삼 색

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Se despertó por la mañana por las caricias de JiMin y sus suaves besos, desayunaron juntos mientras bromeaban y se cogían de la mano, repartiendo suaves caricias cada vez que encontraban la oportunidad y, finalmente, fueron de la misma manera a clase, riendo por el camino y acercándose cada vez más a pesar de no poder estar más juntos mientras caminaban.

Justo antes de entrar a sus aulas, JiMin se acercó a él y aprovechó que ya casi no tenía que ponerse de puntillas para dejar un suave beso en sus labios, despidiéndose de él con una bonita sonrisa antes de entrar a clase.

No esperaba que le fuera a ocurrir de nuevo algo como aquello.

- ¡Ey, maricón! – simplemente rodó los ojos y comenzó a ir camino de su clase, pero los gritos e insultos se hicieron tan fuertes que acabó teniendo que fijarse en ellos – ¿Acaso no te das asco? ¡Acabas de besar a un chico!

Suspirando, siguió caminando con las manos metidas en los bolsillos, pero algo le hizo detenerse, aunque no por intención propia, claro. Él solo quería llegar a tiempo a su clase de dibujo.

Al parecer no era solo una persona, sino que era un grupo considerablemente grande y a eso se le sumaba la gente de los pasillos que se paró a mirarle cuando le "acusaron" de homosexual.

Lo era, no lo escondía ante nadie, pero eso no le daba derecho a esas personas a insultarle y darle golpes por el pasillo.

- ¡Vas a ir al infierno! – una chica comentó aquello a sus espaldas, pero fue el detonante de su paciencia – ¡Das asco, tú y esa cosa lo dais! ¡Os pudriréis allí abajo!

- Seguro que se está más agusto que aquí. – sin siquiera girarse a mirarla, le miró por el rabillo del ojo, sonriendo con sarcasmo – Además, si todos vamos allí entonces podré montarme una fiesta del orgullo de cojones.

Al decir aquello todos le miraron sorprendidos, murmurando que no podía ser posible que dijera algo como eso.

Se había cansado de tener que soportar las cosas en silencio.

- ERES UN DEMONIO, ERES...

- ¡Gay, felicidades! ¿Te has dado cuenta tú solita? – era evidente que estaba burlándose de ellos, pero eso solo les hizo rabiar más – Los imbéciles siempre venís en manada porque creéis que así sois más fuertes pero – riendo, negó con la cabeza – ¿Sabéis qué? Si vuestro único argumento es que me voy a pudrir en el infierno, entonces gritarlo fuerte. Si pensáis que debería morir, adelante ¡Yo ya estoy muerto!

» Me importa una mierda lo que penséis, es mi vida y si no os gusta os invito a iros a tomar por culo.

Dicho aquello, sujetó la mochila en su espalda y volvió a caminar, escuchado unos murmuros cada vez mayores que se acumulaban en su cabeza. Podía parecer fuerte por fuera, pero por dentro estaba cagado de miedo, su corazón resonaba en sus oídos y las lágrimas se acumularon en sus ojos, pero eso fue algo que solo HoSeok notó cuando fue corriendo hacia él gritando su nombre, pero siendo ignorado hasta el momento en el que le abrazó por la espalda.

- ¡Eso ha sido genial!

Tras lograr que dejase de andar, buscó su mirada, pero solo se encontró con sus labios siendo mordidos con fuerza y la mirada baja.

- Hyung... ¿Estás bien?

No dijo nada, simplemente apoyó la frente en su pecho y permitió que le abrazase, siendo guiado poco después hasta el baño, donde HoSeok puso el pestillo, le quitó la mochila y le abrazó con mucha más fuerza, permitiendo al fin a YoonGi corresponder.

- Ey... Lo has hecho genial. Eres totalmente genial.

- Es. Estaba muerto de miedo... – cerrando los ojos con fuerza, se hundió más en su cuerpo, intentando que las lágrimas no resbalasen por sus mejillas

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora