-La verdad...me da miedo lo que pueda hacer mi padre, no sé qué sería capaz de hacer...bueno, no ahora.
Las manos de Jimin acariciaron mi espalda, dándome algo de fuerza en aquella pequeña sesión.
-No importa lo que se atreva a hacer, Yoonnie, no te volverá a hacer daño.
Sonreí suavemente y suspiré al coger las manos de Jimin, las mismas que comencé a acariciar con mis largos dedos.
-Veo que los dos estáis progresando mucho...eso es genial- el tamaño de mi pequeña sonrisa fue aumentando, o al menos lo hizo hasta que PyungShon volvió a hablar- En cuanto a lo de tu padre, YoonGissi, tienes que firmar unas cuantas cosas para poder hacer oficial la enuncia y la orden de alejamiento está aquí, si quieres podemos hacerlo ahora.
Bajé la mirada hasta mis manos entrelazadas con las de mi menor y suspiré, todo ello mientras pensaba seriamente sobre lo que iba a hacer.
En fin...quizás era hora de poner los puntos sobre las íes.
-Lo firmaré...pero primero, ¿puedo leerlo?
Ella asintió y dejó los informes sobre la mesa, señalando dónde tenía que firmar antes de marchase.
-Os dejo solos, para que tengáis un poco más de privacidad...
Agradecí aquello silenciosamente y seguí a mi mayor con la mirada hasta que salió por la puerta y la cerró, entonces solo me levanté de mí lugar, cogí los informes y comencé a leerlos en silencio.
-Gatito...¿estás bien? - asentí levemente y comencé a zangolotear mientras leía cada palabra en aquellos papeles, Dios, esto iba para largo- Siéntate, te vas a marear...
-No, gracias. - Jimin suspiró y se levantó de su lugar, acercándose a mi a pasos lentos antes de abrazarme por la espalda, asustandome al instante. Lo cierto es que estaba muy metido en la lectura, además el tema del regalo para Navidad de Jimin me estaba volviendo loco. - Jimin, ¿qué haces?
-¿Recuerdas cuando me dijiste que no te gustaba que te dijera "YoonGi"? - asentí suavemente, totalmente ido por sus palabras- Pues a mí me pasa igual cuando tú me llamas por mi nombre...
Mi menor me dió media vuelta, dejándome frente a él, cara a cara. Tras eso solo me cogió en peso, y aunque en un principio me negué, acabé sentado sobre su regazo, con mis manos apoyadas en su pecho y cada una de mis piernas a un lado de su cadera sobre el sofá de cuero.
-A mi también me gusta sentirme querido, ¿sabes? - bajé la mirada, totalmente apenado por los dos y suspiré, dejándome llevar y comenzando a dejar suaves caricias sobre su pecho. - Vamos a leer esto juntos, ¿de acuerdo? Tú decidirás si lo firmas o no, si quieres cambiar algo o si todo está bien.
-Vale...-con algo de cuidado para no aplastarle, me acomodé sobre él, más concretamente me escondí en su cuello y comencé a repartir caricias en este y en su espalda. - Gracias, Minnie.
La lectura de aquellos largos y pesados documentos nos llevó cerca de media hora, estaba de acuerdo con todo, así que simplemente los firmé y los dejé sobre la mesa nuevamente.
-Deberíamos llamar a PyungShon nonna- suspiré pesadamente y negué con mi cabeza, aferrándome más a mi menor.-Mi vida...¿no quieres que vuelva a entrar a su propio despacho?
Volví a negar y me encogí más sobre mi mismo, está vez paseando mi nariz por todo su cuello.
-¿Te he dicho que adoro tu olor...? - Jimin rió suavemente y acarició mi espalda, lo que me hizo cerrar los ojos con gusto.
-Como mil veces, Gatito...por eso tengo millones de exfoliantes y perfumes con olor a... - él dejó de hablar, ¿por qué?, fácil, fui yo quien terminó su frase.
-Olor a fresa y coco...los vi cuando nos duchamos en tu casa-ambos sonreímos cuando salí de su escondite, tras ello solo le sonreí y junté nuestras narices, rozandolas entre sí en forma de beso indefenso. - Me encanta.
-¿Mi aroma?
Negué con mi cabeza y besé sus esponjosos labios por unos segundos, dejándole totalmente paralizado.
-No, tú.
-'Capítulo 272. Coco y fresas.'
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Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»
Fanfiction-JiMinnie... Espera un poco más por mi, por favor... Algunos mounstros tienen sus razones de ser, pero todos los idiotas nacen sin saberlo. Segunda parte de MEMORIAS DE UN IDIOTA «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ» «ᴺⁱ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ˢⁱⁿ ᵐⁱ ᵖᵉʳᵐⁱˢᵒ»