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Desperté hace horas, pero eran a las nueve de la mañana cuando al fin me di cuenta de algo...hoy sería el día.

Hoy sería el día en el que intentaría superar al fin uno de mis traumas, el día en el que me volvería a entregar en cuerpo y alma a Park JiMin...pero claro, eso era algo que él no sabía, o al menos no aún.

La mañana la pasamos viendo películas de Navidad por pedido de Jimin, comimos kimchi y por supuesto, todo eso, lo hicimos juntos, sin separarnos uno del otro.
En la tarde estuvimos hablando sobre lo que haríamos en los próximos días, jugamos a algún que otro juego y volvimos a llenarnos de pequeños besos.

Cuando él fue a limpiar los platos al atardecer, yo me escusé y dije que debía ir al baño, y era cierto, pero no de la forma en la que Jimin se imaginaba. Me duché y preparé para lo que iba a intentar, incluso esfolié mi piel para que quedase más tersa y con aquel olor a vainilla que me caracteriza.

Suspiré pesadamente antes de salir del baño, todo estaba en su lugar, ahora sólo tenía que esperar y confiar en mí mismo.

Eso último iba a ser mucho más difícil...

-Humn...hueles bien, Gatito. - sonreí tímidamente y me senté a un lado del sofá, recibiendo poco después suaves caricias en mi cabello- Es un poco tarde, ¿quieres cenar algo o estás cansado? - Dios...si lo supiera...

-Yo...quiero mimos, Minnie-sin decir nada más me acerqué a la mano de Jimin, quien seguía acariciando mi cabello con cuidado.

-¿Mi bebé está pegajoso? - asentí suavemente y cerré mis ojos al hacer un puchero, tratando de lograr algo que no sabía si debería estar haciendo.-Hyung...¿estás bien?

-Sí, yo...-abrí mis ojos lentamente, solo hasta poder distinguir su rostro frente a mi- Sólo...-sinceramente, no sé de dónde saqué el valor, la fuerza, ni el coraje...solo sé que cuando menos me lo esperé ya me encontraba acariciando su mejilla y acortando la maldita distancia entre nosotros.

Nuestras miradas no miraban directamente a nuestro objetivo, al contrario, él miraba mis ojos, y yo hacia lo mismo con los suyos, los cuales se cerraron para formar una bella sonrisa.

-¿Sólo esto? - aquello lo preguntó mi pequeño con una medio sonrisa en sus labios, esos que únicamente ocultaron sus dientes para poder besar los míos con suavidez.

Pequeños roces hicieron que aquella pequeña y conocida llama volviese a nacer en mi pecho, y no mentiré, fue creciendo conforme la confianza entre nosotros se agrandó.

Apenas podía respirar, por eso nos separamos por unos segundos, pero después de eso el beso siempre se intensificaba; lo hizo tanto que en algún momento acabé sobre sus piernas, con sus manos en mi cintura y nuca.

La llama en mi pecho creció hasta comenzar a quemar mis brazos y piernas, las que se movían nerviosas sobre su piel como él hacia conmigo. Buscando aquellos puntos de piel suave que llevaban al otro al mismo cielo con solo una caricia.

Jadeos y suspiros eso era lo único que se escuchaba en el lugar, eso sin contar nuestras agitadas respiraciones y nuestras bocas convirtiéndose en sólo una.

De alguna forma llevó sus manos por el recorrido de mi espalda, lo hizo hasta llegar a mis muslos, lugar donde me sujetó para poder cogerme en peso y comenzar a andar hasta las escaleras sin dejar de atender mis labios.

Sentía que estaba volviéndome loco... Incluso noté como nuestras llamas se unían, provocando un gran incendio sobre nuestra cama, lugar donde me dejó caer y por la que gateó hasta poder quedarse sobre mi, volviendo a aquel loco momento que estábamos viviendo.

-Espera. - un beso cortó sus palabras, no parecía querer separarse, y yo tampoco quería hacerlo, menos aún si con ello se iban las caricias en mis costillas y vientre. - YoonGi... - como JiMin parecía querer hablar, simplemente le miré por unos segundos - Esto... Está yendo más rápido de lo que pensaba. No tengo nada para...

Suspiré al separarme con pesar y algo de desespero de él para, finalmente, quitar esa estúpida camisa y lanzarla a algún lugar, no sin antes estirar mi brazo hasta uno de los cajones de mi mesilla y sacar la pequeña bolsa que ayer había comprado especialmente para esta ocasión.

Después de eso comencé a desabrochar los botones de mi propia camisa, pero lo único que hice fue quedarme a medias.

Las manos de mi menor estaban sobre las mías, deteniéndome de todo aquello.

- ¿Estás seguro de que quieres esto? - bajando mi mirada asentí. Obviamente sabía que estaba rojo hasta las orejas, pero realmente quería intentarlo, quería darlo todo por él.

Absolutamente todo.

-Estoy seguro... Solo... - suspiré nuevamente antes de apartar la mirada, mirando directamente hacia la ventana por la que se veía la nieve caer con delicadeza, justo como quería que fuese mi pareja en este momento - Sé delicado... Solo te necesito a tí, solo eso.

En ese anochecer no sólo superé un trauma, no sólo nos volvimos uno. Esa noche hicimos el amor cara a cara, nos entregamos completamente uno al otro, me sentí amado y respetado como hacía tiempo que no hacía y; sobre todo... Pude disfrutarlo. Espero que él también lo hiciera, aunque eso me lo dejó bastante claro al empezar a acariciar mi cabello, cuello y espalda.

-Ha sido...

-¿Increíble? - sonreí suavemente y asentí, teniendo aún la pequeña llama en mi pecho, aunque esta vez estaba comenzado a volverse en una pequeña nube, delicada y cómoda.

Cerré mis ojos lentamente antes de restregar un poco mi mejilla sobre el pecho de mi menor, acomodándome para poder dormir tranquilamente, escuchando los latidos de su corazón.

-¿Mi gatito tiene sueño...? - asentí levemente y relajé mis músculos, llegando a ser lo más cómodo que recordaba haber hecho en meses.- Estoy orgulloso de ti, mi vida.

Volví a sonreír, pero esta vez fue de una forma apenas sin fuerza, todo por el sueño y la pesadez de mi cuerpo.

Antes de poder hacer nada más mi respiración comenzó a hacerse mucho más pausada, indicándole a Jimin que por fin me había ido al mundo de nuncajamás junto a Morfeo, Wendy y Peter Pan.

Un pequeño beso en mi frente.

Eso es lo último que hizo antes de unirse a mi sueño; bueno, eso, y arroparme hasta el cuello para que no pasara frío durante la noche llena de nieve, estrellas y, sobre todo...aroma a coco, fresas y ahora también, vainilla.

Realmente le amo...aunque creo que ahora lo sabe todo el mundo, ¿cierto?

-'Capítulo 279. Nochebuena. '

Memorias de un idiota 2 «ᴶⁱᵐˢᵘ/ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora