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-¡Yah! JungKook no me toques, no, ¡para! - corrí rápidamente por los largos pasillos de mi hogar, tratando de huir de Jeon, quien me perseguía sin compasión - ¡JiMin-ah! - al encontrarme con el rubio en el patio delantero de su casa, corrí rápidamente, todo para salir de mi hogar a gran velocidad y esconderme detrás de él.

-¡YoonGi Hyung! ¿Por qué huyes? - un falso puchero inocente apareció en los labios del menor mientras se acercaba a mí, fue por eso que me aferré a él en el intento de alejarme del pelinegro.

-No quiero que me toques...

-Pero, ¡hyung! Tienes lorcitas y quiero tocarlas. - tras decir eso JiMin levantó su ceja derecha y sonrió de forma ladina, todo por ver como trataba de ignorar todo lo que decía y hacía el otro.

-¿Has subido de peso, Yoonnie Hyung? - JiMin se dió media vuelta, dejándome totalmente indefenso frente a JungKook, quien volvió a perseguirme por todo el patio.

-Puede...pero si tengo que seguir huyendo de este enano - hice una pausa para correr hasta la puerta de la casa de Park, donde traté de introducir el código para abrir la puerta, pero el pelinegro se me acercó demasiado, por lo que tuve que volver a correr a pesar de todo el cansancio - creo que me acabarán saliendo abdominales.

Para mi mala suerte el menor de los tres me pilló desprevenido, me tiró al suelo e intentó tocar mi estómago, pero obviamente no se lo puse fácil.

-¡Tócame y te quedas sin descendencia, estúpida rata!

El menor me miró ofendido mientras tocaba su corazón.

Me revolví debajo suya hasta que logré escapar, pero para mi desgracia el escándalo que habíamos formado había sido mucho, tanto que hasta uno de los vecinos se había asomado para ver que era lo que sucedía.
Cuando pude darme cuenta de la presencia de aquella persona, un teléfono se encontraba en sus manos enfocando en mí, así como los niños que salieron de aquella casa comenzaron a señalarme mientras preguntaban algo a su progenitora.

Mis ojos se abrieron de sobremanera y el aire comenzó a faltarme. Hacía tiempo que no tenía un ataque de ansiedad...quizás el destino quería eso, en fin, mientras nadie más saliese solo para verme de aquella forma.

-JiMin...- tanto mi voz como mi cuerpo tembló al tocar el hombro del menor cuando traté de llamar su atención y, tan rápido como hubo un contacto, JiMin se giró sobre sus talones para mirarme con cierta preocupación.

Tragué de forma gruesa antes de mirar directamente a los ojos de Park, el mismo que sujetó mi rostro al nublarse mi vista y más tarde mi cuerpo al completo al no poder mantenerme en pie.

-¿No te gusta esto? - una horrible y ronca voz sonó demasiado cerca de mi oído, tan cerca que tuve que mover mi rostro a un lado para no respirar el mismo aire - Te debería encantar sentirte observado...llamando la atención, ¿no? - una fuerte punzada en la parte baja de mi espada me hizo soltar un fuerte quejido, uno que me sacó el aire de golpe.

» ¿Cuántos hemos sido ya...? - noté como los dedos rasposos y asquerosos de aquel horrible ser rozaron mi mejilla al tiempo que otra punzada atravesó mi cuerpo -Dime cuantas personas han ido antes de mí.

-Respira...por favor, abre tus ojitos.

De nuevo aquel dolor en mi espalda baja recorrió toda mi columna, solo que esta vez fue tan intenso que noté como mi garganta se desgarraba por el fuerte grito que solté.

-¡Dímelo! ¿Cuántos te hemos probado aquí?

-Está temblando...

-¿CUÁNTOS? - el grito de aquella persona me atravesó los oídos, pero creo que fue más dolorosa la forma en la que mi rostro fue golpeado.

- ¡Deje de grabar esto, señora! ¡Llama a una estúpida ambulancia de una vez!

-Se.setenta...

En el momento en el que abrí mis ojos me aferré con fuerza al que pronto reconocí como JiMin, el cual sujetaba mi cuerpo con desespero.

-YoonGi... - un fuerte sollozo salió de mis labios al abrazar con fuerza a mi menor, el mismo que quedó petrificado por ello.

-Lo odio... - un hipido salió de lo más profundo de mi garganta y, tras ello, pude ver como de a poco todo se volvía a volver negro entre la multitud que había a mi alrededor, cosa que obviamente me asustó - no quiero volver...no quiero, por favor...

Entre lágrimas y miradas lastimeras mis ojos se volvieron a cerrar contra la poca resistencia y consciencia que me quedaba en aquel entonces.

-No quiero...

Mierda...

-'Capítulo 194. Cámaras.'

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora