Mi vista era borrosa en aquel momento, hacia tiempo que me había asentado en la cocina y había empezado a beber.
Primero fueron pequeños tragos de cosas inofensivas pero, pronto comencé a necesitar más.Comencé con un poco de cerveza, que pasó a ser soju, después fue un vaso de whisky, uno de ron...de alguna forma todo el alcohol disponible en mi hogar quedó a reducido a la mitad, estando todo lo perdido en mi sistema nervioso. De hecho, busqué algo más fuerte que todo lo que ya había consumido, incluso si mi garganta parecía estar en llamas...
Parezco masoquista.
Unir a un exalcohólico y una barra llena de alcohol no es una buena idea...De hecho, no paré hasta encontrar un pequeño frasco en un rincón muy profundo del cajón de las bebidas. Sin dudarlo bebí su contenido, pero aquello fue lo último que entró en mi a parte del aire.
Yo ya no sentía miedo y eso era genial pero, en vez de eso sentía muchas nauseas, mi vista era muy borrosa y a penas podía mantenerme en pie.
Por alguna razón comencé a mirar a mi alrededor.
Por un momento, es como si estuviese fuera de mi cuerpo.
Se me olvidó lo que era real y lo que no, de hecho llegué a pensar que el cuerpo que veía no era el mío. Dudé de si mi entorno era real o solo un sueño. Titubeé al pensar que yo realmente existía, porque... ¿realmente lo hacía?
Estaba confuso, de hecho, cualquiera podría darse cuenta de eso si me viese en ese estado, mirando mis manos como si fuesen algo nuevo para mí.
Para ser sincero...no sabía que tan ebrio estaba hasta que vi pasar a mi menor por la puerta de la cocina, como si estuviese buscando a algo, que luego supe que era yo.
-Gatito, ¿no vas a venir a la du...? ¿Por qué miras tus manos? - no contesté, simplemente rocé con las puntas de lo que creí que eran mis dedos parte de aquella pálida piel de mis manos, cosa que me dejó de piedra al sentir el toque como propio. - ¿Estás bien...? ¿Yoonie, me escuchas?
Sin apenas poder escuchar su voz, volví a rozar mi piel contra si misma, esperando notar de nuevo aquel toque propio.
Puede que pareciese algo estúpido, pero en ese momento me pareció muy irreal. Era...era como si todo estuviese muy lejos de mi, pero cerca, al mismo tiempo.
-YoonGi...¿Te has...-mi menor bajó la mirada, bajando él poco después hasta llegar a mi altura.
¿En qué momento me había sentado en el suelo?
-YoonGi...mírame a los ojos- realmente me costó, pero finalmente lo hice, cuando miré directamente hacia sus orbes no pude evitar soltar una risa tonta, tras lo que rocé con mis dedos su mejilla y seguí riendo, esta vez de forma un poco más dolorosa.
¿Él era real?
-Mierda...¿Cómo se te ocurre? ¿ACASO NO ENTENDISTE QUE NO PUEDES TOMAR ESAS COSAS?
Al gritar mi menor mi risa dejó de escucharse en el lugar, de hecho, solo se escuchaban los ronroneo del minino en la puerta y las patitas de mi mascota acercarse al lugar.
Mis ojos se aguaron lentamente, lo hicieron antes de empezar a cerrarse a traición, momento en el que el mareo se intensificó de sobremanera.
-Espera...no, ey, mírame. - sus manos trataron de volver a unir nuestras miradas, pero yo me sentí demasiado cansado, era como si no fuese realmente yo- Amor...¿Tomaste el frasco que había al final del mueble? -asentí suavemente en el inútil intento de levantar la vista, cosa que no conseguí- Lamento haberte gritado...pero tenemos que ir al hospital, ahora.
-No...-traté de gritar cuando fui elevado del suelo, sin embargo me aferré a mi menor al ver como todo se llenaba de insectos y arácnidos, cosa que me obligó a cerrar fuertemente los ojos, aterrorizado, otra vez.
-No es real...YoonGi, nada de esto es real, ¿de acuerdo? Tenemos que ir al hospital...lo que tomaste era una prueba de lo que te dio tu padre...no debí dejarla ahí, lo siento.
Entonces...y solo entonces lo comprendí.
Estaba drogado.
-Es un fuerte alucinógeno...nada de la que estés viendo, aparte de tú y yo, es real, mi vida. - no iba a mentir...estaba totalmente acojonado, lo estuve más al ver como insectos comenzaban a salir de mi propio cuerpo, haciendo que comenzase a rascarme fuertemente la piel, dejando allí varias heridas. Aunque, si no fuese por Jimin, seguramente estaría mucho más herido.
Al llegar al hospital tras un largo y desesperante camino, Jimin volvió a cogerme en brazos para poder llevarme corriendo a urgencias, incluso si en mi cabeza solo se encontraban cosas horribles.
No entendí nada de lo que pasó después, solo vi a mi menor correr junto a la camilla donde me habían acostado, en la cual me llevaron hasta un extraño lugar, donde me metieron algo por la nariz; cosa que, segundos después, me dio angustia.
Lo único que vi frente a mi fue una bolsa que uno de los médicos me tendía, como si eso fuese lo que debía pasar.Vomité hasta el último líquido de mi sistema, las alucinaciones poco a poco comenzaron a ser menos intensas, pero yo sólo podía fijarme en Jimin frente a mi, acariciando mis hombros y sujetando mi cabello con una pequeña mueca de tristeza.
-Lo siento...
No quería, pero cuando me quise dar cuenta, una enfermera se encontraba sujetando mi brazo, lugar en el que sentí una fuerte punzada que acabó por dejarme aún más perdido.
Apenas sentía mi cuerpo, mucho menos podía pensar en algo, solo sabía que algo no iba bien, lo supe cuando sentí los labios de mi menor posarse sobre los míos una última vez...
...antes de que todo se volviera negro.
-'Capítulo 301. Alucinaciones. '
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Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»
Fanfic-JiMinnie... Espera un poco más por mi, por favor... Algunos mounstros tienen sus razones de ser, pero todos los idiotas nacen sin saberlo. Segunda parte de MEMORIAS DE UN IDIOTA «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ» «ᴺⁱ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ˢⁱⁿ ᵐⁱ ᵖᵉʳᵐⁱˢᵒ»