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El día de ayer no hablé demasiado, de hecho creo lo único que salió de mis labios eran respuestas cortas y tristes despedidas a cada vez que la puerta de mi hogar se abría denuevo.

Por fin quedamos sólos...bueno, sin contra a Holly y al pequeño Suga, pero ellos estaban en su propio mundo.

Dormimos hasta tarde, o al menos eso hizo él. El 22 de noviembre me vi lo suficientemente fuerte como para hablar por primera vez, incluso si JiMin se acababa de despertar.

-Minnie...¿Puedo preguntarte algo? - él abrió sus ojos perezosamente y asintió, abrazándose más a mi en el intento de apartar el sueño y la pereza.- ¿Por qué nadie hizo nada...? Todos sabían que mi padre me maltrataba pero...nadie hizo absolutamente nada para sacarme de allí hasta que huimos juntos... - sus cada vez menos dilatadas pupilas me enfocaron directamente.

-En ese momento no teníamos dinero para contratar a un abogado que pudiese protegerte con la mierda de ley...además, él sólo te dejaba salir para ir al instituto y a hacer recados. - sus suaves dedos acariciaron mi mejilla con cuidado, haciendo que bajase la mirada- Los de recursos humanos nos dijeron que sin pruebas físicas no podíamos hacer mucho y las únicas pruebas que habían no eran de maltrato físico en sí...

-Era psicológico... - mi menor asintió y detuvo sus caricias, dejando un suave beso sobre mi pequeña nariz.

-Él fue el que te metió aquellas ideas en la cabeza...él te llevó hasta la depresión, a la ansiedad, a la anorexia, a la fobia social...pero eso es algo que no se podía exhibir en un tribunal, así que...

-¿Acaso crees que alguien como tú podría llegar a algo más que esto? Tú eres basura, hijo. No importa cuánto te esfuerces.

-Las únicas heridas que te hacía físicamente eran superficiales y las que no...-sus dedos rozaron mis muñecas con cuidado, lo que me hizo entender al instante de que incluso mi autolesiones eran su culpa- Y no solo lo hizo contigo...

-¡Mamá!

-La extraño...

No...! ¡No te duermas, por favor, no!

Los brazos de Park me abrazaron con fuerza, lo hicieron de una forma que casi no pude respirar entre los sollozos retenidos y su fuerte agarre.

-MAMÁ.

-Le echo mucho de menos...-la primera lágrima cayó por mi mejilla, pero fueron tantas que comencé a dejar de enumerarlas.

Cuando terminó de salir el sol unas densas nubes cubrieron el cielo...seguia siendo invierno.
Pero por alguna razón mi menor decidió salir, yo estaba triste y deprimido, más por saber sobre la mierda de infancia que tuve que por otra cosa.

Le seguí a paso lento hasta su coche y una vez allí comenzamos un viaje de varias horas, horas en las que quedé completamente dormido.

-Yoonnie...Gatito, despierta.

Mis ojos pesaban, pero no era demasiado el peso como para no ver a mi alrededor.

Nos encontrábamos frente a un antiguo cementerio, uno completamente hermoso, con un pequeño templo en la entrada y un santuario algo más grande a homenaje de los fallecidos.

El lugar era precioso...era digno de un rey.

-¿Dónde estamos...? - con ayuda de Jimin bajé del coche y me encaminé hasta la entrada, pero no estaba seguro de nuestro propósito.-JiMin...no pensarás matarme y enterrarme aquí, ¿cierto?

Ambos reímos y entrelazamos nuestro dedos meñiques, siendo discretos pero complacientes.
De esa forma entramos al templo, lugar donde hicimos una profunda reverencia y nos purificamos antes de seguir con nuestro camino hasta el santuario. Eso fue lo que me dejó completamente embelesado.

Era simplemente increíble.

Grandes y preciosas plantas decoraban cada rincón y pequeños caminos de piedra unían los senderos, los que llegaban hasta las lápidas de cada uno de lo enterrados allí.

Pasamos una a una, entregando nuestros respetos, hasta que encontré un nombre que me dejó paralizado.

-¿Mamá...? - cómo pude tapé mi boca con mi mano libre para acallar los sollozos, notando como las lágrimas fluían como si fuese una cascada.

-Antes de irnos...tú pagaste su traslado hasta este lugar, decoraste tú mismo su tumba...veníamos aquí después de cada clase, después de trabajar o...cuando tuviésemos tiempo. Todo porque tu padre no te dejó ir a su funeral...-el suspiro del rubio chocó contra mi cuello, lo que solo me incitó a seguir sollozando en "silencio" - Ella realmente te amaba...debe estar orgullosa de ti.

Traté de retener los sollozos, pero no podía parar...esto me superaba.

-Tu madre...siempre fue un tema delicado, Hyung. - un largo suspiro se escuchó antes de que yo me arrodillara, cosa que hizo también JiMin, solo que yo lo hice en forma de reverencia, agradeciendo cada acto de mi madre, mientras que él lo hizo para no dejar que me ahogase en mi propia tormenta de emociones. - Ella era drogadicta...cargar con dos hijos y un marido como tu padre le superó, así que, un día sufrió una sobredosis estando tú presente y...se suicidó...

-Cariño mío...cuando yo no esté aquí, tienes que cuidar de ti mismo, ¿de cuerdo? Huye de aquí en cuanto puedas, vete con esa tal JiMin y sé feliz, mi pequeño songwol.

-Ma.mamá...

Pasé lo que restó de día dejándome empapar por la lluvia que caía junto a mis lágrimas, pero he de decir que la peor parte se la llevo mi pareja, quien trató de cubrirme con su chaqueta y me abrazó para hacerme entrar en calor mientras yo no tenía fuerzas siquiera para levantarme.

-¡Te lo he dicho muchas veces! ¡JiMin es un chico...!

Con mis manos aún temblorosas levanté la mirada junto a mis movimientos hasta sus mejillas, lugar donde traté de secar las gotas de lluvia una y otra vez, incluso si por las mías resbalaban mucho más que eso.

-Lo sé, cariño, pero es mejor que los demás no lo sepan, ¿entiendes?

Mi mirada buscó con desespero la suya, aunque no tardé en conectarlas.
No lo pensé, simplemente cerré mis ojos y junté nuestros labios en una forma cruelmente cariñosa.

Necesitaba mostrarle todo lo agradecido que estaba...e incluso si estábamos en un lugar sagrado, por él merecían la pena los descuidos así.

-Puede que la vida te parezca muy dura más tarde, pero debes aprender a madurar, perdonar y amar como todos deberíamos, ¿me lo prometes? ¿Me prometes que amaras a ese pequeño con tu vida...incluso si yo ya no estoy aquí?

-Te quiero...te amo, Minnie.

-'Capítulo 247. Mamá y yo.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora