Veinticuatro días, ese tiempo tenía para llegar a superar mi mayor trauma y poder hacer lo que JiMin tanto tiempo había estado esperando.
Hoy estábamos en la segunda sesión de nuestro tratamiento de cicatrices y...si había creído que la zona de la espalda era la peor...estaba muy equivocado.
Para nuestra sorpresa, cuando me preparé para esta sesión, no vi mi vientre muy abultado, seguramente no lo estaba gracias a mi complejo delgado, pero si es cierto que no me vendría mal algo de deporte en mi vida.
Las pequeñas cicatrices de Park habían comenzado a desparecer, lo mismo decían de las mías. Claro que, aún faltaba mucho por delante para terminar con ellas.
Primero fueron las máquinas con lasers las que rozaron mi vientre, haciéndome sacar alguna que otra mueca, pero lo peor llegó junto a las agujas, esas pequeñas mierdas que hicieron que mi piel sangrara levemente, preocupando más a JiMin que a mí.
-¿Es normal que sangre tanto? - rodé los ojos antes de soltar otra mueca al notar las microagujas entrar de nuevo en mi piel.
-No está sangrando tanto...de hecho, diría que lo hace menos de lo normal. - aquello lo dijo la chica que hacía el tratamiento, bueno...una de ellas.-Cuando lo hagamos con los tobillos es más probable que salga un poco más de fluidos, pero es completamente normal, eso implica que estamos dando en el tejido correcto.
-¿Sesupone que a parte de esto tendréis que poner implantes? - pregunté mientras cogía la mano de mi menor porque parecía muy nervioso.
-No, no lo creo, se están recuperando bien, así que con algo de suerte tardaremos entre dos o tres semanas menos de lo previsto.
¿Acaso era broma?
Reí de pura felicidad y miré fijamente a Park, quien había comenzado a sonreír al igual que yo.
Ambos sonreímos y apretamos el agarre de nuestras manos antes de juntar suavemente nuestros labios, al menos hasta que una punzada en mi muslo derecho me obligó a quejarme sobre sus belfos.
-Tranquilo, Gatito. Cuando lleguemos a casa te daré mimos y un relajante muscular, ¿de acuerdo? - asentí lentamente, tratando de recuperarme del suave dolor en mi pierna derecha.
-Me gusta la idea...
Y así fue, tras más de media hora de tortura consentida, salimos de aquel lugar con JiMin cogiéndome en peso para no sobreesforzar las heridas en mis piernas y yo riendo por su forma de hacerme callar diciendo que pesaba mucho.
Tras unos minutos de coche volvimos a casa, más concretamente a la casa de Park, lugar donde me liberé de parte de mi ropa y me cubrí de aquellas magníficas bolsas de hielo.
Lo único positivo era que la calefacción me permitía estar de esa forma sin morir de frío, la mala es que de nuevo Park se estaba aprovechando de aquel frío.
Sus muñecas y antebrazos estaban apoyados sobre la bolsa de hielo en mi vientre, pero sus manos dejaban suaves caricias en mi pecho descubierto.
Cerré mis ojos gustoso y puse uno de mis brazos bajo mi cabeza, dándome algo más de reposo y adormilando aún más la zona.
-¡Ey! Tienes pelito aquí, Yoonnie. - abrí mis ojos levemente y miré a mi menor, quien había comenzado a acariciar mi barbilla con dos de sus dedos-¿No te afeitaste?
Me quedé durante un tiempo pensando, pero finalmente negué con mi cabeza al recordar que los dos últimos días no me había aseado y, en esta mañana, todo lo que había hecho había sido dormir, ir al baño y seguir durmiendo.
-¿Puedo hacerlo yo?
Desayuné y seguí...espera, ¿qué?
Miré de pronto al rubio, quien había vuelto a dejar suaves caricias en mi pecho...bueno, siempre fui débil bajo su toque.
-Haz lo que quieras...
Mala idea.
Cuando menos me di cuenta, ya estaba frente al espejo en el baño, con algo de espuma de afeitar en mi barbilla, mejillas, y por encima de los labios.
Las pequeñas manos de JiMin pasaron a coger la máquina de afeitar en cosa de segundos. Yo tenía mis ojos entrecerrados, pero estaba seguro de que no podría hacerme daño.
Suspiré al notar la cuchilla cortar los pocos pelitos que se habían atrevido a crecer en estos últimos tres días por mi barbilla y nuez, lo que no me esperaba es que después de retirar la espuma suaves besos curaran todo el recorrido.
Así pasó con toda la zona, terminando con la espuma sobre mis labios, lo que fue retirado y después limpiado con agua, agua que fue secada por los suaves besos de mi pareja de nuevo.
-JiMinnie. -susurré cuando por fin dejó un suave beso sobre mis labios, los mismo que no tardé en abultar para recibir más. - Me duele el estómago...
Él me miró mientras me rodeaba con sus brazos y dejaba suaves roces por todo mi cuello y mandíbula.
-Te voy a dar tres cosas para que no te duela, ¿de acuerdo? - asentí suavemente, mirándole directamente para no perderme ningún movimiento. - Primero tómate esto. -dicho aquello me entregó una pastilla y un vaso de agua. Tan solo lo tragué y esperé para la siguiente, la cual tampoco tardé en pasar por mi garganta.-Y ahora ven conmigo.
Él me arrastró de nuevo hasta la habitación y me entregó una camisa, con la que cubrí mi torso y parte de mis muslos, los que ahora se encontraban algo rojos por la cicatrización artificial.
-Acuéstate y cierra los ojos.
No lo dudé ni un segundo, simplemente me tumbé sobre el colchón y cerré mis ojos, esperando a que algo sucediese.
Confío plenamente en él.
Algo calló sobre mí, mejor dicho, fueron tres cosas, una de ellas fue mi peluche de Kumamon, otra fue el felino que vivía en aquel lugar y el otro fue JiMin, quien se encontraba entre mis piernas, dando suaves caricias y besos sobre las heridas de mi vientre.
Me sentí querido por los ronroneos de Suga, me derretí por el detalle del peluche y...
Me volví a enamorar después de recibir tanto cariño en el vientre.
Esa noche no tuve dolores, no hubieron sueños ni recuerdos, tan solo una respiración calmada y el sonido de mi piel ser besada con cariño.
Podría acostumbrarme a esto.
-'Capítulo 255. Microagujas.'
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Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»
Fanfiction-JiMinnie... Espera un poco más por mi, por favor... Algunos mounstros tienen sus razones de ser, pero todos los idiotas nacen sin saberlo. Segunda parte de MEMORIAS DE UN IDIOTA «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ» «ᴺⁱ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ˢⁱⁿ ᵐⁱ ᵖᵉʳᵐⁱˢᵒ»