Caricias, besos, abrazos...llevaba desde el día de ayer cubierto de eso.
Tras plantarle cara aquella estúpida mujer, Park no dejó que me separarse por más de dos segundos de él. Ni siquiera me dejó tocar el suelo, él era el que me llevaba de un lugar a otro en mi hogar, cogiéndome en peso con la escusa de que no podía alejarse ni un solo segundo de mí...
¿A quién engaño? Estaba como en el mismo cielo.
En ese momento me encontraba cubierto por una gran manta, como si fuese un enorme burrito, JiMin estaba a mi lado, dejando suaves besos sobre mi cuello y mandíbula mientras yo dormitaba entre sus brazos.
-Yoonnie, cariño, tengo que ir a hacer la compra... - suspiré pesamente y me encogí en mi sitio al sentir la falta de calor- Vuelvo en un rato, ¿vale, amor?
Dios...amo que me llamase de aquella forma, todos esos apodos tan ñoños me avergonzaban, pero al mismo tiempo me hacían sentir querido...era confuso, pero adoraba estar confuso.
-Voy a ponerte esto hasta entonces. - mis ojos estaban cerrados y por eso, al sentir algo húmedo sobre mí rostro, me asusté, lo que me pareció una tontería al saber que era una simple mascarilla facial- Yo me la pondré cuando vuelva, pero tú te la puedes poner mientras duermes, ¿de acuerdo? - sus dedos acariciando mi piel sobre la suave tela de la mascarilla, algo que me hizo suspirar.
Estaba tan relajado que ni siquiera noté cuando JiMin se marchó, mucho menos cuando Suga se sentó en mi regazo y se durmió en aquel lugar, soltando fuertes ronroneos que solo me relajaron más.
Desperté cuando la noche ya estaba cerca, habían pasado cerca de dos horas desde que mi menor se marchó y pasó otra media hora hasta que llegó. Media hora en la que aproveché para disfrutar del blanco pelaje del minino sobre mí.
-¡Ya estoy en casa! - sonreí enormemente al escuchar de nuevo su voz, wow...realmente no podría pasar un día completo sin él. - Mis dos amores juntos...podría llorar por esto. - JiMin me sonrió y dejó un suave beso en mis labios, lo que me dejó con un suave puchero que pedía por más.
-Tardaste mucho...quiero mi recompensa.
El menor rodó los ojos y se dirigió a la cocina, lugar donde guardó las cosas en su sitio y bebió un largo vaso de agua.
-Mañana tenemos cita con la psicóloga. - sin duda, eso no me lo esperaba- Es a las cuatro de la tarde...¿Crees que para entonces ya hayas tenido toda tu recompensa?
-Espera...¿Mañana? - el menor asintió y se acercó a mí, sentándose a mi lado en el sofá- ¿Qué día es hoy...?
-Miércoles, dieciocho de noviembre, creo. - mis ojos se abrieron de sobremanera al escucharlo.
¿Ya había pasado tanto tiempo?
-¿Estás de broma? Pero si hace nada era primavera...y verano...y...-bueno, puede que si que sea cierto- ¿Hace ya casi ocho meses desde que te múdaste?
JiMin asintió nuevamente, esta vez acariando con cuidado mi cabello.
-Ha pasado muy rápido...
-Es cierto, pero ahora puedo hacer esto sin parecer un psicópata acosador.
Iba a preguntar, pero cuando abrí mi boca lo único que hice fue dar paso al musculo del menor, el que cerró sus ojos y sujetó mis mejillas antes de seguir con aquel repentino acto.
En el momento en el que nos separamos para coger aire su mirada chocó con la mía, los dos sonreímos antes de comenzar con nuestra locura.
Él quitó la mascarilla en mi rostro mientras yo apartaba la sabana sobre mi cuerpo, dándole una señal al minino para que se fuese.
Estaba tan perdido en él que se me olvidó por completo un pequeño detalle, uno muy importante para mí.
Dejó marcas por el recorrido de mi cuello y claviculas con sus labios y dientes mientras yo dejaba escapar fuertes suspiros, cada vez más altos al notar como sus piernas pasaban a cada uno de mis costados, haciendo notar ambas necesidades.
Me estaba deborando allí mismo.
Y lo peor de todo...lo estaba disfrutando.
Nunca habíamos llegado hasta ese punto, no en lo que llevabamos de año. Todo iba bien, estaba dispuesto a todo con él, pero...
-Será peor si les dejamos vivir que si le matamos ahora.
Sus labios comenzaron a bajar por mis brazos hasta llegar al borde de mi camisa, la misma que levantó con facilidad.
Debía controlarme...simplemente respirar, no escuchar sus voces...ignorarlos.-Abre las piernas, principito.
Sus besos recorrieron todo mi abdomen y comenzaron a bajar hasta la cremallera de mi pantalón.
-No...por favor, no.
-JiMin...
-¡Basta!
-Mierda... - un sollozo frustrado salió desde lo más profundo de mi garganta. Estaba harto, no podía seguir así. Si tan solo pudiese ignorarlo...
Rápidamente el menor se detuvo, sus manos estaban sobre mi cadera, pero rápidamente llegaron hasta mis mejillas, lugar en el que lágrimas resbalaba hasta caer sobre el sofá de cuero donde estábamos.
-Lo siento...lo siento muchísimo.- solté un fuerte sollozo, esta vez aferrándome a él, quien no dejaba de tratar calmar la culpa que sentía- Lo.lo siento, Minnie...
-Tranquilo...no te preocupes por mí. - ¿cómo no hacerlo? - Estaré bien si tú lo estás. - pero no era cierto - Tenemos todo el tiempo del mundo...no tengamos prisa, ¿de acuerdo?
Al menos podría comenzar a tratarme porque, si no empezaba pronto, me desesperaría por completo, incluso si él estaba a mi lado....ya no era suficiente.
-Lo siento...tra.trataré de superarlo pronto. - él besó delicadamente mis labios ahora empapados por lágrimas saladas.- Te lo prometo...pero perdóname.
JiMin me miró con preocupación al salir un par de lágrimas más por el borde de mis rasgados ojos.
-No.no podré dormir tranquilo sin saber qué me has perdonado por todo esto...
-'Capítulo 243. Entre el cielo y el infierno.'
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Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»
Fanfiction-JiMinnie... Espera un poco más por mi, por favor... Algunos mounstros tienen sus razones de ser, pero todos los idiotas nacen sin saberlo. Segunda parte de MEMORIAS DE UN IDIOTA «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ» «ᴺⁱ ᶜᵒᵖⁱᵃˢ ⁿⁱ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ˢⁱⁿ ᵐⁱ ᵖᵉʳᵐⁱˢᵒ»