Tapado hasta el cuello con una suave y terciopelada manta, siendo abrazado con fuerza por el amor de mi vida...así es como desperté esta mañana, y para ser sincero...fue mucho mejor la calidez en mi pecho al ver a mi alrededor a las personas con las que ayer compartimos el día.
Pasé bastante tiempo en silencio, simplemente disfrutando el momento; sin embargo, ese silencio se acabó cuando el menor tras de mí comenzó a estirarse sobre el sofá, no sin antes soltarme un poco.
Tras un largo bostezo, Jimin volvió a aferrarse a mi, restregando su nariz con mi cuello, seguramente oliendo mi aroma matutino.Con el calor en el cuerpo y alma, di media vuelta sobre mi mismo, quedando de frente con mi menor, ese que me miró con una gran sonrisa adormilada y besó de forma torpe mis labios, dejando un agradable cosquilleo tras eso.
Sus ojos estaban inchados, algo así como sus rosados labios y mejillas, aunque una cosa fuese por el sueño y otra por genética.
Sinceramente, amo verle despertar.
-Buenos días, Gatito...
Sin poder evitarlo, lleve mis manos hasta sus mejillas, esas que acaricié y más tarde besé con cuidado, susurrando un pequeño "buenos días" que le hizo sonreír levemente mientras se dejaba hacer por mi.
Más tarde, los pequeños roces pasaron de ser en sus mejillas a sus labios, dejando perezosos pero cariñosos besos que creaban el único ruido en todo mi hogar.
Sinceramente...no me dí cuanta de cuanto tiempo había pasado hasta que escuché un pequeño ronquido de NamJoon, ese que se había dormido con su pareja sobre un fino colchón tirado en el salón, algo así como lo hicieron los menores.
Poco a poco, las personas allí presentes se fueron despertando, y con ello nuestra danza se fue haciendo más tímida, pero ahí seguía, siendo una adicción.
-Buenos días, Hyungs....¿Qué hora es?
Tae, quien seguía acurrucado con varias mantas, bufó y contestó al menor de todos con una voz sumamente ronca que me sorprendió incluso a mi.
-Ni siquiera sé qué día es...
¿Acaso mi voz sonaba así también cuando acababa de despertar?
Como si alguien hubiese escuchado mis pensamientos, un suave balanceo hizo que saliese de mi propio mundo, pero no del de Jimin, quien seguía besando incluso más allá de mis sumamente pequeños labios a su lado, con tan solo un roce.
-Hyung... ¿Estás despierto?
No, ni siquiera pude abrir mis ojos o dejar de lado mi adicción por cierta persona, simplemente hice un pequeño ruido con mi garganta, aclarando que si lo estaba.
Aunque, claro...lo que yo no sabía era que no había sonado como yo quería.
Cuando las cinco personas en mi hogar se dieron cuenta de lo que estaba pasando entre mi pareja y yo...puede que me avergonzase un poco....pero, ¡ellos no tenían por qué reírse!
¡Incluso Jimin se rió de mí cuando tuve que esconderme en su cuello para no pasar vergüenza!
-¿Cómo es posible que estés más cerca de los treinta que de los cinco?
Aunque no me viesen, rodé los ojos y bufé sobre el cuello de mi menor, ese que acariciaba mi espalda bajo las mantas y la ropa.
-En los demás países tengo veintisiete...y no es mi culpa que vosotros ni siquiera estuvieseis planeados cuando yo nací, fetos.
Para mí sorpresa, la escandalosa risa de Kook y Jin unidas hicieron que mi vergüenza se fuera, dejando solo ganas de reírme por la contagiosa risa.
-Pero, ¡Hyung! Sólo faltan dos meses para tu cumpleaños y sigues siendo cómo un bebé grande...
-No es grande, es pequeño, como Jimin.
Vaya...hasta que no se metieron también con él, no hizo nada...que sorpresa, ¿verdad?
Lo que no esperaba era que fuese a molestarse tanto por eso, tanto que ni siquiera se dio cuenta de que sus brazos me soltaron y me impulsaron para poder levantarse él. O dicho de otra forma...no sé dió cuenta de que me había empujado al suelo hasta que me quejé por el dolor en mi cabeza y espalda tras el golpe en seco.
-YO NO SOY PEQUEÑO, ESTOY DENTRO DE LAS MEDIAS COREA...nas...¡Hyung!
-Pensé que los gatos caíais siempre de pie.
Le habría dicho algo, pero fue demasiado tarde cuando acabé con Jimin sobre mi, revisando cada parte de mi cuerpo, incluso...incluso si ellos seguían delante de nosotros.
-¡Jiminnie-ah, basta, estoy bien!
Mi menor, ahora pelinegro enredado, negó con su cabeza, revisando mi espalda, levantando mi camisa para poder mirar mi estómago algo abultado y sin heridas, cosa que me hizo sonrojar y patalear.
-¡Te he dicho que estoy bien! - sus manos pasaron desde mis tobillos hasta las caderas, revisando cada una de mis moléculas.
Más tarde pasaron por mi brazos, nuca, rostro....y cuando pensé que ya había terminado con su extraño comportamiento, me obligó a sentarme en mi sitio, acercándose poco después para meter su pequeña y, a veces estúpida, mano bajo mi pantalón, dando un recorrido por mis muslos y trasero, ¿cómo no?
-Jimin...ya, es suficiente...
-¿De verdad que estás bien?
Rodando los ojos y tapando mi rostro para que los demás aún presentes no pudiesen ver mis mejillas ardientes, asentí, teniendo ya las esperanzas por el suelo.
-Has revisado al pobre entero...ya solo te falta hacerle un análisis de sangre o una radiografía, doctor Park.
Debería reírme de los chistes de Jin, pero...esto era demasiado vergonzoso para mi.
-Solo fue un golpe...olvidadlo ya- tratado de parecer normal, levanté mi cabeza y me puse en pie, consiguiendo que los demás me imitasen al momento- Vamos a desayunar, y después os metéis con otro, ¿si?
-Quizás debería hacerte una radiografía...
-Park JiMin, ya no me jodas más.
-'Capítulo 307. Vergonzosa caída.'
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Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»
Fanfiction-JiMinnie... Espera un poco más por mi, por favor... Algunos mounstros tienen sus razones de ser, pero todos los idiotas nacen sin saberlo. Segunda parte de MEMORIAS DE UN IDIOTA «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ» «ᴺⁱ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ˢⁱⁿ ᵐⁱ ᵖᵉʳᵐⁱˢᵒ»