252

34 10 0
                                    

JiMin había ido a hacer unas compras para esta semana por petición mía. Además, le había pedido que de paso sacase a Holly de paseo, por lo que tardaría bastante en regresar.

Y yo...yo solo podía pensar en lo que la PyungShon, mi psicóloga, me había recomendado. Tras comentarle uno de mis traumas post-tortura, me dio un par de consejos. Entre ellos estaba que me pusiera unas metas semanales o incluso diarias.

Y eso estaba haciendo.

En ese momento estaba en la ducha, con el agua medianamente templada cayendo en forma de lluvia artificial.
Suspiré pesadamente y recordé una vez más sus palabras.

"-Ven dos veces a la semana en vez de una e iremos poniendo nuevas metas, si estás dispuesto a superarlo y quieres conseguirlo para el mes que viene, vamos a tener que intentarlo con todo lo que podamos."

-¿Por qué cojones estoy haciendo esto...? - mordí mi labio y con mis manos temblando comencé a tallar mi cuerpo con algo de jabón.

Lo cierto es que...me daba vergüenza, me daba vergüenza mi cuerpo, lo que habían hecho con él, su forma, su color, su grosor...absolutamente todo me repugnaba.
Por eso y por algunas cosas más, siempre que me duchaba en las mañanas lo hacía rápido, sin mirar, como si no quisiera estar más tiempo del debido conmigo mismo.

"-Si no te aceptas a ti mismo no podrás superarlo, YoonGissi."

Dios, no podía hacer esto, no con su voz dictándome lo que debía hacer...negué levemente y volví a apoyar mi mano derecha sobre mi hombro, subiendo, bajando con cuidado y volviendo a subir en forma de masaje.

-¡Gatito! ¡Te compré un peluche Kumamon!

Esa voz...era la voz de JiMin, de mi JiMin. Por alguna razón recordarla solo me hizo añadir la mano izquierda a mi otro hombro, volviendo a dar aquel delicado masaje.

Cerré mis ojos por un momento y me concentré en las suaves caricias, después de eso solo fui cambiando de sitio, haciendo los mismo círculos sobre mi piel para relajarla y destensarla.

-Eres precioso tal y como eres, Hyung.

Suspiré pesadamente e intensifiqué los masajes que mis manos hacían, no siendo bruscos, pero tampoco tan tímidos como en el inicio.

Tragué de forma dura y detení mis manos durante un segundo, dudando de si ir un poco más lejos o no.

Al final me decidí por hacerlo, al principio todo iba perfectamente, incluso dudé sobre porqué no lo había probado antes, pero de repente una voz volvió a sonar en mi cabeza...y no era la suya.

-No te resistas, idiota. Vas a acabar peor.

Mis manos se detuvieron en seco por unos segundos.
Debía ignorarlo...tenia que hacerlo, así que por mucho miedo que me diese traté de continuar, soltando un pequeño jadeo de vez en cuando.

-Me han dicho que a veces muerdes...esta vez te morderé yo y así no volverás a hacerlo.

Seguí con lo mío, aunque ya no resultase tan satisfactorio...debía seguir porque sabía que si paraba no podría empezar denuevo, no hoy, al menos.

-Si vas a gritar que sea mi nombre, estúpido.

-¡Deja de moverte!

-Parece que te están reeducando, ¡que bien! Ya no serás tan molesto.

-Vaya...ya apenas te mueves.

-Sinceramente me decepcionas, YoonGi, pensé que al menos pondrías resistencia...pero pareces medio muerto ahora.

-Ya no sirves de nada, vamos a deshacernos de ti, pequeño.

Cuando volví a abrir mis ojos me encontraba sentado en el suelo de la ducha, abrazándome a mi mismo y sudando en frío incluso con el agua cayendo sobre mi.

-Mierda...

Suspiré entrecortadamente y bajé la mirada hasta lo que ya no me emocionaba tanto. No podía seguir, después de eso...no lo haría por días.

Bufé molesto conmigo mismo y traté de levantarme del suelo, consiguiéndolo poco después. Después de eso solo me quedó enrollar mi cintura con una toalla y tratar de secar mi pelo mientras llegaba hasta el dormitorio, lugar donde abrí el armario y cogí lo más abrigado que vi para la época.

Tras dejarme caer en la cama ya vestido estuve dándole vueltas a lo que supuse que debería poder hacer con total libertad. Pero no...ni siquiera podía hacer algo tan simple y natural.

Suspiré pesadamente y me aropé a mi mismo con la manta, haciéndome una pequeña bola sobre la cama.

-¡He vuelto, Hyung! - los rápidos pasos de JiMin resonaron igual que los más rápidos pasitos de Holly, quien corría de un lado a otro-¿Yoonnie, estás bien?

El peso del menor se hizo presente a mi lado, hundiéndome y obligándome a moverme un poco hacia el lado contrario para no comenzar a rodar hasta el suelo.

- ¿Pasa algo? - preguntó, destapando mi rostro y subiendo los pies a la cama, estando por completo sobre ella.- ¿Te encuentras mal?

Suspiré pesadamente y negué lentamente, mirando por primera vez a mi menor a la cara. Hice un pequeño puchero y desenrollé parte de mi cuerpo de la manta, solo lo necesario para que JiMin pudiese entrar conmigo a hacernos una pequeña bola juntos. Él obviamente cogió la indirecta y se metió entre las sábanas, solo que me arrastró hasta esta sobre él, bueno...mejor dicho, me arrastró hasta tener mi cabeza apoyada en su pecho, lugar donde podía escuchar los latidos de su corazón.

Él sabía mejor que nadie lo que me relajaba, incluso si no sabía lo que me sucedía.

-¿Ha pasado algo...? - sus pequeños dedos se enredaron en mi cabello como si fuese el juego más entretenido del mundo.

-No...solo... - suspiré de nuevo, solo que esta vez de forma más calmada- Hoy no quiero hacer nada...solo estar contigo, Minnie.

-Entonces estaré contigo hasta que te canses de mí. -sonreí levemente antes de rodear su torso con mi brazos, apegándome todo lo posible a él.- Puedes dormir si quieres...sé que anoche no dormiste, mi pequeño Gatito.

Me arropó hasta el cuello y comenzó a dejar caricias por mi espalda, mejillas y brazos, los que cada vez tenían menos fuerza aplicada sobre su cuerpo.

Pasados los minutos sólo podía escuchar su corazón latir con tranquilidad, lo que siempre había relajado el mío propio.

Lo conseguiría...lo haría por ti, JiMin.

-'Capítulo 252.Primer intento.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora