancio, y por ello no pude ver nada más que sus manos acercándose hasta mi.

Ambos entramos en la amplia bañera de hidromasaje, suspirando al sentir el tibio agua chocar con nuestros cuerpos.

Lo cierto es que estaba demasiado absorto de la realidad, las caricias en mi cabello ahora mojado, y las que de vez en cuando caían sobre mi piel, no me dejaban pensar en nada más lejano que en el chico que me mimaba durante mi enfermedad.

Todo iba perfectamente, yo estaba sentado en el hueco entre las piernas de Jimin, con mi espalda pegada a su pecho, mientras que él nos limpiaba a ambos.

Más a mi que a él mismo.

Mi piel había comenzado a erizarse, seguramente lo hizo por el buen efecto de las pastillas que antes había tomado.

Por fin era consciente de lo que estaba sucediendo, y por alguna razón no pude evitar sentir un pequeño calor comenzar a brotar en mi pecho y vientre.
Cuando sus pequeños dedos acariciaron mis hombros y pecho para retirar la espuma, no me quedó otra que morder mi labio inferior y cerrar los ojos, tratando de ignorar aquel calor cada vez más amplio.

-Gatito... ¿qué es esto?

Mierda...

-Na.nada, no es nada- incluso mis orejas comenzaron a arder... - No mires, no era mi intención, de verdad, yo no... - un largo suspiro salió de mis labios. Uno que envolvió todo mis rostro en llamas- Ji.Jimin...

Mis voz sonó ridículamente aguda, pero incluso pasé eso por alto al seguir el menor con aquel repentino acto.

-YoonGi... - Santa madre, esa no era la voz de mi Jimin, su voz es mucho más aguda y dulce...¿Donde se metió ese mochi adorable? - ¿Quieres que pare?

¡Sí, mierda! Sesuponía qué esto no tenía que terminar así.

Bueno...eso es lo que quise gritarle, pero cuando dió con el punto exacto, incluso mi columna tembló.

Negué de forma tímida antes de que pequeños besos recorriesen mis hombros y nuca, cosa que sólo me hizo suspirar de forma más frecuente.

-Gatito...si sigues tú haré que se sienta mucho mejor- su mano paró en seco, lo que sorprendentemente me hizo gruñir bajo y soltar un gimoteo como el niño pequeño que llora por tener un caramelo.

-Jiminnie... - sollocé levemente y traté de hacer que él continuase con lo que había empezado, pero el dolor en mi vientre me obligó a seguir su propuesta.

Sí no lo hacía él, lo haría yo.

Y así fue, por alguna especie de milagro estaba a punto de terminar, lo notaba en mi vientre, en mi respiración agitada, en la de Jimin sobre la mía...pero no pude. En cuanto cerré mis ojos con fuerza por estar cerca del climax, un horrible recuerdo vino a mi, uno que hizo que todo mi mundo se detuviese.

-Sólo somos tres...tú puedes, pequeño.

-¿Yoonnie...? ¿Estás bien?

-Ups...creo que rompimos a la muñeca, HyunJin.

-Ey... YoonGi, mírame, por favor, estoy aquí.

-Hijo...he traído a otra chica, espero que esta vez haya funcionado.

-YoonGi...¡mierda, respira!

-¿Cuántos van?

-Diecisiete...

-Mi vida...por favor, no te vayas.

-Cuarenta y dos...

-Yoonnie...

-Ochenta y cinco...

-¿Qué...? ¿Ochenta y cinco qué? ¡YoonGi, Dios, despierta de una maldita ve!

-Dime, YoonGi... ¿cuántos?

Llorando acurrucado en el pecho de Jimin...así es como volví a acabar tras aquellos horribles recuerdos.

Lo que no supe hasta unos minutos más tarde es que por fin había logrado algo...no en las mejores condiciones, pero ahí estaba, la prueba de que había conseguido disfrutar de mi propio contacto tras un largo año.

-Minnie...-el menor me miró por encima de la toalla con la que me secaba, deteniéndose brevemente para poder prestarme atención.

-Y bien... ¿recuerdas el número?

- Noventa y tres...

-'Capítulo 267.  Age-treatment.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora