263

35 11 0
                                    

Estábamos mi hermano, mi pareja, nuestra psicóloga y un abogado sentados frente a la pobre chica que jugaba con sus dedos, tratando de apartar el claro nerviosismo que sentía.

Habíamos quedado en vernos en una cafetería, pero sinceramente no pensé que fuese a venir nadie más, yo tan solo quería hablar con ella para aclarar algunas dudas.

-Juro que yo no quise hacerte daño, YoonGi oppa...necesitaba ese dinero, y un día, un hombre vino a mi diciendo que su hijo necesitaba un tratamiento para superar una enfermedad. - mi cabeza estaba empezado a doler de sobremanera, simplemente no podía creer que alguien como mi progenitor pudiese llegar hasta ese punto por un puto ideal - Nunca pensé que tendría que hacer eso...lo siento.

JiEun hizo una pequeña reverencia, mostrando su arrepentimiento.

-No hace falta que te disculpes...solo necesito que me digas donde fue, quien más había...todo lo que sepas.

-¿Qué le hiciste a mi YoonGi?

Rodé los ojos a escuchar el tono tan serio de Park, hablaba como si yo fuese algo de su propiedad, como si le molestase que una pobre chica de menos de veinte años tuviese que hacer ese tipo de cosas para poder sobrevivir y pagar sus deudas.

Seguramente ella se sentiría mal por haberme hecho eso, pero después de que nos explicase cómo de desesperada se encontraba y de las amenazas recibidas después de lo sucedido, se notaba a distancia que la culpa le comía por dentro.

-YoonGi oppa en un principio se quejó y me dijo que me apartará, pero me sujetaron por los hombros y obligaron a continuar...

-¿Qué pasó después?

La pelinegra frente a nosotros bajó la mirada hasta sus manos y después suspiró pesadamente.

-Oppa apartó la mirada y apretó sus manos...lo hizo tan fuerte que sus palmas empezaron a sangrar, igual que su labio.

Mierda...ahora me alegraba de no recordar aquello.

-¿Lo disfrutaste?

¿Qué cojones...?

-Jimin...¿Se puede saber de qué hablas?

Mi menor me miró por unos segundos, pero después la apartó y miró a la joven, quien estaba en blanco, igual que yo.

-Respóndeme.

-Jimin...te estás pasando.

-¡Quiero que me responda!

-Yo...no lo hice...me dolió ver a Yoongissi de esa forma, no quería hacer nada, tan solo llamar a la policía...pero cuando a YoonGi oppa se le escapó un suspiro empezó a llorar y...

Mis ojos se aguaron ante el borroso recuerdo, mucho más por ver a Jimin hablarle de esa manera a alguien.

-¿Cómo pudiste hacerle algo así a mi YoonGi, uh? ¡Pudiste haberle salvado!

-¡Joder, Jimin, yo no soy tuyo!

-¡Sí que lo eres!

Todo el lugar quedó en silencio, un silencio sepulcral que hizo mis oídos pitar con fuerza.

¿Acaso iba enserio? ¿Acaso pensaba que podía tratar a la gente así y luego gritarme que yo le pertenecía...?

Mi hermano trató de retenerme, pero simplemente me levanté de mi lugar y salí de allí.

Estaba furioso y no quería verle de nuevo, eso me había dolido de sobremanera.
Verle de esa manera...que me gritase...eso me dolía. Joder, no, me quemaba por dentro.

Tapé mi boca para gritar con frustración, tras lo que me arrastré por la pared hasta llegar al suelo, lugar donde me abracé a mi mismo y me permití llorar en silencio.
Llorar por frustración, por furia, por todo lo que estaba ocurriendo y lo que había ocurrido.

Quizás no fue su intención, ¿sólo un ataque de celos?

Alomejor no era su culpa, quizás....

-Ey...¿estás bien? - aquella voz...-Yoonnie, lo siento, no quería gritarte...pero no me gusta la idea de que alguien te haga daño.

Levanté levemente la mirada, solo para poder verle a la cara por primera vez en horas.

-¿Enserio piensas que te pertenezco?

Él negó y se sentó a mi lado, dudando de si abrazarme o no, seguramente no sabría que hacer después de cagarla tanto.

-No...Gatito, te amo, pero no eres algo que me pueda pertenecer, perdón si he dado a entender eso...-por primera vez sus manos buscaron las mías, las cuales estaban más frías de lo que pensaba - No quise gritarte, es que esto me supera...¿Podrías perdonarme?

Lo dude, de verdad que lo hice, pero de alguna forma terminé abrazándome a Jimin como si fuese cuestión de vida o muerte. Como si solo eso pudiese calmar el dolor que tenía en mi pecho, aquel pinchazo que hacía que todo mi cuerpo temblase...

-Lo siento mucho, bebé. - un pequeño beso secó mi mejilla, la cual estaba aún llena de pequeñas y congeladas lágrimas. - No volveré a gritarte...de hecho, dejaremos este tema de lado. Tan solo hablaremos de ello cuando sea totalmente necesario, ¿de acuerdo? - asentí suavemente e hice un puchero, necesitando algo más de calor por su parte.

Él sonrío suavemente y besó mis labios del mismo modo, cosa que hizo que todo mi cuerpo y mente dejasen de doler.

-Vamos a casa...estás congelado y pronto empezará a nevar de nuevo.

Volví a asentir, pero cuando él se levantó yo no lo hice, tan solo esperaba poder ser cargado por él, y lo conseguí cuando le miré con mis labios abultados.

Dejamos a todos allí, hablando de a saber que cosas, y nos fuimos a mi hogar. Lugar donde Jimin, Suga, Holly y yo nos llenamos de un agradable calor, uno que nos acabó dejando dormidos en un pequeño rincón del sofá.
Con Holly a un lado del sofá, durmiendo con el pequeño minino sobre su torso y...bueno, puede que yo volviese a aprovecharme del calor que el cuerpo de Jimin me daba.

De alguna manera acabé bajo su sudadera, de nuevo compartiendo la ropa para poder calentar mi pobre corazón.

Sí, ese órgano al que había estado uniendo de nuevo, punto por punto.

Aquel en el que había un pequeño hueco donde el idiota de Park solía colarse, no dejándome cerrar las heridas por completo.

En ocasiones aplastaba aquel órgano vital con crueldad, pero eran más las veces en las que apoyaba sus suaves labios sobre él.

Dios...mamá tenía razón.

El amor duele...pero también es hermoso.

-'Capítulo 263. Cosiendo recuerdos.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora