Ｍｅｍｏｒｉａｓ ｄｅ ｕｎ ｉｄｉｏｔａ 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»

298

-Minnie, voy a la grabación, no me esperes hasta muy tarde. - con cuidado besé la frente de mi menor, el mismo que hizo un pequeño puchero, el cual también besé con cuidado - Te amo, mi pequeño.

-Yo también te amo, Hyung...

Sonreí suavemente, y con esa pequeña sonrisa salí de la habitación, no sin antes dejar otro corto beso sobre sus labios.

Hoy sería el día de la grabación, por lo que pasaría mañana, tarde y noche en el set que habían preparado especialmente para mi. Íbamos a grabar en un templo, por lo qué debería ser cuidadoso, muy cuidadoso.

Cuando aparqué en la zona reservada sólo para mi y para el staff, tuve unos cuantos problemas con la puerta, la cual no se dignó a abrirse en un principio.

-Tendré que decírselo a Jimin...-en ese momento me encontraba hablando para mi mismo, murmurando las cosas en un tono bajo mientras andaba hacia el templo; sin embargo, la gente a mi alrededor me miraba de forma extraña, como si hubiesen visto un fantasma- Quizás le compre un coche nuevo...humn, tengo que ver modelos. Quizás un Hyundai...creo que le gustaría...

Habría seguido andando de no ser por aquella mujer, aquella que se acercó a mi con una pequeña identificación colgando de su cuello.

-Buenos días, YoonGissi. - hizo una reverencia de noventa grados a la que yo obviamente correspondí. Se veía bastante joven, de hecho diría que era más joven que Jimin, quizás tendría unos veintitrés o veinticuatro, pero de todas maneras, se veía bastante linda...de hecho, diría que era bastante atractiva pero, claro, eso era algo sin importancia.- Mi nombre es Lee Hyeby, es un honor trabajar contigo. Hoy voy a ser tu guía, te están esperando en vestuario y maquillaje,

Asentí lentamente y comencé a seguirle al empezar a andar ella. Lo cierto es que estaba algo perdido, había mucha gente a mi alrededor trabajando o simplemente charlando entre si.

Para mí buena suerte, solo unos pocos estarían conmigo a parte de Lee, no es que estuviese demasiado feliz por estar allí, preferiría ir de nuevo con mi menor, pero eso era algo que no me podía permitir.

-YoonGissi, vamos a ponerte unas lentillas de tu color oscuro cuando lleves el cabello natural y pondremos otras azules para cuando cuando seas el monarca, ¿te parece bien? - asentí con mi cabeza, sin realmente hacerle caso a las palabras de la persona frente a mi.

Me dieron la ropa que debería llevar y me maquillaron, tras lo que comenzamos a grabar parte del videoclip.

Debía admitirlo, estaba cansado pero, de todas formas, seguimos grabando hasta las siete de la tarde, cuando al fin pude volver a mi querido hogar.

En ese momento no me molesté en quitarme el maquillaje, de hecho se me olvidó la gran cicatriz en mi rostro que habían pasado una hora haciendo.

Llegué a casa cerca de las ocho de la noche, lo hice muy a mi pesar y sin apenas ganas para pelear de nuevo con la puerta del coche. De todas formas, solo pude comenzar a sonreír de nuevo al ver a mi mascota dormida junto a Suga, el felino que se encontraba lamiendo las orejas de mi pequeño.

-Hola, bolas de pelo. ¿Vosotros también estáis cansados?

Sonreí suavemente y acaricié ambos pelajes, dando las buenas noches a los dos mocosos.

Bostezando, subí hasta mi habitación, lugar donde me encontré a Jimin con el ordenador, quien borró su sonrisa nada más verme y se levantó de golpe.

-¿Qu.qué te ha pasado en la cara? ¿QUÉ COÑO TE HAN HECHO?

Sonreí, lo hice como no tenéis ni idea...sonreí y besé sus suaves labios de caramelo, los que no me correspondieron hasta que, con una de mis manos limpié parte de mi rostro, borrando aquella extensión que formaba la cicatriz sobre mi ojo.

-Es solo maquillaje...pero, gracias por preocuparte tanto.

¿Qué decir...? Park JiMin era demasiado tierno como para ser un ser real. De hecho, para mí no lo es. Es más bien como un ángel, uno caído del cielo que vino a salvarme de mi infierno.

-¿Qué haría yo sin ti...?

Mi menor rió suavemente y negó con su cabeza, dándome a entender que no lo sabía. Aunque su respuesta me dió bastante miedo al parecer tan premeditada.

-Puede que otra persona te hubiese ayudado a ser quien eres...saldrías con esa persona, y le harías la misma pregunta.

Esta vez fui yo quien negó, casi sintiendo mi corazón oprimirse con fuerza.

-Minnie...yo no podría vivir sin ti, idiota.

¿Podría hacerlo él sin mi? 

Espero que sí...

-'Capítulo 298. MV. '